Se les conoce como Zonas Azules. Se trata de cinco localidades alrededor del mundo donde la población suele envejecer con gracia y sin mayores problemas de salud. Muchas veces, superan los 100 años con facilidad. ¿Cuál es su secreto?

Vivir hasta los 100 años es raro, y es más raro aún si se llega con buena salud y lucidez. Algo que puede parecer imposible para la mayoría de las personas, es lo esperable en las cinco “Zonas Azules” del mundo.

Se trata de la isla de Cerdeña en Italia, la península de Nicoya en Costa Rica, la isla de Ikaria en Grecia, la isla de Okinawa en Japón y la comunidad de Loma Linda en California. Ubicados a miles de kilómetros de distancia, cabe preguntarse qué pueden tener en común estos lugares entre sí. Una pista: va mucho más allá de la genética.

Las cinco “Zonas Azules” del mundo

Según un artículo publicado en la Revista Médica de Chile, “una Zona Azul es un área geográfica limitada en la que su población tiene una longevidad excepcionalmente alta y no está en función de altos ingresos económicos o cuidados sanitarios especializados”.

Se les llama “Zonas Azules”, ya que cuando se comenzó a explorar el tema, los investigadores hacían marcas azules en los mapas sobre los lugares donde la población superaba con creces la expectativa promedio de vida. Eventualmente, se dieron cuenta de que había zonas con mayor concentración de puntos azules. De ahí el término “Zonas Azules”.

El estilo de vida, en todas sus dimensiones, juega un rol importante en la capacidad que tienen estas comunidades de acumular tal cantidad de nonagenarios y centenarios con buena salud, tanto física como mental. Factores como el tipo de alimentación y movimiento físico, la vida en comunidad, el sentido de un propósito en la vida y un ritmo de vida tranquilo son clave a la hora de entender este fenómeno.

La región de Barbagia en Cerdeña (Italia)

La primera Zona Azul, descubierta por el demógrafo Michel Poulain y el gerontólogo Gianni Pes, fue la región de Barbagia en la isla italiana de Cerdeña.

Uno de los principales descubrimientos de los investigadores sobre este lugar fue su particular dieta baja en proteínas y productos de origen animal, con una elevada tendencia al consumo de carbohidratos complejos, como pastas de elaboración local.

Cerdeña
Cerdeña | Flickr

Según se descubriría más adelante en posteriores investigaciones, los habitantes de esta área suelen estar culturalmente más aislados del resto del mundo. En consecuencia, han mantenido un estilo de vida tradicional y saludable. Los sardos todavía cazan, pescan y cosechan los alimentos que consumen. También mantienen estrechas relaciones con amigos y familiares a lo largo de sus vidas.

La Península de Nicoya (Costa Rica)

Una vez descubierta la primera Zona Azul en Cerdeña, el periodista e investigador norteamericano, Dan Buettner, se propuso descubrir si había otros lugares en el mundo que compartieran estas características similares con la isla italiana.

En Costa Rica, una comunidad llamó la atención por su tendencia a la longevidad. Se trata de la Península de Nicoya donde, según consignó National Geographic, sus habitantes tienen la tasa de mortalidad de mediana edad más baja del mundo.

Zonas Azules - Nicoya
Clementina Espinoza (izquierda), de 92 años, besa a su marido Agustín Espinoza, de 100, en Nicoya, Costa Rica. La pareja vive en una de las cinco Zonas Azules del mundo, donde la longevidad es una característica superior al habitual. | Deutsche Welle

En la actualidad, una buena parte de la población en mundial mantiene un estilo de vida sedentario, en ocasiones, compensando con ejercicio físico “artificial”. Sin embargo, en Nicoya (y en las demás Zonas Azules del mundo) las personas no suelen hacer ejercicio. Por el contrario, simplemente mantienen una vida lo suficientemente activa en su día a día. Por ejemplo, caminando regularmente o andando en bicicleta.

La Isla de Ikaria (Grecia)

En las costas del Mar Egeo se ubica una pequeña isla griega llamada Ikaria. Como podrás imaginar, en ella la esperanza de vida es superior a la de otros lugares del mundo. Además, la tasa de demencia es sorprendentemente baja.

“Una combinación de factores lo explica, incluyendo la geografía, la cultura, la dieta, el estilo de vida y la perspectiva”, explicó Buettner.

Ikaria
Ikaria | Wikimedia Commons

“Disfrutan de un vino tinto, juegos de dominó hasta tarde en la noche y un ritmo de vida relajado que ignora los relojes. El aire limpio, las brisas cálidas y el terreno accidentado los atraen hacia actividades al aire libre en un estilo de vida activo”, agregó.

Según consignó Buettner en sus investigaciones, dormir siestas, consumir aguas de hierbas naturales, aliarse de amigos y familia e incluso reemplazar la leche de vaca por la leche de cabra son hitos clave si se busca vivir como en esta mediterránea isla.

La isla de Okinawa (Japón)

Famosa por sus bellas playas y paisajes, Okinawa es uno de los lugares del mundo que alberga las comunidades de mujeres más longevas. Aquí, destacan algunos alimentos básicos como el boniato okinawense, la soja, la artemisa, la cúrcuma y el goya. También, prestan especial cuidado a tener la suficiente exposición a la luz solar.

En materia de desarrollo espiritual, hay una palabra en particular que es indispensable para entender el espíritu de esta localidad. Se trata del “ikigai”, que en japonés puede traducirse como el propósito en la vida o la razón de levantarse por las mañanas. De la misma forma, el sentido de la comunidad y la vida social, aun a una edad tardía, marca la diferencia al momento de enfrentar la vejez con gracia y salud.

Okinawa
Okinawa | Flickr

Por último, según Buettner, la jardinería es clave tanto para la salud mental como física dentro de estas comunidades. “Casi todos los centenarios de Okinawa cultivan o alguna vez cultivaron un jardín. Es una fuente de actividad física diaria que ejercita el cuerpo con una amplia gama de movimientos y ayuda a reducir el estrés. También es una fuente constante de verduras frescas”, aseguró.

La comunidad de Loma Linda (California)

Loma Linda, California, alberga la mayor concentración de adventistas del Séptimo Día en Estados Unidos. Los residentes de esta comunidad viven, en promedio, 10 años más sanos que el estadounidense medio gracias a su estilo de vida basado en una “dieta bíblica”. La ingesta de cereales, frutas, frutos secos y verduras, combinada con la abstinencia de carne, ha contribuido significativamente a su longevidad.

“No es necesario ser un maratonista para maximizar la esperanza de vida. Realizar ejercicio regular de baja intensidad, como caminar a diario, parece ayudar a reducir las posibilidades de desarrollar enfermedades cardíacas y ciertos tipos de cáncer”, señaló Buettner.

Loma Linda
Loma Linda | Wikimedia Commons

“Aproximadamente el 65 por ciento de la dieta en las Zonas Azules consiste en granos enteros, legumbres y tubérculos almidonados. Sin importar a dónde vayas, la elección de snack preferida son los frutos secos. Aquellos que consumen frutos secos viven de dos a tres años más que aquellos que no los consumen. Pero recuerda, están en movimiento todo el tiempo, no sentados en escritorios, en autos o viendo televisión”, comentó Dan Buettner una vez consultado por las conclusiones a las que llegó observando y registrando el comportamiento de las comunidades de las Zonas Azules.

Al final de sus exploraciones, el norteamericano llegó a nueve conclusiones finales sobre el estilo de vida en común dentro de estas comunidades. Estas se pueden resumir en: ejercicio regular de baja intensidad; conectar y mantener relaciones significativas con la comunidad; comer hasta el 80% de saciedad; tener espacios de reflexión y meditación; una dieta mayoritariamente vegetal; consumo moderado de vino; y mantener algún tipo de creencia personal o fe.