El consumo excesivo de azúcares puede provocar infinidad de problemas de salud: aumento de triglicéridos y problemas de hígado graso, caries dentales, resistencia a la insulina o diabetes tipo 2. A su vez, esta última puede causar enfermedades cardíacas variadas.
Cuando consumimos azúcar, nuestro cerebro segrega dopamina, que produce felicidad. Sin embargo, tras su consumo, ocurre una bajada tan abrupta de esta hormona, que el cerebro quiere volver a ese estado de felicidad, por lo tanto, pide consumir más. ¿Cómo salir de este círculo y reducir la ingesta excesiva de azúcar?
Una palabra clave: “Azúcar añadido”
Diana Díaz Rizzolo, profesora de Estudios de Ciencias de la Salud de la UOC, entregó algunos consejos para diferenciar el azúcar bueno del que no lo es.
En este sentido, señala que la clave para poder hacerlo es la palabra “añadido”, ya que el que está naturalmente presente en los alimentos “nunca deberá ser una fuente de preocupación” en la población general. El ejemplo: las frutas y verduras. Pero también todo tipo de fuente de carbohidratos como legumbres, cereales y derivados.
“Cualquier tipo de azúcar añadido es el que debe estar en el foco de nuestra preocupación. (…) que la persona que escucha esa palabra o la lee entiende que implica la acción de añadir proactivamente algo”, asegura la experta.
En Chile, la ley de sellos facilita la detección de aquellos alimentos que concentran mayores cantidades de azúcar en ellos.
Los otros nombres del azúcar
Uno de los consejos que resalta la profesora de la UOC es la importancia de conocer bajo qué otros nombres se oculta el azúcar.
“Los más utilizados serían la panela, el jarabe de cualquier cosa como de agave o arce, la miel, la melaza, la maltosa, la maltodextrina, glucosa o cualquier concentrado de cualquier tipo de fruta también es igual a azúcar”, apunta.
Los consejos para reducir la ingesta de azúcar de la experta pasan por consumir el máximo posible de productos frescos y que una mínima parte sean procesados y como consumo muy ocasional o nulo, los ultraprocesados.
Todo ello porque con la ingesta de frutas, verduras, cereales y legumbres, se llega a los requerimientos máximos de azúcar diario, por lo cual, “el azúcar añadido siempre deberá ser el valor más cercano a cero posible”.
En cuanto al consumo de edulcorantes, Díaz Rizzolo considera que puede ser un paso intermedio para dejar el azúcar. La experta dice esto porque “muchas veces perpetuamos una conducta o un estilo de alimentación en el que no hemos reparado”.
No disfrazar un alimento con azúcar
Otro de los consejos que da la experta es evitar disfrazar con azúcar un alimento que no nos gusta.
“Si yo necesito añadirle azúcar a las fresas o a la naranja para poder comérmela es que igual no me gustan esas frutas. Entonces deja de consumir un producto que no te gusta su sabor natural, porque primero de todo, recordemos que no existe ningún alimento que por sí solo sea indispensable”, sostuvo.
Es decir, podemos dejar de consumir un alimento y no nos va pasar absolutamente nada. “Si dejamos de consumir un grupo de alimentos ya será otro problema”, añade.
También destaca la importancia de perpetuar los buenos hábitos en casa, sobre todo de cara a los más pequeños, de forma que aprendan las buenas costumbres alimentarias.