En el mundo, según datos de la Organización Mundial de la Salud, el 5 por ciento de los adultos padece depresión. El Colegio de la Psicología de Madrid presenta en su página web los seis mitos más frecuentes sobre la depresión.
Los psicólogos explican que la depresión es un trastorno mental, que dependiendo de su intensidad, puede afectar en diferentes ámbitos de la vida, y establece los síntomas más frecuentes. Algunos de estos son:
Una disminución importante del interés o el placer por todas o casi todas las actividades la mayor parte del día, casi todos los días. Se produce una pérdida considerable de peso sin hacer dieta, o aumento de peso. Alteraciones en el estado del sueño. Insomnio o hipersomnia casi todos los días. Se detecta una agitación o retraso psicomotor casi todos los días. La persona se siente fatigada o con pérdida de energía casi todos los días. Aparecen sentimientos de inutilidad o culpabilidad excesiva. Alteración en la capacidad de concentrarse o en la toma de decisiones. Pensamientos de muerte recurrentes.
Los seis mitos de la depresión
Según consignó el medio EFE, estos son los seis mitos más frecuentes de la depresión:
Estar deprimido es un sinónimo de estar triste: Hay que entender que hay una diferencia significativa entre estar triste y sufrir depresión, ya que la tristeza es una emoción o síntoma, mientras que la depresión es un trastorno mental que engloba una serie de síntomas que afectan de manera considerable en la vida del paciente que la padece.
La gente con recursos es más propensa a sufrir depresión: Puede afectar a cualquier persona, de cualquier procedencia, nivel económico y en cualquier edad. Las dificultades suelen estar en el acceso a los recursos adecuados para paliarla.
La depresión es una cuestión de actitud o voluntad: La depresión es el resultado de diversas interacciones complejas entre variables biológicas, sociales y psicológicas que incapacitan al paciente a llevar una vida normal, bloqueando sus capacidades y competencias para sobreponerse de manera voluntaria.
Es para toda la vida: La duración de un episodio depresivo puede variar en función de diversas variables, pudiendo durar meses o incluso años.
La depresión se puede fingir: Los criterios diagnósticos que encajan con un criterio de depresión es muy complejo de fingir, y no hay que olvidar el enorme sufrimiento que produce en la persona que la padece.
No requiere de tratamiento: Para lograr una mejora en el paciente es necesario un adecuado diagnóstico y tratamiento para mejorar el pronóstico y la evolución.
¿Cuál es la diferencia entre sentirse mal y estar deprimido?
En su página web, la Sociedad Española de Psiquiatría y Salud Mental (SEPSM) responde a esta pregunta señalando que “todo el mundo tiene momentos en su vida en los que se siente harto o desdichado. Suele ser por un motivo concreto, no interfiere demasiado en la vida diaria y no suele durar más de una o dos semanas”.
Sin embargo, si estos sentimientos se prolongan durante semanas o meses, o se agravan tanto que empiezan a afectar a todas las áreas de la vida, es posible que estemos ante una depresión y necesitemos ayuda.
¿Cómo puedo ayudar a alguien que esté deprimido?
Estas son las recomendaciones de los psiquiatras para ayudar a una persona deprimida:
Escucha. Esto puede ser más difícil de lo que parece. Es posible que tenga que escuchar lo mismo una y otra vez. Por lo general, es mejor no ofrecer consejos a menos que te los pidan, aunque la respuesta te parezca perfectamente clara. Si la depresión ha sido provocada por un problema concreto, tal vez puedas ayudar a encontrar una solución o, al menos, una forma de afrontar la dificultad.
Pasa tiempo con ellos. Es útil simplemente pasar tiempo con alguien que está deprimido. Hacerles saber que estás ahí para ellos puede ayudar a animarles a hablar y a seguir haciendo cosas para sentirse mejor.
Tranquilízale. A una persona deprimida le costará creer que puede mejorar. Puedes asegurarle que lo hará, pero puede que tengas que repetírselo una y otra vez.
Apoya su autocuidado. Asegúrate de que compra suficientes alimentos y come regularmente, con una buena cantidad de fruta y verdura en su dieta. Puedes ayudarles a salir y hacer algo de ejercicio u otras actividades agradables, que pueden ser una mejor alternativa que el uso de alcohol o drogas para hacer frente a sus sentimientos.
Tómatelo en serio. Si empeora y empieza a hablar de no querer vivir o incluso insinuar que se va a hacer daño, tómelo en serio. Asegúrate de que se lo cuenten a su médico.
Anímale a aceptar ayuda. Anímale a ver a su médico, a tomar su medicación o a hablar con su terapeuta o consejero. Si le preocupa su tratamiento, anímale a hablar de ello con su médico.
Cuida de ti mismo. Apoyar a alguien que se siente deprimido puede ser emocionalmente agotador, así que asegúrate de cuidar tu propia salud mental y tu bienestar.