Profundamente arraigado en la sociedad libanesa, el grupo islamista tiene un ala política y otra militar. Su papel en el conflicto entre Israel y Hamás podría intensificarse tras la muerte del número dos de Hamás.

Saleh Arouri era considerado el número dos de Hamás y murió el martes en Beirut en un atentado con dron. Era también el contacto clave de Hamás con Hezbolá, dos grupos respaldados por Irán, que Estados Unidos, Israel, Alemania y otros países consideran organizaciones terroristas.

Aunque nadie ha reivindicado aún la autoría del atentado, en el que también murieron otros miembros de Hamás, el primer ministro libanés, Najib Mikati, afirmó que el ataque buscaba “arrastrar inevitablemente al Líbano a una nueva fase de confrontación”, según la Agencia Nacional de Noticias libanesa.

Israel se ha negado hasta ahora a comentar si estuvo tras la explosión, que tuvo lugar en un barrio de Beirut que alberga oficinas de Hezbolá. “Quienquiera que haya realizado este ataque fue muy quirúrgico y se dirigió a un objetivo de Hamás porque Israel está en guerra. Quienquiera que lo haya hecho tiene algo contra Hamás”, declaró Mark Regev, alto consejero del primer ministro israelí, a MSNBC.

La muerte de Arouri podría ser una línea roja para Hezbolá. El líder del grupo musulmán chiíta, Hasán Nasrala, ha prometido en repetidas ocasiones golpear a Israel si su ejército ataca a funcionarios palestinos en el Líbano. En consecuencia, los observadores temen que se amplíe el conflicto en el Cercano Oriente Próximo.

¿Qué es Hezbolá?

El brazo armado de Hezbolá fue descrito en 2022 por el Wilson Center, con sede en Washington (EE. UU.), como probablemente “el actor militar no estatal más formidable de Oriente Medio, y posiblemente del mundo”. El grupo, respaldado por Irán y cuyo nombre significa “Partido de Dios”, tiene su sede en Líbano, donde se formó. Más allá de su labor militar, Hezbolá está profundamente inmiscuido en la política y la sociedad libanesa.

“Su amplio aparato de seguridad, su organización política y su red de servicios sociales fomentaron su reputación de ‘Estado dentro del Estado’”, explicaba en 2022 el Consejo de Relaciones Exteriores (CFR), con sede en EE. UU. Varios países de Occidente han designado a Hezbolá como una organización terrorista.

La amplia red de servicios que presta Hezbolá, incluidos hospitales, escuelas y centros de asistencia social, hace que el grupo sea relativamente popular en su país, especialmente entre los libaneses musulmanes chiíes. Según una encuesta realizada en 2020, el 89% tenía una opinión positiva de Hezbolá. Pero otros libaneses desaprueban al grupo, afirmando que empuja a su país a situaciones de conflicto.

¿Cómo se creó este grupo?

Hezbolá se fundó en 1982 durante el caos de los 15 años de guerra civil libanesa, que comenzó en 1975 y vio cómo diversos sectores de la sociedad libanesa —incluidos musulmanes, cristianos, izquierdistas y nacionalistas árabes— se enfrentaban entre sí.

Un grupo de musulmanes chiíes decidió luchar contra las fuerzas israelíes, que habían invadido en 1978 al Líbano para expulsar a guerrilleros palestinos en ese país. Al ver una oportunidad de influencia en el mundo árabe, Irán comenzó a entrenar y financiar a la milicia recién formada, algo que ejecuta hasta la actualidad, con unos 700 millones de dólares anuales, según estimaciones del gobierno estadounidense.

Con el tiempo, el brazo armado de Hezbolá se ha ganado la reputación de extremista por su forma de atacar a otros grupos en Líbano, con atentados terroristas contra objetivos extranjeros, incluidos ataques suicidas y asesinatos.

Este artículo se publicó originalmente en dw.com