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¿Conoces a Fiu? el pájaro de los "siete colores" que es la mascota de los Juegos Panamericanos

09 octubre 2023 | 15:20

El "siete colores" habita en Chile desde las regiones de Atacama hasta Aysén, pero también vuela en zonas de Paraguay, Perú, Brasil, Uruguay y Argentina.

En pocos días Chile vivirá la 19ª edición de los Juegos Panamericanos, que se realizarán desde el 20 de octubre al 5 de noviembre, mientras que los Juegos Parapanamericanos serán desde el 17 al 26 de noviembre.

Por lo mismo, durante este evento deportivo que se celebrará en el país, es importante conocer a la mascota que será el anfitrión.

Fiu, un pájaro de siete colores (“tachuris rubrigastra”), elegido para representar a Chile en los Juegos Panamericanos y Parapanamericanos.

De acuerdo con Chileatiende, su nombre responde al sonido del canto que emite y, según cuenta, es lo que se escucha cuando pasa volando (“fiuuuu”).

Vale mencionar que el pájaro de siete colores es representativo del continente, puesto que en Chile habita desde las regiones de Atacama hasta Aysén, pero también vuela en zonas de Paraguay, Perú, Brasil, Uruguay y Argentina.

Reconocido como un habitante de los humedales chilenos, tiene un colorido plumaje que lo hace distinguirse de otras especies.

Al respecto, el nombre derivada del guaraní, “tachurí, tarichú”, menciona el sitio web Ladera Sur.

Del mismo modo, el nombre hace mención a su pequeño tamaño y por ser insectívora. En consecuencia, rubrigastra se refiere a la palabra en latín, que significa rojo. Mientras “gaster” es vientre. En general, quiere decir “vientre rojo”.

El siete colores, la mascota de los Juegos Panamericanos

En específico, el siete colores habita juncales y totorales de zonas de agua poco profundas en lagunas, tranques, vegas, esteros entre otros.

Según la red de observadores, este pájaro se alimenta de pequeños insectos arácnidos y otros invertebrados que encuentra en su hábitat, capturándolos moviéndose de totora en totora con vuelos cortos, al vuelo cazando sobre el agua o bien dando pequeños saltos desplazándose en el barro.

Finalmente, el ave “amarra” su nido de tal manera que ante un eventual aumento del nivel del agua este sea empujado hacia arriba, evitando que se sumerja.