Hacer actividad física frecuentemente es una de las principales formas para mantener una buena calidad de vida. Sin embargo, el problema se origina cuando no generas instancias para que tu cuerpo se recupere.

Lo ideal es descansar una vez por semana. Esto dependerá de la cantidad de ejercicio que haces”, explica Vreni Bigurra, psicóloga deportiva y de bienestar, según destaca el diario electrónico Huffington Post.

En cuanto a las personas que están recién empezando, la especialista recomienda acostumbrar al cuerpo paulatinamente a entrenar cada vez más días y con mayor intensidad. “En esos casos ideal es descansar 2 o 3 veces a la semana“, precisa.

“Va a depender de muchas cosas, pero tu cuerpo necesita descansar tanto física como mentalmente. Lo ideal es descansar una vez por semana”, reafirma. De lo contrario, si entrenas todos los días, tu cuerpo no logrará recuperarse, y eventualmente te cansarás, provocando que tu motivación se desmorone.

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Del mismo modo, existen otras desventajas que podrías experimentar, si haces ejercicio todos los días, sin descansar:

1. Puedes perjudicar tu progreso

“Las ganancias no ocurren hasta que su cuerpo recupera de un entrenamiento”, plantea la fisioterapeuta Gemma Pilkington, a la revista Womens Health.

Por ejemplo, el entrenamiento de fuerza descompone el tejido muscular y si deseas ver los resultados, debes darle a tus músculos el tiempo adecuado para que se recuperen. Si no lo haces, puedes sobreentrenar físicamente tu cuerpo y, en última instancia, socavar la efectividad de sus entrenamientos, explica la experta.

2. El agotamiento mental te puede pasar la cuenta

Asimismo, si no varías tus entrenamientos diarios, puedes experimentar un agotamiento psicológico y desmotivarte, advierte el entrenador Josh Bonhotal, experto en Entrenamiento de la Fuerza y el Acondicionamiento.

Para evitar estas consecuencias, debes ser estratégico a la hora de organizar tu rutina. Pilkington señala que si tu plan incorpora ejercicio de mayor intensidad, es mejor alternarlos entre los días más activos y más “calmados” para darle un descanso a tu cuerpo.

“Por ejemplo, si haces HIIT (Entrenamiento de intervalos de alta intensidad) los lunes, miércoles y viernes, mantén los entrenamientos de menor intensidad los martes, jueves y fines de semana”, señala la especialista.

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Existen varias características en tu cuerpo, que puedes identificar para reconocer si tu entrenamiento te está pasando la cuenta:

1. Te sientes adolorido

“El dolor muscular puede ser una parte totalmente normal del ejercicio, pero si dura más de unos pocos días o te dificulta caminar, es un indicador de que estás haciendo demasiado esfuerzo“, describe Bonhotal.

Cabe señalar que las lesiones como moretones o ‘tirones musculares’, también son señales de alerta de que no le estás dando suficiente descanso a tu cuerpo.

2. Tu ciclo menstrual está ‘apagado’

El exceso de estrés en el cuerpo puede afectar su ciclo menstrual, así que ten cuidado con cualquier cambio en tu período cuando hagas ejercicio a diario”, asegura la entrenadora y nutricionista Whitney English.

3. Tu estado de ánimo y tu energía están ‘por el suelo’

Como se mencionaba anteriormente, autoexigirte durante el entrenamiento, también puede afectar tu estado de ánimo y los niveles de energía de tu cuerpo, “por lo que si te sientes fatigado e irritable, tu rutina diaria puede ser la culpable”, advierte Bonhotal.

4. Tu apetito puede cambiar

Finalmente, el experto señala que otro de los efecto secundarios, son los cambios en tu alimentación. “De hecho, tanto la disminución del apetito como las ansias locas por comer, pueden indicar que algo anda mal”, concluye.