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La empresa biotecnológica Oncobiomed, que desarrolla comercializa y licencia tecnologías asociadas a la prevención, diagnóstico y tratamiento del cáncer, está avanzando en los estudios clínicos de las vacunas TAPCells y Lycellvax, un innovador tratamiento, hecho en Chile, que ya está mostrando resultados positivos.

“Hemos visto que aproximadamente el 60% de los pacientes responde inmunológicamente”, dice en conversación con BiobioChile Cristian Pereda, ingeniero en biotecnología y CEO de Oncobiomed.

La empresa nacional ya lleva más de 20 años trabajando en estos tratamientos, iniciativa que partió con un proyecto de investigación de la Universidad de Chile, para probar una terapia contra el melanoma maligno, por allá en el 2002.

Hoy, con dos tecnologías ya desarrolladas, se encuentran en periodo de estudios clínicos y esperan pronto salir al mercado: “Si todo avanza de manera como nosotros tenemos pensado, yo creo que en unos 3 años podríamos estar ya finalizando los estudios clínicos. De 3 a 5 años, eso se demora”, señala Pereda.

¿Cómo funcionan las vacunas chilenas contra el cáncer?

TAPCells, la vacuna que va en etapa más avanzada, es una inmunoterapia cuyo objetivo es provocar una activación en el sistema inmune —como toda inmunoterapia— para que este sea capaz de reconocer y destruir células tumorales específicas.

Para ello utilizan un enfoque personalizado. “Esta terapia se fabrica basándonos en las células del paciente. Nosotros aislamos sus células a través de un proceso que se llama leucoféresis (extracción de los glóbulos blancos), donde al paciente se le extrae sangre y después en el laboratorio esa sangre se purifica y así se aísla un tipo de células”, explica Pereda.

Una vez aisladas las células, estas se “entrenan” en el laboratorio para luego re-inyectarlas en el paciente con cuatro dosis, en un periodo de dos meses. A las células se les agregan lisados tumorales, una mezcla de proteínas y otros componentes para estimular el sistema inmunitario. “Es una forma de activar las células del paciente”, señala el experto.

En los últimos años, TAPCells ha sido probada en estudios clínicos con pacientes con melanoma y carcinoma prostático.

La segunda vacuna, Lycellvax, es similar, pero sin el enfoque personalizado. “Se parece más a un fármaco en el sentido de que uno lo puede fabricar en el laboratorio y luego distribuir a cualquier tipo de paciente. No necesitamos al paciente que esté cerca para poder obtener la muestra biológica”. Esta también se probó en pacientes con melanoma recientemente.

Por el momento, TAPCells ha mostrado eficacia en estudios clínicos, donde el 60% de los pacientes respondió inmunológicamente y ese 60% también tuvo un aumento en la sobrevida (tiempo que vive una persona desde el diagnóstico de la enfermedad), lo que significa que la vacuna sí produjo la activación que se esperaba en el sistema inmune.

“Ahora, hay que considerar que cuando uno hace un estudio clínico en pacientes con este tipo de terapia, se utilizan pacientes que están en etapa avanzada, o sea cáncer metastásico. En etapa 3 y 4 de la enfermedad, que en el fondo ya no tienen muchas alternativas terapéuticas. Por lo tanto, cualquier tipo de reacción o de efecto es súper beneficioso”, aclara Cristian.

Por otro lado, en cuanto a Lycellvax, los estudios clínicos están en fase 1 (inicial), donde el objetivo primario es que el tratamiento sea seguro para los pacientes, es decir, que no haya efectos adversos, y también se analiza la respuesta inmunológica.

En ambos casos, se registraron efectos adversos de grado menor, como un poco de fiebre y dolor en el sitio de la inyección. Asimismo, los pacientes respondieron inmunológicamente, pero con resultados mixtos.

“Algunos pacientes progresan, otros la enfermedad se estabiliza y en algunos casos hemos visto incluso algunas regresiones de tumores. Esos estudios los vamos a publicar y estamos todavía analizando los resultados de los pacientes”, puntualiza.

¿Una opción accesible?

La idea es poder comercializar las vacunas chilenas contra el cáncer, pero para ello todavía quedan varios pasos. Obtener aprobación del Instituto de Salud Pública (ISP), por ejemplo, o de la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) en Estados Unidos, explica el CEO.

“Para eso tenemos que cumplir con las fases clínicas, que en el fondo son probar que sea segura en paciente y que tenga un efecto beneficioso para ellos. Una vez que eso ya esté demostrado, se puede comercializar”, plantea.

En la misma línea, se espera que sea un tratamiento accesible. “La idea obviamente es que este tratamiento ojalá pueda llegar a la mayor cantidad de población y para eso nosotros pensamos que va a ser más accesible que las otras inmunoterapias que ya están en el mercado actualmente y que son muy caras”.

Un precio accesible, sin embargo, depende de los costos que implique llevar el producto al mercado y lo que cueste financiar las fases clínicas previas, “pero aún así nosotros pensamos que va a llegar a un costo menor”, asegura Pereda.

A estas alturas, no habrá que esperar mucho, ya que Oncobiomed lleva bastante tiempo trabajando estas alternativas. En promedio, desarrollar estas tecnologías, patentarlas y trasladarlas al mercado puede tomar entre 15 y 20 años, en Chile quizás un poco más, por la lentitud de los procesos y porque el país no tiene todavía lineamientos bien definidos para procesos como estos.

“No hay legislación regulatoria al respecto. Por lo tanto, es difícil avanzar en las fases clínicas. Y si uno quiere hacerlo, tiene que salir a Estados Unidos o a Europa y ahí conseguir los fondos, que aún más caro todavía. Entonces, obviamente, que eso es una limitante”, reflexiona Cristian.

“No hay mucho desarrollo, mucha industria biotecnológica. En el fondo, somos un polo de desarrollo”, apunta. Pese a ello, ya estarían forjando un precedente al desarrollar las primeras vacunas contra el cáncer en el país y reafirmando el potencial científico que tiene Chile.

De hecho, la empresa ahora está gestionando con otros países, como Brasil, por ejemplo, para llevar las vacunas hasta allá, hacer más estudios clínicos y posterior comercialización

“Rescato que hemos sido muy responsables, sustentamos todos los resultados que tenemos con evidencia científica. Por eso hemos estado trabajando mucho en el laboratorio. (…)Y ahora estamos trabajando para darnos a conocer un poco más, porque eso también provoca más confianza en organismos del Estado, que se financien nuestros proyectos, y también los inversionistas que necesitamos para seguir avanzando en las etapas. Yo creo que una de las cosas que rescato, en el fondo, es la robustez de nuestra investigación”, concluye el CEO.

*Acá puedes ver las publicaciones científicas de Oncobiomed.
https://oncobiomed.cl/investigacion/