La terapia floral, también conocida como “flores de Bach”, ha sido un método popularmente cuestionado y es que muchos no saben que en realidad sí tiene propiedades curativas. Además, cuenta con el respaldo de la Organización Mundial de la Salud (OMS), y en Chile, por el MINSAL, como una terapia complementaria.
Entre los beneficios de esta terapia, figuran la promoción del equilibrio emocional, la reducción del estrés y la ansiedad, la mejora en la calidad del sueño e incluso ayudan al aumento de la autoestima y confianza.
Sin embargo, hay que entender bien sus utilidades. De acuerdo con Francisca Valderrama, fundadora de la Escuela de Terapia Floral de Empréndete Mujer, este método se basa en “la evidencia de que ciertas flores silvestres tienen propiedades curativas que pueden influir positivamente en el estado emocional de una persona, al ingerirlas a una frecuencia y dosis determinada”.
Asimismo, “implica el uso de esencias florales diluidas, que se eligen según los patrones emocionales y mentales que refiere el individuo. Cada remedio se asocia con una emoción específica y se selecciona según las verbalizaciones del paciente, para abordar los desequilibrios emocionales subyacentes“, explica.
Pero, ¿de dónde vienen las esencias florales? Estas se pueden obtener mediante dos métodos: infusión solar “solarización” (primavera y verano) y ebullición (otoño e invierno).
“En el método solar, las flores se colocan en agua y se exponen a la luz solar directa para su maceración. En el método de ebullición, las flores se hierven en agua. Luego de ambas técnicas (dependiendo de la época del año), se diluyen para crear los remedios utilizados para este sistema. Este proceso se realiza con gran cuidado y respeto por la naturaleza, en campos de cultivo orgánico y sustentable, debidamente protegidos según los protocolos del Dr. Bach”, añade Valderrama.
Automedicarse no es recomendable
Debido a que es una terapia de origen natural, muchos optan por comprar estas esencias y utilizarlas por cuenta propia, sin ayuda de un guía calificado para esta tarea. Los expertos no recomiendan estas prácticas.
“Es importante destacar que la terapia floral no reemplaza la atención médica convencional, sino más bien, la complementa. (…) Si bien, el sistema fue en un inicio creado para la auto aplicación, automedicarse no es recomendable cuando nuestros síntomas son de larga data o cuando deseamos tratar algún malestar crónico y/o alguna enfermedad diagnosticada”, dice Francisca.
Además, con la ayuda de un terapeuta, utilizar las flores de Bach tendrá mejores resultados. “Un terapeuta capacitado puede realizar una evaluación completa y personalizada para seleccionar las esencias florales más adecuadas para las necesidades individuales”, señala.
Recordemos que, en la terapia de flores de Bach existen 37 remedios más una fórmula de rescate (para momentos de crisis) y cada uno de ellos tiene una propiedad y una utilidad diferente. “Siempre es recomendable acudir a un especialista para un tratamiento asistido que de resultados a largo plazo”, reitera la experta.
3 mitos más comunes de las flores de Bach
1. Mito: La terapia floral no tiene respaldo científico
Realidad: Numerosos estudios respaldan la eficacia de la terapia floral. Es por eso que la Organización Mundial de Salud (OMS), reconoce la importancia de esta terapia complementaria, y estudios científicos han mostrado beneficios en la reducción del estrés y la ansiedad general, entre otros síntomas.
2. Mito: Los remedios florales son placebos
Realidad: Varios años atrás, investigadores mexicanos descartaron el “efecto placebo” en la Terapia Floral tras un estudio realizado por la Universidad Panamericana (2005), en el cual ratas estresadas respondieron al estímulo de las esencias florales, disminuyendo su estrés. Este resultado es un paso más para poder comprobar científicamente los beneficios de las terapias florales y un avance para que sean cada vez más reconocidas por la sociedad científica a nivel global.
3. Mito: La terapia floral no es utilizada en entornos de salud pública
Realidad: En Chile, la terapia floral es ampliamente utilizada por el sistema de salud público. Según el MINSAL, se ha integrado en programas de bienestar y manejo del estrés, alcanzando altos índices de aceptación, amparado su ejercicio en el artículo N42 que aprueba el ejercicio de esta práctica complementaria como profesión auxiliar de salud.