Todos lo hemos vivido: empieza una canción y, de repente, la pierna se menea casi por sí sola. La influencia de la música en el cerebro y el cuerpo es un campo de investigación en constante crecimiento desde hace décadas. Hace tiempo que se ha demostrado que la música puede desencadenar sentimientos de felicidad y mejorar el ánimo, se usa en terapias y puede reducir el ritmo cardíaco. El Instituto Max Planck de Estética Empírica acaba de publicar el estudio “Melodías virales”, que examina el comportamiento de los oyentes durante la pandemia.
“En el encierro, no fue la música, sino el uso consciente de la música, lo decisivo para afrontar la situación”, dice a DW la directora del departamento de música del Instituto, Melanie Wald-Fuhrmann. “Muchos de los encuestados escucharon música solos, y nada más, a diferencia de antes”.
Música contra el estrés
Para el estudio, los investigadores encuestaron a 5.000 participantes de seis países de tres continentes durante el primer confinamiento por coronavirus de abril a mayo de 2020. Personas de Alemania, Francia, Gran Bretaña, Italia, India y EE. UU. respondieron a preguntas en línea sobre cómo se relacionaron con la música durante la crisis.
Más de la mitad de los encuestados dijeron que escuchan música para hacer frente al estrés emocional y social. “En situaciones extremas, acudimos a nuestros seres queridos, lo que no era posible en este tiempo”, dice Melanie Wald-Fuhrmann. La música, dice, ha sido capaz de absorber en cierta medida esta situación emocional gracias a su carácter reconfortante. “Las letras suelen dirigirse directamente a la gente con un ‘tú’ o un ‘nosotros’, lo que hace que los oyentes se sientan involucrados como individuos”.
La pandemia pasa factura a la psique
El aislamiento social, la amenaza del desempleo, la educación en casa: numerosos estudios realizados en todo el mundo han demostrado que la pandemia está pasando factura emocional y psicológica a las personas y fomentando síntomas de depresión. Las compañías alemanas de seguros médicos han registrado un aumento en el número de personas que solicitan ayuda por problemas de salud mental.
Lo que el estudio denomina “música de coronavirus” ha creado un sentido de comunidad alentador: bandas conocidas como Die Ärzte han respondido a la situación con su música y, en casa, miles de personas también han hecho de la adversidad una virtud, interpretando canciones y haciendo videos con la participación de toda la familia.
“En ellos nos reconocemos a nosotros mismos y nuestra situación: es honesto, sin tapujos y ayuda a identificarse socialmente en el aislamiento”, dice Melanie.
Endorfinas como durante el sexo
Los factores positivos de la música son indiscutibles. Está demostrado que libera endorfinas y puede tener efectos de bienestar similares a los del sexo, la comida, las drogas o el deporte. Incluso se ha demostrado la formación de anticuerpos y, por lo tanto, un fortalecimiento del sistema inmunológico. Para mejorar el ánimo, por supuesto, se necesitan las canciones adecuadas.
Jacob Jolij, neurocientífico del Instituto de Psicología Experimental de la Universidad de Groningen, investigó ya en 2015 qué impacto en los oyentes tienen el ritmo, la letras positivas y la tonalidad mayor o menor. El 45% de los encuestados utiliza la música para levantar su estado de ánimo, e incluso el 77% utiliza la música para motivarse.
El resultado del estudio es una lista de canciones no oficial, pero científicamente respaldada, en torno al buen humor: según las conclusiones de Jolij, “Don’t Stop Me Now” de Queen encabeza la lista de canciones que mejoran el estado de ánimo, seguida de Abba (“Dancing Queen”), los Beach Boys (“Good Vibrations”), Billy Joel (“Uptown Girl”) o Cindy Lauper (“Girls Just Wanna Have Fun”).