Positivas informaciones entregaron esta semana los gobiernos de Estados Unidos y Canadá respecto a la vacunación de niños frente al coronavirus. El primer país autorizó el uso de la fórmula de Pfizer para menores entre 12 y 15 años, mientras que su vecino había hecho lo propio con anterioridad.
Las dos naciones tomaron estas decisiones basadas en los argumentos médicos expresados por organismos como la FDA o Health Canada, los cuales han estado encargados de delimitar los usos de las vacunas autorizadas en sus fronteras hasta ahora.
Actualmente Chile es uno de los países líderes en el marco del proceso de inmunización, situación que evidentemente ha llevado a las autoridades a evaluar cuándo se podría comenzar con la vacunación de los más pequeños.
Hay que recordar que, en un inicio, el presidente Sebatián Piñera puso como meta tener el 80% de la población local vacunada al 30 de junio de este año.
Si bien este proceso se ralentizó durante los meses de marzo y abril, para mayo el Ministerio de Salud prometió una aceleración entre las generaciones más jóvenes, entre 40 y 20 años, con la adquisición de 3 millones más de dosis de las vacunas de AstraZeneca, CanSino (1 dosis) y Sinovac.
Precisamente la fórmula china ha sido la base de todo este periodo de inoculación en nuestro país, por lo que no sería raro que se apueste por ella para continuar en un tiempo más con niñas y niños. De momento, hay fechas tentativas para comenzar con los estudios.
Chile encabezaría el análisis más grande, a nivel mundial, de una vacuna antiCOVID-19 en niños, ya que pretende probar la efectividad de Coronavac en 5.000 menores de edad entre tres y 17 años.
Por ahora, esto lo llevaría a cabo la alianza estratégica que logró la Universidad Católica con el laboratorio Sinovac. La fecha inicial de esto sería mediados de julio de este año, aunque de momento se busca financiamiento.
“El costo de realizar el estudio en niños se estima en cerca de 12 millones de dólares, debido a que son 5 mil voluntarios de distintas edades y rangos etarios lo que tiene un costo mayor. Es aproximadamente el doble de lo que costó el estudio en adultos”, detalló el rector de la PUC, Ignacio Sánchez, a La Tercera.
De acuerdo a lo expuesto por el médico y académico chileno, el objetivo de esto sería iniciar un nuevo proceso de vacunación que permita tener a los niños inoculados para empezar con seguridad el año escolar 2022.
Asimismo el citado medio detalló que uno de los entes que financiaría este programa de estudio sería la Confederación de la Producción y del Comercio (CPC), quienes ya apoyaron el estudio de Fase 3 de Coronavac en adultos, realizado durante 2020.
Asimismo, indican, el resto de los fondos deberían obtenerse a través de ayudas estatales, las cuales ya están siendo gestionadas.
¿Un peligro para los niños?
Al igual que en el caso de los adultos, en Estados Unidos el estudio de las vacunas en niños trajo consigo la aparición de una serie de “mitos” concebidos por la desfinformación, los cuales hacían relación a la seguridad y efectividad de la fórmula.
En el caso de Pfizer, el estudio principal de aquel país involucró a 2.200 participantes de entre 12 y 15 años. La mitad de ellos recibió las dos dosis, mientras que el otro grupo fue inoculado con placebos.
De acuerdo a Huffington Post, los datos que arrojó este ensayo indican mínimas reacciones adversas y similares a las de los adultos, como dolor en el lugar de la inyección, fiebre, escalofríos y dolor de cabeza; ninguno de ellos con complicaciones mayores. Todo aquello fue respaldado en su momento por la FDA.
Steven Abelowitz, médico de Coastal Kids Pediatrics en el condado de Orange, sostuvo que estos ensayos fueron una buena noticia para la comunidad en general dentro de Estados Unidos.
“Como pediatra, hubiera preferido que se hicieran simultáneamente. Debido a que es un tema tan cargado, estamos viendo mucha retórica falsa y no científica”, expuso.
“Es bueno que estemos investigando las vacunas en diferentes grupos de edades, porque el sistema inmunológico es diferente. No podemos generalizar, y es por eso que los ensayos se han desarrollado en fases”, agregó.
Aquellos ejercicios entregaron otra gran noticia, debido a que Pfizer mostró una efectividad aún mayor en los niños y adolescentes, comparada los adultos, a la hora de prevenir una infección por COVID, la cual bordeaba el 100%. Todo esto también fue abalado por la FDA.
“Pronto tendremos una vacuna muy segura y altamente efectiva que puede prevenir tanto sufrimiento”, detallaron desde la Academia Estadounidense de Pediatría.
Chile, al situarse a la cabeza del proceso de vacunación en Latinoamérica, podría tener una posición privilegiada para estudiar las vacunas en niños que vivan en nuestro fronteras.
En conversación con BiobioChile la doctora Gema Pérez, pediatra broncopulmonar de la Clínica Vespucio, sostuvo que lo más importante es no forzar este proceso, y esperar las recomendaciones que pueda realizar el Instituto de Salud Pública.
“Una aprobación podría ocurrir en Chile previa aprobación del ISP como ha ocurrido con las demás vacunas y grupos etáreos. No existe por el momento, pero es importante hacer estudios clínicos en niños antes de aprobar sólo por emergencia”, indicó.
Para Pérez, los criterios a evaluar deben ser los mismos que se tomaron en el estudio chileno de 2020 en adultos, respecto a la seguridad y eficacia.
“Deben existir estudios o ensayos clínicos en menores de 15 años que demuestren seguridad y eficacia tal como se ha evidenciado en adultos. Se debe considerar seguridad, respuesta inmune y eficacia de la vacuna estudiada, como ya se estudió y aprobó en adolescentes (16 a 18 años), que corresponde a aproximadamente el 21% de la población afectada por Covid-19 en Chile, probablemente este año tendremos resultados en niños más pequeños”, señaló.
Hay que señalar que, hasta hace poco, uno de los mitos que rondaban en torno al coronavirus era que “no afectaba severamente a los niños”. Aquello quedó totalmente descartado con la aparición de los primeros casos de Síndrome Inflamatorio Multisistémico (PIMS), que hasta abril presentaba cifras de 176 contagios totales y tres fallecidos en suelo nacional.
“Es una enfermedad que va escalando rápidamente hacia la gravedad, afecta principalmente a niños desde los 6 a 8 años de edad, pero también puede afectar a lactantes y adolescentes, donde su detección es muy difícil cuando el paciente es asintomático”, indicó a BioBioChile el doctor Jaime Cisneros, pediatra Nueva Clínica Cordillera.
Tal como se ha visto, esta enfermedad puede dejar secuelas graves en los más pequeños, las cuales pueden derivar en hospitalizaciones o internaciones en UCI.
“En la medida que el síndrome avanza, puede haber secuelas más graves, tales como la presencia de una disfunción cardíaca, lesión en los vasos sanguíneos arteriales, principalmente. También la presencia de miocarditis o un PCR alto. Por ello, el llamado es siempre a consultar lo antes posible con un especialista, así se puede evitar una hospitalización y el diagnóstico resultará de manera favorable”, concluyó.