Una de cada cuatro personas vacunadas con Pfizer o AstraZeneca experimentan efectos secundarios sistémicos (no en el lugar del pinchazo) que son leves, en especial dolor de cabeza y fatiga, los cuales llegan a su punto álgido en las veinticuatro primeras horas y suelen durar entre uno y dos días.
Ese es el resultado de un estudio que analiza más de medio millón de vacunados en el Reino Unido con las dos dosis de Pfizer y la primera de AstraZeneca, realizado por el King’s College de Londres y que publica hoy Lancet Infectious Diseases.
El análisis destaca que se han reportado “muchos menos” efectos secundarios en la población general tras recibir estas vacunas que los que se produjeron durante los ensayos clínicos.
Así, el 25,4 % indicó que habían sufrido uno o más efectos secundarios sistémicos y el 66,2 % informó de uno o más en el sitio del pinchazo.
El estudio también diferencia por tipo de vacuna: el 13,5 % comunicó efectos secundarios con la primera dosis de Pfizer, el 22 % tras la segunda de ese mismo preparado y el 33,7 % después del primer pinchazo con AstraZeneca.
Los efectos sistémicos incluyeron dolor de cabeza, fatiga, escalofríos y temblores, diarrea, fiebre, artralgia (dolor de articulaciones), mialgia y náuseas.
En el lugar de la inyección, fueron dolor, hinchazón, sensibilidad, enrojecimiento, picor, calor e inflamación de las glándulas axilares.
El efecto secundario sistémico más notificado fue el dolor de cabeza, que dijo haber tenido el 7,8 % después de la primera dosis de Pfizer y el 13,2 % después de la segunda, así como el 22,8 % de las personas que recibieron la primera de AstraZeneca.
En cuanto a la fatiga, el 8,4 % y el 14,4 % de los participantes informaron de esta después de la primera y la segunda dosis de Pfizer, respectivamente, y el 21,1 % tras la de AstraZeneca.
El estudio destaca que quienes habían ya pasado la covid-19 eran tres veces más propensos a tener efectos secundarios después de recibir las dosis de Pfizer. En el caso de AstraZeneca eran casi dos veces más propensos.
Los datos para el trabajo proceden de la aplicación “ZOE covid estudio de síntomas”, disponible en el Reino Unido, y su científico principal, el epidemiólogo Tim Spector, consideró que estas cifras “deberían tranquilizar a muchas personas”.
El investigador hizo hincapié en que “en el mundo real los efectos posteriores de la vacuna suelen ser leves y de corta duración, especialmente en los mayores de 50 años, que son los que más riesgos tienen de contraer la infección”.
Los datos proceden de 627.383 usuarios de la aplicación ZOE covid, que informaron de los efectos sistémicos y locales en los ocho días siguientes a la recepción de una o dos dosis de la vacuna de Pfizer o de una dosis de AstraZeneca entre el 8 de diciembre y el 10 de marzo.