Después de ponerse la vacuna contra la COVID-19, todavía es importante tomar precauciones de seguridad, como evitar el contacto estrecho con los demás, para prevenir la propagación del virus que causa la enfermedad del coronavirus 2019 (COVID-19).
Antes de que los expertos piensen en modificar las recomendaciones de seguridad actuales, es preciso investigar más para entender la inmunidad que una vacuna contra la COVID-19 brinda y cuánto dura esa protección.
Después de recibir ambas dosis de una vacuna de ARN mensajero contra la COVID-19 (que fueron las primeras vacunas autorizadas para administración en Estados Unidos), el cuerpo necesita aproximadamente dos semanas para desarrollar completa inmunidad.
Con la vacuna de Janssen y Johnson & Johnson contra la COVID-19, hay que esperar hasta cuatro semanas para desarrollar completa inmunidad.
“No obstante, incluso después de vacunarse, aún se puede contraer la infección que causa la COVID-19, porque no hay que olvidar que la vacuna de Pfizer-BioNTech contra la COVID-19 tiene una eficacia del 95 por ciento para prevenir una enfermedad del coronavirus con síntomas”, explica el Dr. Daniel DeSimone, Enfermedades Infecciosas, Mayo Clinic en Rochester, Minnesota.
“La vacuna de Moderna contra la COVID-19 tiene una eficacia del 94,1 por ciento para prevenir una enfermedad del coronavirus con síntomas. La vacuna de Janssen y Johnson & Johnson contra la COVID-19 tiene una eficacia del 66 por ciento para prevenir una enfermedad del coronavirus con síntomas. Por ello, aunque el riesgo de contraer el virus de la COVID-19 sea bajo después de vacunarse, todavía puede ocurrir”, añade.
Según el especialista de Mayo Clinic, de igual manera, tampoco queda claro si las vacunas contra la COVID-19 reducen la propagación del coronavirus y, por lo tanto, no se sabe si una persona vacunada puede ser portadora del virus de la COVID-19 y contagiar a los demás, aunque él mismo o ella misma no enfermen. Es necesario investigar más para determinar si una persona puede seguir contagiando después de recibir la vacuna.
“Debido a estos factores, las personas ya vacunadas todavía pueden poner en riesgo la salud de otros familiares y amigos no vacunados si los visitan en persona. Las personas mayores son las que más riesgo tienen de enfermar gravemente a causa de la COVID-19. Asimismo, los residentes de asilos para ancianos y convalecientes corren alto riesgo, porque conjuntamente a la edad avanzada, también suelen tener varios problemas de salud subyacentes”, agrega el Dr. Daniel DeSimone.
Incluso después de la vacuna contra la COVID-19, hay que seguir con las precauciones de seguridad y considerar abstenerse de visitar en persona a amigos y familiares hasta que se sepa más acerca de la inmunidad que brindan las vacunas.
En caso de querer hacer una visita en persona, hay que recordar mantenerse a distancia de los demás (unos 6 pies o 2 metros), usar mascarilla, hacer que dentro de lo posible la visita sea al aire libre o abrir ventanas y puertas para que el espacio esté bien ventilado, además de lavarse las manos con frecuencia.