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Técnicas, eficacia y mantención: Las diferencias de las principales vacunas contra el coronavirus

14 enero 2021 | 11:34

Chile ya comenzó su proceso nacional de vacunación, el cual dio inicio con la inoculación de los funcionarios de la salud que trabajan con enfermos de coronavirus. Se espera que, en un tiempo más, gran cantidad de la población tenga acceso a una vacuna, la cual será voluntaria.

En este sentido, el Instituto de Salud Pública (ISP) ya dio autorización para que la fórmula creada por Pfizer comience a ser administrada en el país, mientras que otras dos están a la espera del visto bueno de la autoridad sanitaria: Sinovac y Oxford – Astrazeneca.

Para los expertos, la llegada de diferentes tipos de vacuna es una gran noticia para el país, ya que desde un inicio se han resaltado los buenos efectos que éstas han tenido en sus estudios previos de Fase 3, teniendo en cuenta además que sus autorizaciones son de emergencia.

Al respecto la médica Carla Bastías, inmunóloga de Clínica Dávila y el Hospital Clínico de la Universidad de Chile, comentó a BioBioChile que las expectativas con las vacunas que están, y estarán, en nuestro país son positivas.

“Las vacunas para coronavirus este año han avanzado de forma importante, hay un montón de ensayos clínicos fase 3 y varias que han sido aprobadas en condición de emergencia por agencias como la FDA de Estados Unidos o las Agencias Europeas de Medicamentos”, indicó.


“(Por otro lado) de las vacunas que van a llegar a Chile, o ya están llegando, como Pfizer, Oxford o Sinovac hay diferencias técnicas en cada una”, aclaró.

Por su parte el médico Rodolfo Villena, Infectólogo de Clínica Las Condes, asume desde ya que nuestro país cuenta con una ventaja durante este proceso de vacunación, que se extenderá por un tiempo extenso.

“Lo primero es aclarar que lo más importante es que son todas vacunas que tienen muchas cualidades positivas y uno podría pensar que una es mejor que otras, según ciertos grados de eficacia, pero la verdad es que todas están por sobre el umbral solicitado por la OMS para su aprobación”, declaró.

“Por lo tanto es una muy buena noticia, porque es como empezar a comparar entre Mercedes Benz, Audi o cualquier auto de alta gama para ir a dejar al hijo al colegio. El mensaje principal es que la gente no se confunda y piense ‘esta es mejor, así que pónganme esta’. Hay que ser cuidadoso en el mensaje porque acá no te van a dar a escoger cual ponerse. Son todas buenas y es una gran noticia el tener acceso pronto. Hay que ponerse la vacuna que esté disponible”, añadió.

“Puede decirse que estas vacunas son seguras porque no contienen partículas virales que generen infecciones, porque tienen sólo porciones de este virus, que generan inmunidad pero no enfermedades”, comentó también la doctora Bastías.


Si bien ambos profesionales dejaron en claro que las vacunas que Chile dispone, y dispondrá, han tenido estudios de eficacia exitosos, también hay una necesidad de aclarar cuáles son sus diferencias más importantes, las cuales son notorias en su mecanismo.

La primera que ingresó a Chile fue Pfizer, la cual es señalado por medios extranjeros como una de las más innovadoras en el último tiempo.

“La vacuna de Pfizer es generada con tecnología nueva, en base a RNA mensajero, este es un material genético que tiene como objetivo crear proteínas virales que van a ser expresadas por las células del huésped, y en base a eso el sistema inmune genera una respuesta mediante linfocitos T y anticuerpos”, detalló Bastías.

“Tanto esta vacuna como la de Moderna están creadas a través de este RNA mensajero, el concepto es ese. En ambas el RNA viene en un vehículo (vacuna) que se introduce a través de microparticulas de lípidos, ingresan a las células y estas son capaces de crear proteínas virales que van a estimular el sistema inmune. Del punto de vista técnico ambas son similares”, agregó.

Por su lado, Villena hace énfasis en, tal vez, la única desventaja que tiene Pfizer con el resto: “La vacuna de RNA de Pfizer requiere una cadena de frío mucho más estricta con un congelamiento de -70 grados Celsius, lo cual complejiza un poco la logística de distribución y además son dos dosis con un intervalo de 21 días”.


En la actualidad Sinovac (China) tiene autorización del ISP para ser importada hasta Chile, aunque aún falta la discusión final para que su uso sea aprobado por las autoridades pertinentes.

“La vacuna de Sinovac es más bien clásica, es un mecanismo donde se ocupan antígenos del virus de forma completa pero inactivados. Es como decir que son pedacitos del virus que se inoculan y generan las respuestas del sistema inmune en base a los linfocitos T y anticuerpos”, detalla Bastías.

En este sentido, Villena deja en claro que la eficacia de esta fórmula aún no ha sido ratificada en un único porcentaje, debido a que todos los países donde ha sido probada han entregado cifras distintas. No obstante, también entregó un punto a favor: ningún vacunado con esta fórmula ha desarrollado una enfermedad grave por COVID-19.

“Esta es una vacuna inactivada, es decir que por métodos químicos ellos lograron inactivar el virus. Esta vacuna también se administra en dos dosis, entre cero a 14 días y tiene cadenas de frío que son las estándares, las que utiliza el programa nacional de vacunación chileno por ejemplo, que es una gran noticia”, detalló.

“Hasta ahora existe divergencia en los estudios de eficacia publicados, porque se hablaba de un 90% de eficacia en Turquía y alrededor de un 78% en Brasil. Todavía falta depurar la información para conocer la eficacia real de la vacuna, sin embargo, cuando analizas esta vacuna en enfermedad severa y mortalidad, es un 100% de eficacia. Tuvieron casos con gente que enfermó, aún estando vacunados, pero ellas tuvieron enfermedades leves, lo que ya cumple el objetivo de la vacuna”, comentó.


Por su parte la Universidad de Oxford y el laboratorio Astrazeneca fueron los primeros en experimentar una vacuna en 2020, cuando aún no se sabía muchos respecto al virus. Recientemente, se informó de una efectividad del 70% de esta fórmula, lo cual es superior a los estándares que exige la OMS.

“La vacuna de Oxford tiene un mecanismo vacunal más bien clásico, pero que se ha ido reconvirtiendo en el tiempo en un vector viral, que es un virus que no es capaz de generar enfermedades en humanos, pero que es alterado genéticamente para que sea capaz de transportar las proteínas y antígenos de otro virus. Esta ocupa un adenovirus que expresa en su superficie proteínas del Sars-Cov 2. Esto es lo que estimula al sistema inmune a generar defensas”, desarrolló Bastías.

“Ellos tomaron un adenovirus que de alguna forma disfrazaron de coronavirus por así decirlo. Esta fórmula también posee dos dosis, que están un poco más espaciadas entre cero y 28 días, que es bastante bien tolerada. Aparentemente la segunda dosis produce menos efectos adversos y la eficacia varía según el esquema, pero varía alrededor de un 70%”, complementó Villena.

“Su punto a favor es que su nivel de mantención de cadena de frío permitido es -20 inicial, pero tiene mayor duración en temperatura de refrigeración normal. Eso te permite disponer con mayor tranquilidad para vacunar a la población. Se puede obtener una producción masiva con costos más accesibles”, agregó.

Por ahora, ninguna de estas vacunas ha recibido aprobación para su uso en embarazadas o personas menores de 16 años, aunque algunas tendrían estudios adelantados en este campo.

Otro punto esencial que ha tenido este proceso es la reticencia que han mostrado ciertos grupos de la sociedad respecto a vacunarse contra el coronavirus, exponiendo algunos grados de temor a padecer efectos adversos.

Para Villena, por estos días se hace necesario poner a disposición de la gente mayor información respecto a este tema.

“Hay que educar, hay que escuchar cuáles son los temores que tiene la población y hay que ir aclarando con mensajes que sean muy simples. Las vacunas que vienen han demostrado eficacia, rangos de seguridad que son adecuados para la población y claramente vacunarse protege contra muerte y coronavirus severo”, concluyó.