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El Trastorno del Espectro Autista (TEA) ha ganado visibilidad en Chile debido al aumento de diagnósticos, lo que ha permitido una mejor comprensión de las señales que emiten las personas autistas. Expertas como Carol Bazignan y Marcela Arévalo explican que el autismo es una condición neurológica considerada una neurominoría, con una gran variabilidad entre individuos. El diagnóstico es fundamentalmente clínico y se destaca la importancia de la identificación temprana. Se ha observado un crecimiento en los diagnósticos debido a una mayor conciencia y visibilidad, lo que facilita el acceso a apoyos en salud y educación. A pesar de estos avances, aún se requiere construir una cultura más inclusiva y comprensiva hacia la diversidad neurocognitiva, con campañas para reducir el estigma y promover la inclusión. Es esencial fortalecer las redes de apoyo a las familias y garantizar el acceso a diagnósticos tempranos en el sistema público, así como crear políticas inclusivas en el ámbito laboral. En resumen, se aboga por una mayor conciencia, formación específica para docentes y autoridades, y presupuestos estatales que aseguren apoyos multiprofesionales tempranamente, todo con el objetivo de promover la inclusión y el respeto a la diversidad neurocognitiva en la sociedad chilena.

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En los últimos años, el Trastorno del Espectro Autista (TEA) ha podido tener una mayor visibilización en la sociedad chilena, debido a la gran cantidad de personas diagnosticadas con esta condición neurológica. Un aumento que ha permitido, en algunos casos, popularizar la comprensión de las señales que entregan los niños, mujeres y hombres autistas.

La psicóloga y académica de la Universidad San Sebastián, Carol Bazignan, y la magíster en Educación Inclusiva y coordinadora de la Dirección de Desarrollo Estudiantil de la misma casa de estudios, Marcela Arévalo, conversaron con BioBioChile y dilucidaron por qué existe una proliferación de diagnósticos de autismo en Chile, además de explicar qué hace falta en el país para que exista más conciencia sobre salud mental y neurodivergencias.

¿Qué es el TEA y cómo se diagnostica?

Para entender mejor aún este aumento de diagnósticos de TEA en el país, según Arévalo, es fundamental saber que el autismo es una condición neurológica considerada una neurominoría, que es entendida como una forma de funcionamiento neurocognitivo y no como un grupo menos importante, y que “obedece a una configuración que implica percibir y habitar el mundo -y la experiencia personal y social- de una manera poco convencional.

“Esta condición forma parte de las neurodivergencias y supone una combinación dinámica y heterogénea de desempeño en las diferentes áreas del desarrollo de una persona. Se considera un espectro porque hay una gran variabilidad entre personas autistas. Para mí, estas personas aportan una mirada fresca e innovadora del desarrollo humano y rompen las nociones normativas y rígidas acerca de la propia experiencia humana”, enfatizó la docente.

Pero, ¿cómo saber si una persona de mi círculo cercano tiene TEA? En ese sentido, Arévalo aclaró que “la identificación diagnóstica es fundamentalmente clínica”, siendo equipos interdisciplinarios los responsables de reconocer los rasgos de individuos con este trastorno, a través de conocimiento y, sobre todo, conexión y vínculo que permita identificar las particularidades en ámbitos del desarrollo humano, “como la interacción social, el procesamiento sensorial, la manera de aproximarse y disfrutar de intereses de manera detallada y profunda, entre otros”.

Por otra parte, la especialista dedicada a la educación inclusiva hizo hincapié en que dichos rasgos se hacen más o menos evidentes dependiendo del contexto, por lo que es muy común que la identificación de esta condición se dé en edades más avanzadas, sobre todo en personas que “desarrollan capacidades para pasar desapercibidos o aprenden a camuflarse en la sociedad”. Un factor que ha podido notar bajo su propia experiencia en la casa de estudios.

“He tenido muchos casos de estudiantes con identificación diagnóstica tardía, muchas veces a propósito de crisis personales en su adaptación al contexto universitario”, reconoció.

A su vez, Arévalo hizo un llamado a las personas que se vean afrontando este trastorno recientemente, asegurando que no están solos y que siempre es bueno buscar otros testimonios, ya que, “hoy en día, hay personas autistas contando su experiencia de vida y compartiendo relatos y consejos”.

“Es más fácil identificarse cuando encuentras a personas cuya experiencia resuena con la tuya. Es el primer paso. Luego, buscar centros profesionales con alta especialización y enfoques actualizados. Es fundamental que los profesionales a los que se acuda tengan experiencia y formación en autismo. Algunas fundaciones nacionales e internacionales trabajan colaborando en la psicoeducación para acercar a las personas que sospechan estar en el espectro autista brindando información en lenguaje comprensible y dando recomendaciones específicas”, detalló.

Más conciencia = más visibilidad = más diagnósticos

Respecto de por qué existe un aumento de casos de personas autistas, para Arévalo, la respuesta no está tan clara y sus razones pueden ser multifactoriales, desde la variación de los criterios de los diagnósticos desde el siglo XX a la actualidad hasta el mayor conocimiento sobre el funcionamiento neurocognitivo humano.

“El apoyo más identitario que ha forjado el movimiento de la neurodiversidad, la inclusión social y educativa y el acceso a apoyos tempranamente, el reconocimiento de formas de manifestación variable son también elementos para considerar en este aumento. Poco a poco, se han derribado mitos e ideas estereotipadas sobre las personas autistas“, enfatizó la docente de la USS.

Ley TEA
Ley TEA | Gobierno de Chile

Para Bazignan, justamente, la respuesta está en la mayor conciencia que existe en el país sobre neurodivergencias respecto de décadas anteriores, lo que ha permitido un aumento de visibilidad más que un alza real de personas con esta condición.

Gracias a una mayor visibilidad y concienciación pública, familias y educadores están mejor informados sobre los signos de alerta temprana, permitiendo diagnósticos más precisos y en edades tempranas. Los avances en herramientas de diagnóstico y una comprensión más inclusiva del espectro han ampliado la detección de casos con distintos grados de intensidad y necesidades”, sostuvo la especialista.

En la misma línea, agregó: “En algunos casos, el diagnóstico facilita el acceso a apoyos en salud y educación, lo que impulsa a las familias a buscar esta evaluación”.

La tarea de Chile sobre salud mental y neurodivergencias

Pese a que existe una mayor visibilidad del Trastorno del Espectro Autista, de acuerdo a ambas profesionales, aún falta mucho para construir una cultura más inclusiva y comprensiva hacia la diversidad neurocognitiva, y consideran que es el Estado el encargado de avanzar en varios aspectos.

“Se necesitan campañas públicas que reduzcan el estigma y promuevan la inclusión, ya que, como dice la Organización Mundial de la Salud (OMS), la educación es clave para entender y valorar nuestras diferencias. Los docentes también requieren formación específica, pues una educación inclusiva funciona mejor cuando los profesores tienen las herramientas adecuadas“, priorizó Bazignan, apuntando hacia lo más primordial de la sociedad; la educación.

En la misma línea, la académica de la Universidad San Sebastián hizo un llamado a las autoridades para fortalecer a los diferentes círculos de las personas autistas en sus distintos procesos de vida, ya sea cuando son niños, en el trabajo y a nivel familiar.

“El acceso a diagnósticos tempranos en el sistema público es fundamental, ya que recibir apoyo a tiempo puede cambiar la vida de un niño. En el ámbito laboral, es importante crear políticas inclusivas para que las personas neurodivergentes puedan integrarse. También es esencial fortalecer las redes de apoyo a las familias con acceso a terapias y recursos necesarios, pues su participación es clave para una buena inclusión“, profundizó la psicóloga.

Por su parte, Arévalo fue más enfática con las necesidades de los individuos con TEA y aseguró que es necesario que existan “presupuestos estatales que aseguren una provisión de apoyos multiprofesionales tempranamente, con mecanismos claros de detección, derivación y atenciones oportunas y de calidad a lo largo de la vida. Formación profesional actualizada y acceso a capacitaciones formales a costos razonables“, haciendo hincapié en que dichas certificaciones, actualmente, tienen un elevado costo.

“A nivel social, dar voz a las personas autistas y a sus familias, en la toma de decisiones sobre políticas públicas y favorecer la generación de alianzas entre familias. Los mejores datos vienen de la experiencia y la identificación de necesidades y de barreras para la inclusión debe considerar a personas autistas en los espacios sociales, educativos, laborales, entre otros.”, cerró.

“La despatologización del autismo sin abandonar un contexto de apoyos nos ha permitido ir equilibrando las creencias sobre estas personas, sus capacidades y el aporte valioso que pueden realizar a la sociedad”, Marcela Arévalo.