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El actor Colin Farrell compartió un emotivo vistazo a su vida con su hijo James, de 20 años, quien padece el síndrome neurogenético de Angelman, una condición que causa retrasos en el desarrollo y problemas de equilibrio, necesitando un cuidador debido a la dificultad para hablar. En una entrevista con People, Farrell expresó su deseo de que el mundo sea amable y respetuoso con James, y reveló la creación de una fundación dedicada a personas con discapacidades cognitivas, especialmente adultos que al cumplir 21 años pierden ciertos beneficios.

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El actor Colin Farrell compartió un poco común vistazo a su vida con James, su hijo de 20 años que padece de síndrome neurogenético de Angelman, el cual causa entre otros efectos retrasos en el desarrollo y problemas de equilibrio, requiriendo en su caso que un cuidador dado que en su caso la enfermedad incluso le impide hablar.

En conversación con People, reveló que “quiero que el mundo sea amable con James. Quiero que el mundo le trate con amabilidad y respeto”.

La entrevista se da con motivo de la inauguración de la fundación Colin Farrell, dedicada a personas con discapacidades cognitivas como su hijo. Específicamente adultos, dado que al cumplir 21 se vuelven inelegibles para ciertos beneficios.

Para ello también tuvo una sesión de fotos con su hijo, jugando en el patio y expresando que James “ha trabajado muy duro toda su vida, muy duro” para aprender “repetición” y “equilibrio”, y mejorar su “andar espasmódico”.

“Cuando empezó a comer solo por primera vez, su cara parecía un Jackson Pollock. Pero lo consigue, se alimenta estupendamente. Estoy orgulloso de él todos los días, porque creo que es mágico”, relató.

Sostuvo que ésta “es la primera vez que hablo de ello y, obviamente, la única razón por la que hablo es que no puedo preguntarle a James si quiere hacerlo”.

“O sea, puedo. Hablo con James como si tuviera 20 años y dominara perfectamente el inglés y tuviera una capacidad cognitiva adecuada a su edad, pero no puedo discernir una respuesta concreta de él en cuanto a si se siente cómodo con todo esto o no, así que tengo que tomar una decisión basándome en conocer el espíritu de James y la clase de joven que es y la bondad que tiene en su corazón’.

En ese sentido, espera que “si James supiera que tomándose una foto conmigo en el jardín trasero, que no es lo que más me gusta hacer, si el hecho de que hagamos esto pudiera ayudar a familias y a otros jóvenes adultos que viven con necesidades especiales, diría: “Papá, ¿de qué estás hablando? ¿Por qué me lo preguntas? Es una obviedad”.

“Cuando un hijo cumple 21 años, ya está solo”, dice Colin, faltando dos meses para que James llegue a dicha edad. “Todas las salvaguardias que se ponen en marcha, las clases de educación especial, todo eso desaparece, así que te quedas con un joven adulto que debería ser una parte integrada de nuestra sociedad moderna y la mayoría de las veces se queda atrás”.