Apoyo emocional y contención: Cómo cuidar la salud mental después de vivir un evento traumático
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Enfrentar un suceso traumático puede desencadenar una serie de complicaciones relacionadas con la salud mental. No obstante, existen herramientas que pueden ayudar a las personas a superar estos eventos y a evitar secuelas.
Los devastadores incendios de la región de Valparaíso han sido calificados como la tragedia más grande tras el terremoto y posterior tsunami de 2010. Hasta la fecha, se han registrado más de 130 fallecidos y miles de casas consumidas por el fuego.
Para muchas personas, principalmente para los cientos de damnificados por los siniestros, este hecho puede representar un suceso traumático que afecta no solo sus bienes materiales, sino que también su salud mental.
Diversas organizaciones estuvieron presentes en la zona para asistir y entregar contención emocional a las familias afectadas. Una de ellas fue el IST (Instituto de Seguridad del Trabajo), entidad que desplegó en terreno a sus profesionales para colaborar con las urgencias relacionadas con salud mental y física.
Al respecto, el psicólogo Marcel Boerner, subgerente de Desarrollo y Experiencias de Aprendizaje de la gerencia de Cuidado y Desarrollo de IST, entregó una serie de recomendaciones para enfrentar de manera correcta este tipo de experiencias.
¿Qué ocurre con una persona luego de vivir un suceso traumático?
El profesional explicó que cuando una persona atraviesa por una situación traumática de estas características, lo habitual es que manifieste un alto malestar emocional, así como “distintas emociones percibidas de manera desagradable como estrés, pena, rabia, enojo, frustración”, las cuales pueden variar dependiendo del individuo, pero que muchas veces se manifiestan con gran intensidad.
También, “es usual que se generen otras sintomatologías como insomnio, dificultades para dormir, pesadillas, desconcentración, fallas en la memoria, flashbacks de la escena, en fin, todo eso es esperable ante un desastre, un evento altamente traumático”, acotó el experto.
En estos casos, es esperable que los síntomas remitan espontáneamente al cabo de 1 a 3 meses, sin mediar tratamiento necesariamente. “Se trata de una reacción normal y adaptativa, de alguna manera, a la situación altamente traumática de las personas”, afirmó el psicólogo de IST.
No obstante, el problema continúa cuando algunas personas pueden mantener esa sintomatología por más tiempo. “Es allí cuando debemos pensar que el paciente puede desarrollar un cuadro clínico como un trastorno ansioso-depresivo o por estrés postraumático a largo plazo”, detalló Boerner.
Vale recordar que, en primera instancia, todas las personas están expuestas a un gran malestar psicológico, manifestándolo de distintas formas ante eventos traumáticos de alto impacto.
Para apoyar a los afectados en una situación así, lo primordial, según el psicólogo, es evitar y tratar de aliviar este malestar psicológico, prevenir que se haga crónico y que convierta en un trastorno, “en un cuadro clínico integral”.
Existen técnicas de contención emocional que han demostrado ser eficaces para aliviar el malestar emocional. Una de ellas son los llamados “primeros auxilios psicológicos”, los que actúan como un “analgésico para el dolor”, comentó el especialista de IST.
¿Qué podría considerarse como primer auxilio psicológico?
A grandes rasgos, los “primeros auxilios psicológicos” son una intervención orientada a disminuir el malestar emocional y prevenir secuelas a largo plazo.
En esta intervención, “se escucha activamente a la persona, se le acoge y comprende, se le normaliza con lo que le está diciendo, se le trata de bajar la ansiedad, eso es una fase de psicoeducación”, detalló el experto en salud mental. Además, agregó que se tiene que “evaluar si la persona requiere un tratamiento, una intervención más profunda, por ejemplo, con fármacos”.
En estos casos es relevante activar los primeros auxilios psicológicos para poder identificar cuáles son las redes de apoyo del paciente. El especialista de IST aseguró que los auxilios psicológicos no necesariamente deben aplicarse solo por profesionales de la salud mental, sino que también puede hacerlo cualquier persona con un entrenamiento adecuado.
Por otra parte, una de las recomendaciones clave que entregó el psicólogo Marcel Boerner es “no aislarse, conectarse con sus redes de apoyo, comunicar lo que le está pasando y poder expresar las emociones que siente”.
Además, es aconsejable complementar dichos ejercicios con una alimentación balanceada, actividad física y evitar el consumo de drogas o alcohol, ya que puedan empeorar otros aspectos de la salud mental.
¿Cuándo se debe acudir o pedir ayuda a un profesional?
Estos sucesos traumáticos pueden afectar de forma profunda a las personas e incluso involucrar aspectos que no se logran ver a simple vista. Para estos escenarios, lo ideal es acudir a un especialista lo antes posible.
Por ejemplo, luego de controlar el fuego de los devastadores incendios, “la mayoría de las personas están abocadas a solucionar lo material de la emergencia. Por lo tanto, mucha gente posterga la parte emocional un día o una semana”, explicó Boerner. Sin embargo, lo recomendable luego de enfrentar un episodio traumático es acudir a un profesional o pedir ayuda psicológica lo antes posible.
En los casos en que las personas tienen antecedentes de problemas importantes de salud mental, como por ejemplo una depresión o ideas suicidas, “en general, no se benefician tanto de estos espacios de contención o primeros auxilios, pues requieren tener tratamiento rápido y más profundo”, acotó. Para ellos, es necesario retomar sus tratamientos habituales o contar con una atención médica que corresponda con su respectivo cuadro.