Aunque el término se acuñó en los años 70, actualmente es un síndrome muy común que afecta la calidad de vida de las personas que lo padecen.
Si estás disfrutando de este fin de semana, pero tienes miedo de que llegue el lunes porque debes volver a trabajar, puede ser algo más que normal. Esto porque, considerando que es verano y hay días de calor, ameritan quedarse en casa. Pero, si se trata de una constante, puede ser un síntoma del “Síndrome de burnout”.
Se trata de un término que acuñó el psicólogo germano-estadounidense Herbert Freundenberger, que significa “síndrome del quemado o fundido” y se refiere precisamente a como te sientes respecto de tu trabajo.
No se trata de un cansancio físico, sino que va más allá y tiene que ver con tú sentir al momento de ir a trabajar.
Y considerando los cambios que tuvo el mundo laboral luego de la pandemia, es un síndrome más común de lo que muchos imaginan.
De hecho, la Organización Mundial de la Salud (OMS) reconoció al síndrome de burnout en la 11ª edición de la Clasificación Internacional de Enfermedades (CIE-11).
El síndrome de burnout: de dónde viene el término
Si lo traducimos al español, el síndrome de burnout sería algo como el síndrome de quemado o fundido.
El término lo adoptó en los años 70 el psicólogo Herbert Freudenberger, quien reconoció este síndrome en sus compañeros de trabajo en un centro de atención a drogadictos.
Freudenberger notó que sus compañeros llegaban a trabajar motivados, involucrados con sus funciones y hasta podían llegar a hacer labores voluntarias.
Sin embargo, cuando llegaba el año desde que estaban en el lugar, su actitud cambiaba, se les podía ver a menudo estresados, perdiendo su energía, desmotivados y frecuentemente, con cuadros clínicos de depresión, consignó Hufftington Post.
Eso porque luego de un año estando con exceso de trabajo y en un periodo prolongado, se volvieron cínicos y deprimidos, lo que no les permitía entregar una buena atención a los pacientes de centro.
Cuando el psicólogo vio esta condición en sus compañeros de trabajo, definió este síndrome como el “burnout”, aunque en esos años muy poca gente entendía o lo escuchaba.
Para nuestra década, 50 años después, es una enfermedad tan común que hasta la OMS la reconoce desde enero de 2022.
Señales que alertan el síndrome de burnout
Una vez que la OMS reconoce esta enfermedad, también entrega tres signos principales de ella, publicó National Geographic.
Se trata de la sensación de cansancio o agotamiento de la energía, el aumento del desapego mental hacia el propio trabajo, o sentimientos de negativismo o cinismo relacionados con el mismo y la reducción de la eficacia profesional.
Estas señales son propias del diagnóstico que muchas veces no se ven a primera vista, ya que muchos lo confunden con depresión o ansiedad.
Eduardo Perin, psiquiatra especializado en terapia cognitivo-conductual del Ambulatorio de Ansiedad del Hospital de las Clínicas de la Universidad de São Paulo (USP), señala que en cuanto a la sensación física, los síntomas son la presión frecuente en la cabeza, somnolencia excesiva o insomnio, falta de concentración, mareos, visiones borrosas y hasta el cambio de voz.
Añade para National Geographic que también puede ocurrir “taquicardia, temblores, sudoración, taquicardia, falta de aire, temblores, sudoración, dolor en el vientre o en el pecho, desmayos, sensación de hormigueo en el cuerpo y olas de frío y calor”.
En cuanto a los síntomas psicológicos, se puede ver irritación, aversión al trabajo, los compañeros y empleados del lugar, falta de ánimo, falta de voluntad y un cansancio exagerado.
¿Por qué se produce este síndrome en las personas?
La respuesta más sencilla a esta pregunta es el estrés crónico en el trabajo, pero primero hay que entender de dónde viene este estrés.
Puede ser causado por diversos factores, por ejemplo las altas exigencias laborales, falta de control y precario apoyo social.
Aunque también hay algunos factores externos al trabajo como las relaciones personales o las finanzas que pueden relacionarse con el burnout, consigna Infobae.
En ese sentido, Fabiano de Abreu Rodrigues, doctor en psicología y neurociencias, miembro de la Sociedad Brasileña de Neurociencias menciona: “Para afrontar el trabajo, muchas veces la persona se aleja de la familia, de los amigos y pierde la capacidad de desconectar de las obligaciones, de las metas. Y esto provoca una acumulación de estrés que no se alivia”.
Además, añade: “A veces, la propia persona extrapola el límite de su organismo en busca de una alta productividad. Algo muy demandado en la actualidad es ser siempre productivo”.
Lo que debes tener en cuenta
Entender que el problema radica en lo laboral y no lo personal puede ser un proceso muy difícil para algunas personas, sobre todo si están acostumbradas al trabajo duro constantemente y no lo ven como algo malo, sino que como parte de su vida normal.
La psicoterapeuta autora del libro “The Burnout Solution”, Siobhán Murray, señaló a BBC que muchos de los síntomas se pueden confundir con depresión.
Sin embargo, indica que se debe poner atención en los malos hábitos que va adquiriendo la persona que padece este síndrome, como el aumento en el consumo de alcohol y la dependencia del azúcar para sobrevivir al día a día.
También señala que si duermes 10 horas y aún sigues con sueño o dejas de tener energía para hacer ejercicio o salir a caminar, algo no está bien.
Otro signo es la sensación que tienes en el trabajo, cuando sientes que tus labores no tienen valor, comienzas a evitar compromisos sociales y te vuelves susceptible a la decepción.
Otra forma de percibir si estás viviendo este síndrome es pensando que solo ocurrirá por un mes o una semana de trabajo duro, sin embargo, pronto te das cuenta de que es una constante.
La especialista sugiere que si ocurre esto, visites de inmediato un médico que sea capaz de identificar la depresión y el síndrome de burnout.
Aliviar puede ser difícil
Aunque no existe un tratamiento específico y varía en cada paciente, una vez diagnosticado por un profesional, es posible que te pidan interrumpir las actividades laborales, lo que para personas con este síndrome puede volverse muy difícil.
“Una característica de las personas con este trastorno es presentar una hiperresponsabilidad con el trabajo. Piensan “¿cómo puedo dejar de trabajar ahora? Como si fueran los únicos responsables del funcionamiento de la empresa o del sector”, señaló Eduardo Perin.
Además, es vital volver a las actividades de ocio que se dejaron por el trabajo, junto a la actividad física y actividades que generen placer.
Pero, por sobre todas las cosas, es importante tener apoyo de profesionales de la salud que guíen el proceso de recuperación.