El Síndrome del Grinch se relaciona a aquellas personas que no sienten lo mismo que la mayoría por la Navidad, lo que tampoco está mal.
Por muy poco popular que suene, la Navidad no es la celebración favorita de todos. Y es que el estrés, las compras, aglomeraciones y falta de “espíritu navideño”, hace que muchas personas terminen por odiar esta fecha.
De hecho, esto puede desencadenar diversos síndromes en algunas personas, como por ejemplo el Síndrome del Grinch, el del villancico o el del puesto vacío.
Para conocer más sobre este fenómeno y las patologías que se pueden desencadenar, BioBioChile conversó con el psicólogo, Julio César Carrasco, psicólogo Master en Terapia EMDR, quien entregó algunas explicaciones a por qué no todos adoran la Navidad (lo que no está mal).
Según dijo Carrasco, la Navidad en su origen era para agradecer y compartir en familia, pero que “con el tiempo y los cambios sociales ha devenido en una celebración que también incorpora nuevas conductas y estresores que generalmente van relacionados con el consumo y las demandas sociales, cumplir expectativas y autoimponerse un cierre de año en el que el balance del año es visto como una autoevaluación”.
A lo anterior, agrega el especialista, se suma la economía actual, salir a comprar a los centros comerciales colapsados y el miedo a la delincuencia.
Además, hay otros factores, como por ejemplo “historias de vida y recuerdos de navidades pasadas que no siempre son un recuerdo memorable para todas las personas”.
“Muchas veces reunir a la familia, puede sonar a una situación beneficiosa, pero para algunas personas, desde una mirada del trauma emocional, puede ser un gatillante de experiencias traumáticas, dolorosas que al llegar este momento en el calendario inquietan y estresan a las personas que deben cumplir con este rito”, enfatizó el psicólogo.
El estigma de decir que no te gusta la Navidad
Para algunos, decir que no son fanáticos de la Navidad, o que definitivamente no les gusta, puede ser complicado, sobre todo por el “estigma” que se genera sobre ellos, como una persona gruñona o malhumorada.
Sobre esto, Julio Carrasco explicó que por la falta de identificación con la Navidad, algunas personas se sienten excluidas o incomprendidas al no compartir las mismas creencias que la mayoría de la gente, ya que la celebración tiene su origen religioso que no todos respetan o aceptan.
Esto puede causar estrés, sentimientos de incomprensión o soledad. Incluso, esta festividad puede ser angustiosa o traumática, ya que, producto de las actividades, las personas se ven obligadas a compartir con familiares o compañeros de trabajo con los que no tienen mayor relación.
“Esto puede ser muy angustioso y hasta traumático, ya que pueden enfrentarse a situaciones desagradables, conflictivas o violentas, o a personas con las que no se llevan bien o que les han hecho sufrir en el pasado”, señaló Carrasco.
Síndrome del Grinch y más
Como la Navidad genera diversas reacciones en las personas, dependiendo de sus experiencias, creencias y expectativas, puede derivar en trastornos afectivos estacionales, los que, según el psicólogo, han sido nombradas de forma coloquial como:
– Síndrome del Grinch: el especialista indica que se trata de un estado emocional reactivo que padecen quienes sienten una gran aversión hacia la Navidad y todo lo relacionado a ella, como las luces, adornos, regalos o villancicos. Estas personas pueden sentir angustia, ira, frustración o rechazo hacia quienes sí disfrutan con la festividad. Su origen podría ser a causa de traumas infantiles, pérdidas recientes, conflictos familiares o una crítica al consumismo e hipocresía asociada a la fecha.
– Síndrome del puesto vacío: este tiene que ver por la nostalgia o dolor que provoca la ausencia de un ser querido que ha fallecido o está lejos, o incluso se ha ido de la casa. Quienes padecen este síndrome pueden sentir tristeza, ansiedad o culpa a pertenecer a un grupo de personas que no han pasado aún adecuadamente por el duelo.
– Síndrome del villancico: el caso de este síndrome se exterioriza cuando las personas entran en conflicto consigo mismas por no conectar con el espíritu navideño, lo que les genera estrés y ansiedad. “Sienten que deben aparentar una alegría falsa, y que no pueden expresar lo que realmente sienten. Las causas son generalmente de autorregulación emocional o presión social por expectativas”, sentenció el especialista.
Tal como señala el psicólogo, Julio Carrasco, por diversas razones, no a todas las personas les gusta la Navidad y todas ellas son igual de válidas y respetables, por lo que llama a celebrar esta festividad como quiera o pueda, sin sentirse obligado a seguir normas o tradiciones que no le aportan.