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(Artículo 04 del Código Procesal Penal)
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Las tradicionales fiestas, las inminentes vacaciones, el término del año universitario y escolar… Para muchos, diciembre puede convertirse en uno de los meses más estresantes del año. Aquí te aconsejamos cómo superar esta fecha sin tanto cansancio.
Fin de año puede ser una época en que nos sentimos más cansados de lo usual. Por una parte, muchos trabajadores se toman vacaciones solo en verano, por lo que llegan un poco agotados a diciembre. Y por otra, las fiestas de Navidad y Año Nuevo requieren de mucha preparación previa, a lo que se suma el término del año escolar y universitario, para quienes estudian o tienen hijos.
Todo esto puede pasar la cuenta, pues todos tenemos un límite. Hábitos como la administración eficiente de nuestro tiempo y tener un presupuesto establecido para gastar en comida y regalos, pueden ayudar a cuidar nuestra salud mental, y así no llevarnos sorpresas inesperadas.
Así como éstos, hay más consejos que pueden ayudarte a superar este fin de año, y que nos ha entregado Carolina Pérez, psicóloga y consultora de la gerencia de Cuidado y Desarrollo del IST, Instituto de Seguridad del Trabajo.
La profesional indica que tratar de planificar nuestro tiempo, tanto en lo personal como laboral, sí puede servir para no agobiarnos: “Ir mirando cómo va mi agenda y, desde ahí, organizar el tiempo, dividiendo qué es lo urgente y qué es importante, qué cosas dependen de mí y en qué cosas puedo pedir ayuda.”
Además, en el caso de las familias, la experta considera importante que todas las personas participen de las tareas del hogar. Incluso los niños pueden aportar, siempre que sean cosas básicas y con supervisión de adultos.
«Muchas veces, en los hogares donde hay papá y mamá, la carga de lo doméstico se va más hacia la mujer, y eso lo dicen los datos. Incluso cuando las madres son dueñas de casa, se tiene la idea de que ellas no trabajan, siendo que el trabajo doméstico genera un alto nivel de estrés y que no tiene horarios”, expresa.
Por ello, recomienda: “Sincerar la conversación y ver cómo nos podemos distribuir las tareas. Y, en términos generales, ver cuáles son las posibilidades que tenemos como familia de hacer lo que imaginamos hacer. Uno se puede imaginar un panorama fantástico y que no estén las posibilidades económicas para ello, por ejemplo”.
Si lo que imaginas hacer no es realista para tu situación, Carolina Pérez sugiere pensar en otras formas de celebrar que no nos resulten agobiantes. Esto porque la finalidad de estas ocasiones especiales es pasarlo bien y no estresarse.
“¿Por qué no hacerlo de otra forma? Hay que hacerse la pregunta, ¿vamos a disfrutar de esto o vamos a terminar todos enojados en las horas previas a la Navidad?”, recalca.
Lo mismo aplica a las vacaciones: si estás pensando en salir en el verano, puedes mantener expectativas que vayan de acuerdo a tu bolsillo, para evitar problemas futuros de dinero.
“En esta época hay muchas familias que empiezan a pensar en sus vacaciones y eso también puede ser una fuente de endeudamiento. Quizás nos encantaría ir a una isla paradisíaca en el Caribe, pero no dan las ‘lucas’. ¿Por qué no pensar en la posibilidad de ir a un lugar más cercano? Finalmente, puede que las vacaciones no sean el descanso adecuado, y llegamos a marzo cansados y con un nivel de estrés”, afirma.
Y para quienes busquen técnicas específicas que les ayuden a relajarse en épocas de mucho ajetreo, pueden intentar practicar disciplinas como el mindfulness.
El mindfulness es “un conjunto de prácticas que fortalecen la capacidad y la habilidad nuestra de estar conscientemente en el presente”, según Sergio Palma, quien lleva varios años ejerciendo como coach e instructor de mindfulness en IST.
El mindfulness ayuda a alejar los pensamientos más negativos o que nos pueden resultar incómodos, debido a que se encarga de traernos de vuelta al presente: el objetivo es preocuparnos de lo que podemos hacer en este momento y no de todo lo que vendrá a futuro. Haz clic aquí para conocer algunos ejercicios de esta disciplina que recomienda el experto.
Por su parte, la psicóloga Carolina Pérez también apunta al mindfulness como una solución, acompañado de pausas de respiración.
“Cuando sentimos que estamos en esta vorágine de fin de año, como que nos genera ansiedad y angustia, nos pueden servir algunas herramientas de respiración, de meditación y mindfulness. O solamente parar dentro del día, unos cinco minutos, inhalar y exhalar, y tomar conciencia de cómo estamos”, dice.
“Si al hacer estas pausas, me voy dando cuenta de que la mayor parte del tiempo estoy en un estado de ansiedad, eso puede hacer que no logre conciliar el sueño al irme a dormir. Entonces puede que, asociado a este cansancio de fin de año, existan dificultades para conciliar el sueño o despertarse a mitad de la noche, lo que se llama insomnio de mantención”, acota.
Si, pese a que implementas hábitos como éstos, aún te sientes muy cansado o estresado, te recomendamos consultar con un especialista en salud mental.
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