El no saber decir que no, tener dificultad para poner límites y priorizar las necesidades de los demás por sobre las propias, podrían ser signos de un comportamiento con grandes repercusiones en la salud mental conocido como síndrome de la "niña buena".
Rosita Espejo, el recordado personaje de la teleserie de TVN, La fiera, Wendy de Peter Pan y Luisa de Encanto, son claros ejemplos de lo que se conoce en la psicología como el síndrome de la “niña buena”.
Una persona, que por lo general se identifica con el género femenino, que no sabe decir que no, que siempre se preocupa por los demás y que busca constantemente complacerlos por sobre sí misma, puede tener el mencionado síndrome.
De acuerdo a la jefa de salud mental de Clínica Dávila y psiquiatra de Dávila Vespucio, Eugenia Escorza, se trata de un trastorno que nace a partir de costumbres o conductas fuertemente fomentadas en los países latinoamericanos.
“Tiene que ver mucho con la estructura de los géneros sociológica. Se ha visto que afecta mucho más a mujeres que a hombres y hace que quien lo sufre da siempre mayor importancia a los deseos y necesidades de los demás“, explica la profesional.
Según la experta, estas características son muy conocidas respecto a la concepción que existe del género femenino en esta región del mundo.
¿Cómo identificar que tienes el síndrome de la “niña buena”?
La especialista detalla que existen ciertas características que sirven para detectar el síndrome.
Lo primero a tener en cuenta, explica, es que se trata de comportamientos reforzados en la niñez y que se mantienen durante el tiempo hasta la adultez. “También tienden a sufrir más bullying“, apunta.
Estas “niñas buenas” suelen pensar que al tener acciones bondadosas serán más aceptadas por la sociedad, “es una sobreadaptación a situaciones adversas, incluso”, añade Escorza.
Algunas características que permiten reconocer el síndrome son: “Es una persona complaciente en todo. No sabe decir que no”, detalla. Por tanto, hay problemas serios al poner límites.
“Hay una tendencia a estar siempre con una sonrisa como congelada. Sonríen cuando tienen ganas de llorar”, dice Escorza.
A lo que se suma la propia postergación, la cual se puede dar respecto a las emociones o necesidades individuales, y en contraste, prestar más importancia a las ajenas.
“Las críticas los destruyen, no hay una tolerancia a la frustración (…) Hay miedo extremo a decepcionar a los demás, llegando incluso a dañarse a sí mismas y enfocando toda su energía en los otros”, describe la profesional.
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Características de una “niña buena”
– Te cuesta decir que no: Negarse a hacer un favor, rechazar prestar pertenencias, o no acceder a ir a lugares que no son de tu agrado, puede ser algo muy difícil o casi impensado para una persona con el síndrome.
– Postergarse a sí misma: Las necesidades, deseos o intereses de los amigos, familiares o colegas suelen estar siempre por sobre los propios, por lo que recurrentemente accedes a suplirlas. Un ejemplo puede ser realizar una tarea designada a otra persona e incluso hacer horas extras en el trabajo con tal de no decepcionar a los otros.
– Estás preparada para todo: Una característica de las “niñas buenas” es anteponerse a todo lo que pueda ocurrir, esto con el fin de suplir las necesidades de los demás en el momento que sea.
– No poner límites: Este aspecto está relacionado con el no saber decir que no, lo que provoca que hagas cosas que no quieres o lejos de tu alcance.
– Intolerancia a las críticas y la frustración: Una persona con el síndrome no es capaz de aceptar que les digan que están haciendo algo mal o que están en un error, en consecuencia se frustran fácilmente y buscan maneras para “mejorar” y lograr las expectativas de los demás en una próxima oportunidad.
– Has sufrido bullying: En la misión de intentar complacer a todos es probable que te encuentres con personas que abusen de tu voluntad.
– Desarrollar ansiedad y problemas de autoestima: El no lograr cumplir las expectativas que tienen los demás sobre ti pueden llevarte a sentirte ansiosa o a sobrepensar cómo suplir esos objetivos que se ponen sobre ti. Los problemas de amor propio también son recurrentes entre las “niñas buenas”, pues el ser criticadas o “fallar” en complacer a los otros las lleva a pensar que no son lo suficientemente buenas.
– Transformas tu personalidad: Con el fin de caer bien y demostrar que eres una persona intachable, es posible que termines por hacer actividades e incluso comer cosas que no te gustan con tal de cumplir lo que se espera de ti.
– Disocias: De acuerdo a Clínica Mayo, el tener una desconexión y falta de continuidad entre pensamientos, recuerdos, entornos, acciones e identidad de forma involuntaria, pueden afectar la salud mental de una “niña buena”, pues pierden su consciencia del “yo”.
¿Afecta a la salud mental?
El mantener un comportamiento constantemente enfocado en los demás puede generar problemas en la salud mental de las personas con síndrome de la “niña buena”, afirma Escorza.
“Dejan de lado sus propias necesidades, el reconocer su propia identidad, sus metas y postergan”, esto último, según la profesional, podría significar grandes dificultades para la buena salud mental.
De acuerdo a la psiquiatra, puede traer problemas de “autoestima, ansiedad, disociación y de personalidad”. Todos estos elementos pueden repercutir en también en la salud física y en varios otros aspectos de la vida cotidiana.
Para hacer frente al síndrome, la especialista aconseja mantenerse “en el camino del medio”, es decir, no enfocarse demasiado en los demás ni en el sí mismo. Además de identificar y reconocer el propio “yo”.