En el afán de ayudar o al no saber cómo lidiar con alguien que sufre una crisis de ansiedad, algunas personas dicen cosas que en nada ayudan e incluso pueden ser contraproducentes. "Cálmate" y "Simplemente, no pienses en eso", son dos frases comunes que nunca deberíamos plantear a una persona ansiosa, según los especialistas.
Para quien no padece un trastorno de ansiedad puede ser muy difícil entender el comportamiento de una persona ansiosa y en su afán de ayudarle, puede incluso empeorar las cosas.
En este sentido, el terapeuta con 22 años de experiencia, Anthony Smith, explicó en una columna en el portal especializado Psychology Today que hay dos frases comunes que no son apropiadas de decir a alguien con ansiedad generalizada.
Smith indicó que decirle “Cálmate” o “Simplemente, no pienses en eso” a alguien que está en medio de una crisis de ansiedad, es totalmente inútil y contraproducente.
“La ansiedad no se puede simplemente apagar, así que no sugieras que se puede”, afirmó.
El profesional aclara que la ansiedad en sí no es mala, es una herramienta constructiva de autoconservación que permite reaccionar y estar alerta ante escenarios adversos o peligrosos. No obstante, cuando esta se vuelve permanente y se convierte en un estado de alerta máxima a perpetuidad, al punto de “desear estar muertos”, ya no es saludable.
Los trastornos de ansiedad se presentan en diversas formas, como pensamientos aterradores e intrusivos, como un estado de hipervigilancia o la sensación sofocante de sentirse permanentemente inseguro o en peligro.
“Cualquiera que sea la forma, para los que sufren de ansiedad generalizada, no hay retorno a un estado sin ansiedad”, dice Smith.
Consejos bien intencionados, pero inútiles para las personas ansiosas
El profesional, explica que quienes sufren de ansiedad suelen recibir consejos bien intencionados pero inútiles de los no ansiosos.
“Para los que no están sufriendo, puede ser confuso que alguien en tal estado no pueda ‘simplemente calmarse’. En consecuencia, decir ‘cálmate’ o algo similar puede ser su consejo”, manifestó. Pero, en última instancia, solo puede servir para exacerbar las cosas.
“La persona ansiosa, que busca apoyo, puede sentirse alienada, engendrando más irritación o angustia, lo que hace todo menos cultivar el bienestar”, complementa.
Es este sentido, si conoces a alguien que está muy ansioso y no sabes qué decir, evita decirle las siguientes dos frases y remplázala por reacciones más empáticas, como sugiere el especialista.
1. Por qué no decir “Cálmate”
Smith dice que esta frase suele ir acompañada de un tono que empeora las cosas.
“Es como si el observador no pudiera manejar la presencia de la persona ansiosa, enviándole el mensaje: ‘No puedo lidiar contigo’. Imagina estar en el extremo receptor de eso durante un ataque de pánico o cuando se está produciendo una reacción traumática”, indica.
¿Cuál es la alternativa? “Tomarse el tiempo para aprender a ser receptivo (en lugar de reactivo) probablemente producirá mejores resultados. Si te sientes irritado por la angustia de la persona, imagina lo que siente ella”, comenta.
“Comenzar simplemente reconociendo la presencia de la ansiedad es un buen punto de partida. Por ejemplo: ‘Jason, sé que te sientes realmente incómodo en este momento’, estableciendo un tono más empático”, recomienda.
Además, propone preguntarle a la persona cómo puedes ayudarle, pues eso hace que el otro se sienta acompañado y apoyado.
2. Nunca digas: “Simplemente, no pienses en eso”
La ansiedad generalizada es impulsada por pensamientos, muchas veces intrusivos que sugieren “esto es peligroso”. Las personas ansiosas pueden saltar rápidamente de una preocupación a un pensamiento persistente o un recuerdo traumático que genera mucha ansiedad, dice Smith.
Asimismo, los ansiosos tiene un mecanismo de defensa impulsado biológicamente para ponerlos en alerta máxima, “porque el pensamiento es esencialmente una percepción de peligro que alimenta la respuesta de supervivencia de estar en espera para luchar/huir”.
Decirle a alguien que “simplemente no piense en eso” lo que sea que lo está atormentando es una buena receta para irritarlo aún más.
Esto se debe a que, al igual que “Cálmate”, si fuera así de simple, lo habrían hecho, comenta el profesional.
Además, el uso del término “simplemente” hace que parezca que es fácil y que son “fracasados” por no poder hacerlo.
“Considera el efecto en una persona socialmente ansiosa cuya vida gira en torno al miedo al escrutinio de los demás. Es invalidante, ya que puede implicar que lo que sea que tengan en mente no es gran cosa”, añade.
¿Cuál es la alternativa? “cuando alguien divulga un pensamiento molesto relacionado con su estado de ansiedad, es mejor crear un diálogo sobre el asunto” y mostrar apoyo y resolver problemas de manera constructiva.
Por ejemplo, “si alguien se siente incómodo con la idea de tomar un vuelo, es difícil para la persona no pensar en ello cuando su mente está consumida por pensamientos sobre accidentes aéreos mientras cuenta preocupada las horas que faltan para el despegue”.
En este sentido, Smith propone responder con algo más reflexivo que pueda ayudarlos a sentirse apoyados y empoderados.
Un ejemplo sería decir: “Sé que no eres fanática de volar, pero no puedo evitar recordar las otras veces que volamos juntos y desembarcaste como si nada te molestara. ¿Cómo lo hiciste esa vez para superarlo tan bien?”, en este sentido, plantea recordarle que tiene la capacidad de hacerlo, ayudándole a cultivar su confianza.
“Revisa lo que hizo que la mantuvo estable en otros vuelos”, sugiere.