El Alzheimer es un trastorno neurológico progresivo, cuya principal característica física es una disminución en la masa cerebral y una atrofia de este. Es la causa más común de demencia, un deterioro continuo en el pensamiento, el comportamiento y las habilidades sociales que afecta la capacidad de una persona para vivir de forma independiente.
“Los signos tempranos de la enfermedad incluyen el olvido de eventos o conversaciones recientes. A medida que la enfermedad progresa, una persona con enfermedad de Alzheimer presentará un grave deterioro de la memoria y perderá la capacidad para llevar a cabo las tareas cotidianas”, explican desde Clínica Mayo.
Actualmente, es una enfermedad cuyo tratamiento solamente es paliativo, es decir, no tiene cura y su origen también es desconocido, pese a que varias investigaciones apuntan a posibles causas que incidan en el desarrollo de esta enfermedad.
En nuestro país, de acuerdo a cifras de la Corporación Profesional Alzheimer y otras Demencias, alrededor del 1,06% padece esta enfermedad (cerca de 180 mil personas) y se estima que para el 2050, 3,10% de la población (626.000 personas) tendrá Alzheimer u otra demencia.
Investigaciones sobre sus orígenes
Varios estudios y análisis de datos han dado cuenta de la relación entre el desarrollo del Alzheimer y otras demencias con los altos niveles de contaminación acústica. El ruido, parece alterar ciertas partes cerebrales que influirían en su padecimiento.
Anteriormente, ya se había asociado el ruido ambiental a la disfunción endotelial, aumento del estrés oxidativo, alteraciones en el sistema inmunológico y aumento de la inflamación sistémica, que a su vez se consideran eventos tempranos en la aparición de la demencia y el Alzheimer.
Ahora, una investigación publicada en la revista especializada The BMJ, estudió “la asociación entre la exposición residencial a largo plazo al ruido del transporte y el riesgo de demencia incidente en una cohorte nacional que incluía a adultos de 60 años o más que vivían en Dinamarca”.
Para dicho estudio, se incluyeron a 2,1 millones de daneses mayores de 60 años, excluyendo a quienes ya tenían un diagnóstico. Para la evaluación, las personas debían vivir en sectores muy poblados o cerca del movimiento automovilístico constante como camiones. En total, durante los poco más de ocho años de estudio, los resultados fueron concluyentes.
“En total, 31.219 participantes recibieron un diagnóstico de enfermedad de Alzheimer, 8664 un diagnóstico de demencia vascular, y 2192 un diagnóstico de demencia relacionada con la enfermedad de Parkinson”, sostiene un extracto del estudio.
En un estudio anterior, una publicación en The Lancet sobre la demencia, agregó a la contaminación del aire como un factor de riesgo modificable para la demencia, debido a la cantidad de investigaciones existentes que muestran que este tipo de polución contribuye a un mayor riesgo de demencia, también asociado al exceso del parque automotriz en una zona determinada.
Además, la investigación reciente también puntualizó en la importancia de las construcciones y disposiciones de las habitaciones hacia el ruido, ya que “varios estudios han sugerido que el ruido nocturno es crucial para los efectos adversos del ruido en la salud, especialmente por la interrupción del sueño, que es un período crítico para la restauración mental y cognitiva“.