Al pensar en el compromiso del matrimonio, no es aventurado afirmar que la gran mayoría de las personas da este “salto de fe” pensando que durará para siempre.
Ilusiones, planes en conjunto, un futuro basado en el nosotros, hijos y un sinfín de proyectos se vienen a la cabeza cuando una pareja decide dar el sí. No obstante, cada vez con más frecuencia existen situaciones que rompen estos vínculos y los llevan a la vereda del divorcio.
Así lo dejó entrever una investigación realizada en 2013 en Estados Unidos por los Institutos Nacionales de Salud -agencia principal del gobierno norteamericano responsable de la biomedicina y la salud pública de investigación-, la cual analizó las razones más comunes que llevan a las personas al divorcio: la falta de compromiso, la infidelidad y los conflictos y discusiones.
No obstante, los expertos creen que estas causas se pueden manejar… siempre y cuando se traten a tiempo.
Falta de compromiso
De acuerdo al estudio, ésta es la principal razón que lleva a las parejas a la separación.
En palabras de Óscar Castillero, psicólogo clínico español y redactor de la web especializada Psicología y Mente, “el compromiso es un concepto que hace referencia a un aspecto que puede llegar a ser muy complicado de llevar a cabo. Comprometerse implica esforzarse, perseverar y luchar por hacer, mantener, cuidar o alcanzar aquello acordado sea con uno mismo o con otros”.
“A muchas personas les asusta, y evitan comprometerse. Las hay que solo se comprometen cuando lo van a hacer de verdad. Otras se comprometen una y otra vez con diferentes cosas y personas a sabiendas de que jamás cumplirán y otros ante la adversidad se echarán atrás”, señaló.
En este contexto, Ann Gold Buscho, especialista en psicología y redactora de la web Psychology Today, expuso el caso de una pareja cuya falta de compromiso terminó por quebrar la relación.
“Jaqueline y Miguel (nombres ficticios) vinieron a mi consultorio para asesorarlos. Miguel dijo que se preocupaba por Jaqueline, pero que ya no tenía sentimientos románticos hacia ella. Habían estado casados durante 15 años y ambos habían estado atrapados en carreras ocupadas. Esperaba que pudieran seguir siendo amigos para criar a sus hijos juntos. Jaqueline se quejaba de haberle pedido a Miguel que fuera a terapia con ella cuando sintió que se alejaba. Se negó, diciendo: ‘no creo en la terapia’, y asumió que sus problemas se resolverían por sí solos sin ayuda”, contó la experta.
“El amor entre ellos se había secado debido a su falta de atención al problema. Ninguno de los dos estaba motivado para tratar de reavivar su relación en este punto. Estaban tristes y decepcionados, pero estaban de acuerdo en que era hora de seguir adelante”, añadió.
Infidelidad
La segunda razón por la que las parejas deciden divorciarse es, precisamente, la infidelidad.
En este sentido, Gold Buscho explicó que en todos sus años de experiencia “He visto que la gente rápidamente salta al divorcio cuando ha habido una transgresión, y una persona está demasiado ofendida para poder reparar el matrimonio”.
“Tengo la impresión de que en generaciones anteriores las parejas trabajaban más tiempo para mantener el matrimonio unido. Sin duda hay muchas razones para esta tendencia, una de las cuales es que el divorcio ya no lleva el estigma extremo que tenía en el pasado. Otra razón es que muchas mujeres dependen menos financieramente de sus maridos”, expresó.
Pese a ello, declaró que “Afortunadamente, la infidelidad no siempre es fatal para un matrimonio. Si bien es una crisis conyugal, la relación puede ser sanada si ambas personas están comprometidas a hacerlo”.
Ante ello la psicóloga Marissa Glover, colaboradora de la web especializada Psicología Online, aconseja que para superar una infidelidad las personas que cometen el acto debieran aceptar la situación, luego el afectado expresar sus emociones, tomarse un tiempo para procesar lo ocurrido y tomar una decisión respecto de si es capaz de aceptar a su pareja después del hecho.
Finalmente, la experta recomienda aprender a perdonar al otro y tratar los problemas con ayuda de una terapia de pareja, de modo de conocer las razones del engaño y abordar de la mejor manera la infidelidad.
Conflictos y discusiones
Según Gold Buscho, mientras que algunas relaciones se marchitan silenciosamente, otras sufren peleas cada vez más frecuentes y una comunicación muy pobre. “Con el tiempo, una o ambas personas se rinden”, dijo.
“Los clientes me dicen que estas discusiones son a menudo sobre asuntos triviales que escalan en ataques desagradables llenos de culpa y críticas. A menudo, ni siquiera pueden recordar de qué se trataba la discusión. Este es el punto en el que las parejas pueden buscar terapia como último recurso”, añadió la especialista.
Sin embargo, afirma que muchas parejas intentan salvar la relación cuando ya es demasiado tarde. “Cuando Pablo y Raquel (nombres ficticios) vinieron a mi oficina, inmediatamente comenzaron un acalorado inventario de sus quejas, muchas de las cuales databan de los primeros años de su matrimonio. Rápidamente escalaron a acusaciones salvajes y una actitud defensiva despectiva. No pudieron cambiar esta dinámica a largo plazo y finalmente acordaron separarse”.
“Pablo y Raquel habían estado casados por más de veinte años y tenían tres hijos adolescentes. Los niños habían presenciado sus discusiones durante años. No pude evitar preguntarme cómo dos personas que una vez se habían amado profundamente permitieron que su relación se volviera tan tóxica. Creo que sus peleas eran una especie de apego negativo, de que todavía se preocupaban profundamente el uno por el otro. Si no les importara tanto, no tendrían peleas tan acaloradas. Pero en este punto, ambos estaban agotados. Una vez más, podría haber terminado de manera diferente si hubieran buscado asesoría para cambiar su dinámica al principio de su relación”, concluyó.
Los 7 pasos para salvar tu matrimonio
En palabras de la experta, las investigaciones apoyan la consejería matrimonial como una manera efectiva de mantener vivo un matrimonio y prevenir las ‘gotas que derraman el vaso’ y conducen a la ruptura.
“Aprender habilidades de comunicación, como resolver desacuerdos y habilidades para resolver problemas antes de que estos comiencen, le da a las parejas herramientas en caso de que surjan problemas difíciles. Además, el asesoramiento puede normalizar el hecho de que todos los matrimonios tendrán desafíos a veces. Las personas a menudo se casan con la creencia ingenua de que su relación siempre será dichosa, o que una boda resolverá los problemas que ya han surgido en su relación. Predecir las dificultades y planificar con anticipación para enfrentarlas con el compromiso de buscar ayuda cuando sea necesario, puede salvar a muchos matrimonios del trauma de un divorcio”.
Su colega, la psicóloga de Psychology Today Susan Heitler, va más allá e incluso propone siete pasos contundentes para evitar el divorcio, los cuales te resumimos a continuación:
1. Prepararse para la acción
“Si de verdad queremos detener un divorcio, debemos, tan pronto como sea posible, calmar el pánico, saltarse los lamentos y hacer un plan de acción“.
2. Calmar la necesidad de hacerse la víctima
“Puede que ‘¿cómo pudiste hacerme esto?’ exprese cómo nos sentimos en el momento, pero probablemente sea una estrategia perdedora para recuperar el afecto de nuestra pareja. Saltemos a la fase de ‘siento orgullo por mí’. Recordemos las cualidades positivas que aportamos al matrimonio y encontremos una manera de mostrarlas a todo lo que da”.
3. Aclarar qué necesitamos cambiar
“Una lista de todas las ofensas que nos ha mencionado la otra persona y que ahora, en retrospectiva, podemos ver que eran intentos de evitar un divorcio resulta útil. Hay que listar todas las quejas, críticas y desacuerdos que podamos recordar. Luego, hay que hacer un mapa de acción para arreglar cada uno de los comportamientos en la lista”.
4. Sentirnos y vernos de la mejor manera posible
“El aspecto, tanto el esfuerzo que le ponemos en nuestra apariencia como el cómo nos sentimos con la manera en la que nos vemos, puede ser un factor muy importante para reactivar los sentimientos románticos y, a fin de cuentas, detener un divorcio”.
5. Limpiar las heridas viejas
“Hay que encontrar cuáles son los resentimientos y heridas que carga la otra persona y que podrían haber sido factores que llevaron a que pidiera el divorcio”.
6. Creer en uno mismo
“Si en el fondo no creemos ser dignos de ser amados, necesitamos cambiar eso”.
7. Aprender habilidades que todos necesitamos si queremos ser mejores como parejas
En el fondo, conocer y entregar lo que la pareja necesita del otro como, por ejemplo, mejorar la comunicación, regular el “mal genio”, colaborar más en las tareas del hogar, entre otras.