A través de los años los expertos en salud mental han descubierto cientos de nuevas fobias que atormentan a miles de personas en su vida diaria. Al clásico temor a las arañas o los aviones, se han sumado otros como la triscaidecafobia o miedo al número 13; o la hipopotomonstrosesquipedaliofobia, que irónicamente es el miedo a pronunciar palabras largas o complicadas. Sin embargo hay una que también suele llamar la atención por los distintos niveles que afecta: la eisoptrofobia.
Según el Instituto Nacional de Salud de EEUU, la eisoptrofobia “es el miedo a verse en el espejo; es una fobia específica y muy infrecuente”. Las personas con este problema con incapaces de enfrentarse a su propio reflejo en un espejo y lo evitan a toda costa.
Por lo general este problema suele estar vinculado a trastornos psicológicos de angustia y ansiedad social, así como a una baja autoestima, pero también se estudian otros factores externos.
Por ejemplo, esta fobia también se vincula a supersticiones y miedos irracionales a lo sobrenatural, como que aparezca un ente maligno desde el espejo, ser transportado a otro mundo dentro de este o simplemente que algo malo pase si rompe.
Y es que durante siglos la literatura ha utilizado los espejos y reflejos como un elemento de terror, donde del otro lado se esconde un universo paralelo. También ha sido vinculado al alma, dando pie a una larga lista de leyendas urbanas.
Los pacientes que se enfrentan a la eisoptrofobia sienten pavor de ver su reflejo en estos objetos, y si llegan a hacerlo, les provoca una sensación de pánico y terror, que desata sudoraciones, taquicardia, problemas para respirar y temblores en todo el cuerpo.
En ocasiones, también pueden desarrollar una catoptrofobia, donde el temor va más allá de verse a sí mismos en un espejo y se amplía a todas las imágenes reflejadas en otras superficies.
El tratamiento ideal suele ser la psicoterapia cognitivo-conductual, como se utiliza para otras fobias, pero no siempre es suficiente. “La medicación puede ser una alternativa, aunque su eficacia en fobias específicas es muy limitada”, se explica en un estudio de William Pitchot, psiquiatra de la Universidad de Liege, Sart Tilman, en Bélgica.
Por el momento, los expertos siguen discutiendo sobre esta nueva fobia, debatiendo si se trata de un miedo específico a los espejo o a su propio reflejo.