Las várices son un problema de salud común que afecta a millones de personas en todo el mundo. Sin embargo, a pesar de su prevalencia, existen numerosos mitos y creencias acerca de su causa, prevención y tratamiento.
Las venas varicosas, “son venas hinchadas y retorcidas que pueden verse justo debajo de la piel. Por lo general ocurren en las piernas, pero también se pueden formar en otras partes del cuerpo”, detalla la Biblioteca Nacional de Medicina.
Estas se desarrollan cuando las válvulas dentro de las venas, las cuales ayudan a mantener el flujo sanguíneo en una dirección, no funcionan adecuadamente.
Várices
“Si las válvulas están débiles o dañadas, la sangre puede detenerse y acumularse en las venas. Esto hace que las venas se hinchen, lo que puede conducir a venas varicosas”, explica el sitio.
A pesar de que en la actualidad existe mucha bibliografía sobre las várices, aún persisten numerosos mitos y malentendidos acerca de su causa, prevención y tratamiento.
Desde creencias populares sobre la genética hasta la percepción errónea de que solo afectan a personas mayores, los mitos en torno a las várices pueden generar confusión y, en algunos casos, retrasar el diagnóstico y la atención médica adecuada.
Para aclarar aquellos mitos, el médico internista Jesús de la Cruz, docente de la Universidad Cayetano Heredia, desmiente algunos mitos más comunes sobre las várices y ofrece información basada en ciencia para comprender mejor esta condición, a nuestro medio asociado, RPP Noticias.
1. “Las várices afectan exclusivamente a las mujeres”
Aquella frase resulta ser falsa, pese a que las várices son más frecuentes en las mujeres, los hombres también son un grupo susceptible de padecer esta afección, detalla el experto.
Los factores de riesgo en los varones incluyen la predisposición genética, la edad avanzada, el sedentarismo, la obesidad, y trabajos que requieren permanecer de pie durante largos períodos.
En ese sentido, es importante que ellos también presten atención a su salud venosa y consulten a un profesional en caso de presentar signos de várices, entre ellos, hinchazón en las piernas, dolor persistente, sensación de pesadez en las piernas, pies y calambres nocturnos.
2. “Las várices solo se presentan en gente de avanzada edad”
Si bien es cierto que el riesgo de desarrollar várices aumenta con la edad debido al desgaste de las válvulas venosas y a una mayor exposición al daño de los vasos sanguíneos, las várices también pueden afectar a personas más jóvenes.
De ahí también está la responsabilidad de estar alerta a las apariciones de estas venas.
3. “Todas las várices se pueden ver”
Esto último también es falso. Aunque las várices se producen en muchos casos debajo de la piel (insuficiencia venosa superficial), también hay várices profundas que no se van a ver a simple vista (insuficiencia venosa profunda).
La visibilidad de las várices va a depender mucho de la estructura del cuerpo y del tejido graso, menciona la experta.
4. “El ejercicio puede hacer que aumenten”
Que el ejercicio aumente las várices también es considerado falso, pues produce el efecto contrario, más bien puede mejorar el funcionamiento de las venas, inclusive el mantenerse activo puede ser beneficioso para la salud venosa y puede ayudar a prevenir o aliviar las várices.
“Recuerden que hay muchos factores que pueden desencadenar insuficiencia venosa, sobre todo el aumento de peso, estar mucho tiempo de pie o estar sentado en una sola posición. Entonces, el mantenerse activo y con un peso ideal acorde a su índice de masa corporal puede mejorar la aparición de várices”, indica el médico.
“Hacer ejercicio, perder peso, elevar las piernas al descansar y no cruzarlas al sentarse puede ayudar a evitar que las várices empeoren. El uso de ropa suelta y evitar largos períodos de pie también puede ayudar”, detalla el sitio como las opciones para evitar este tipo de venas.
5. “La cirugía es mi única opción para tratar las várices”
Por último, la cirugía no es la única opción para tratar las várices, pues gracias a los avances tecnológicos han aparecido muchas opciones para tratar la insuficiencia venosa. Entre ellas destacan la ablación y la flebectomía.
“La ablación consiste en cerrar la vena por completo para redirigir el suministro de sangre a una vena más sana… La flebectomía es un procedimiento mínimamente invasivo. En el peor de los casos ya se recurre a un tratamiento quirúrgico cuando las várices son muy severas” explica el especialista.
Cabe recalcar que las várices pueden tratarse y controlarse, pero lamentablemente ese tipo de afección no tiene curación.
6. “El color determina su gravedad”
El color de la várice no tiene relación con su gravedad, pues para ello influyen muchos factores, entre ellos el tono de piel, lo superficial que se encuentra la vena y el grosor de su pared, detalla el sitio UC Christus.
Lo que puede pasar y que sí es importante respecto al color es cuando ocurre una trombosis de una várice (tromboflebitis) y se produce mucho dolor e inflamación en relación con la vena afectada. En esos casos la zona se torna roja.
“A medida que se genera daño en la piel por la insuficiencia venosa esta se pone más oscura y se endurece. Estos cambios son preocupantes porque son signos de que puede producirse una úlcera venosa en la zona”, se detalla.
7. “Los zapatos con tacos ayudan a su aparición”
Este último punto también es considerado falso. Según explicó el doctor Manuel Espíndola, cirujano vascular, para Clínica Las Condes, el taco de los zapatos no tiene nada que ver con la aparición de las várices, “puede producir un problema del pie o acortamiento del músculo de la pierna, pero nadie tiene que ver con las venas dilatadas”, menciona.