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Un gen particular, el "gen del café", ha sido identificado en personas que pueden disfrutar de una taza de café a altas horas de la noche sin que les afecte su capacidad de dormir. Este gen, conocido como CYP1A2, determina la rapidez con la que el cuerpo metaboliza la cafeína. Un estudio realizado por el Dr. Ahmed el Sohemy de la Universidad de Toronto reveló que las personas con la variante rápida de este gen, que metabolizan la cafeína rápidamente, tienen un menor riesgo de sufrir un infarto en comparación con aquellos con la variante lenta. Los resultados también muestran diferencias en el rendimiento físico tras consumir cafeína, demostrando que los metabolizadores rápidos realizan pruebas contrarreloj de manera más eficiente. Sin embargo, factores como el uso de anticonceptivos orales, el abandono del tabaco o condiciones médicas como el TDAH pueden influir en la reacción de una persona a la cafeína, más allá de su genética.

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¿Puedes tomar un café a las 10 de la noche y dormir tan profundo como un bebé? La respuesta automática de la mayoría sería decir que es imposible, sin embargo, hay personas para las que esto es muy normal.

Se trata de quienes tienen un gen particular, uno que denominan el “gen del café”.

Pueden comenzar o terminar su día con una taza de café, pero este, aunque te pueda despertar, no alterará tu día a día normal, como cuando optas por un café justo antes de dormir.

Todo esto se descubrió a través de un estudio que logró descifrar a través de este gen a dos tipos de personas, según su reacción al café o más bien a la cafeína.

efectos del café
Contexto | Canva

¿El gen del café existe realmente?

“La gente que es capaz de tomarse un café a las 11 de la noche y dormirse, ha sido bendecido con el gen del café”, así comienza un video de Tiktok que hace algunas semanas es viral en la plataforma y que habla precisamente sobre esta particularidad en algunas personas.

Se trata del gen CYP1A2, el que fue objeto de estudio de Ahmed el Sohemy, profesor del Departamento de Ciencias Nutricionales de la Universidad de Toronto.

El científico notó que las investigaciones sobre el efecto de la cafeína hace poco menos de una década no iban en la dirección correcta, porque las respuestas podían ser demasiado variadas, considerando cómo la gente reacciona a ella, consignó The New York Times.

Por lo que decidió tratar de entender por qué había personas que con una taza de café se agitan y activan, mientras que otros pueden tomar cuatro tazas y si tienen sueño, apenas pueden mantener los ojos abiertos.

Por lo mismo, se enfocó en este gen específico, que controla una enzima que lleva el mismo nombre y que determina qué tan rápido el cuerpo procesa la cafeína.

Este gen tiene dos variantes, una “rápida” y otra “lenta” que son heredaras de los progenitores. Si recibes de ambos la rápida, tu cuerpo metabolizará la cafeína cuatro veces más rápido que quienes reciben una o más copias de la variante “lenta”.

Contando con toda esta información, el Dr. Sohemy inició su estudio para ver realmente cuál era el efecto de este “gen del café”.

¿Más café, menos infartos?

Para poder llegar a sus resultados, Sohemy y su equipo reclutaron a 4 mil adultos, de los que el 50% había sufrido un infarto antes de comenzar el estudio.

En una primera instancia, analizaron a todo el grupo, descubriendo que tomar cuatro o más tazas de café al día, se asociaba a un riesgo de infarto, incrementado en un 36%.

Pero esa hipótesis no dejó tranquilo al Dr. Sohemy, por lo que separaron a las personas en estudio de acuerdo a la variante que poseían del gen del café, “rápida” o “lenta”.

Café matutino
Contexto | Canva

Aquí es donde se encontraron con una gran sorpresa, que, en parte, cambiaba su resultado anterior. Descubrieron que el alto consumo de café en personas con la variante “rápida”, es decir, que metabolizan rápidamente el café, tienen una especie de protector que reduce significativamente el riesgo de infarto, mientras que para los que poseen la variante “lenta” la probabilidad de infarto aumenta.

Sohemy explicó a NYT, “El aumento del riesgo que observamos en la población total estuvo provocado por completo por los metabolizadores lentos… Cuando analizamos a los metabolizadores rápidos, vimos que no había riesgo incrementado en lo absoluto”.

Según el investigador, esto es posible porque mientras más tiempo la cafeína esté en el cuerpo, tiene más tiempo para actuar como un disparador de infartos.

En el caso contrario, al metabolizar tan rápido la cafeína, los antioxidantes, los polifenoles y otros de los compuestos saludables del café, tienen un impacto positivo en el cuerpo.

¿El café te activa o te pone más lento?

Entre los descubrimientos que hizo el equipo de la Universidad de Toronto, descubrieron que las bebidas con cafeína no benefician en absoluto a las personas con la variante “lenta”.

Midiendo cómo cambia el rendimiento de los ejercicios en ambos tipos de personas, “se demostró que los metabolizadores rápidos realizan ciclos más rápidos durante una prueba contrarreloj después de ingerir cafeína, mientras que los metabolizadores lentos registran tiempos más lentos después de consumir la droga”, consigna Infobae.

Sin embargo, los investigadores también son claros en que la variante del gen del café que tengas no determina al 100% la forma en que actuarás ante ella, debido a que varía en cada persona.

Taza de café
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Marilyn Cornelis, profesora asociada de medicina preventiva en la Facultad de Medicina Feinberg de la Universidad Northwester, menciona que los anticonceptivos orales pueden disminuir la actividad del CYP1A2 y aumentar la sensibilidad a la cafeína.

Lo mismo ocurre con fumadores que abandonan el cigarro, necesitan disminuir el consumo de café porque son más sensibles a este.

Además, quienes sufren trastorno por déficit de atención, hiperactividad o TDAH, podría llegar a causar una sobreestimulación en quienes toman medicación.