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Procedimiento a carros en Estación Central: los severos riesgos a la salud al reutilizar el aceite

29 agosto 2024 | 20:00

Durante el pasado jueves se informó sobre un procedimiento a carros ilegales de comida en Estación Central, el cual arrojó datos preocupantes sobre el aceite que se usa en esos lugares.

En concreto, se tomaron muestras en tres carros de comida, de los cuales dos arrojaron niveles de compuestos polares por sobre la normativa y una en el límite.

Esto significa que no eran aptos para el consumo humano, implicando un riesgo para la salud.

Lo anterior se desprende de la reutilización de este producto, en la cual pierde sus componentes nutricionales, aumentando la oxidación y la formación de compuestos tóxicos.

Entre los riesgos para la salud está el posible desarrollo, a largo plazo, de enfermedades como cáncer, males cardiovasculares y situaciones hepáticas.

Fabiola Fuentealba, académica de la Escuela de Nutrición y Dietética de la Universidad San Sebastián, explicó el proceso que ocurre.

Procedimiento en Estación Central y riesgos de reutilizar aceite

“La Organización Mundial de la Salud ha informado que las altas temperaturas sobre grasas y aceites dan lugar a reacciones químicas complejas que generan la aparición de sustancias como las dioxinas, asociadas a varios tipos de enfermedades que afectan al hígado, corazón, sistema inmunológico y reproductivo”, indica.

“Al freír, los alimentos no solo experimentan cambios deseables en sus características organolépticas como sabor, olor, color y textura, sino que también tienen efectos negativos para salud, como la producción de ciertos compuestos tóxicos generados en el proceso”, agrega.

Asimismo, un estudio de la Universidad de Shanmugam y Universidad de Illinois en Chicago determinó que usar muchas veces un aceite, esto puede llegar a causar daño neurológico.

En concreto, el estudio destaca que el recalentamiento del aceite no solo reduce sus antioxidantes, sino que también aumenta la presencia de sustancias nocivas como la acrilamida, las grasas trans y los peróxidos.

Asimismo, estos cambios en la composición del aceite repercuten negativamente en la red de comunicación entre el hígado, el intestino y el cerebro.

Este eje, aseguran, es fundamental para el mantenimiento de diversas funciones fisiológicas, y su alteración está vinculada a trastornos neurológicos.

“Freír a altas temperaturas se ha relacionado con varios trastornos metabólicos, pero no se han realizado investigaciones a largo plazo sobre la influencia del consumo de aceite frito y sus efectos perjudiciales para la salud”, afirmó Kathiresan Shanmugam, profesor asociado de la Universidad Central de Tamil Nadu, en Thiruvarur (India).

“Que sepamos, somos los primeros en informar de que el consumo prolongado de aceite frito aumenta la neurodegeneración en la descendencia de primera generación”, agregó.