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Sentir frío constantemente puede indicar condiciones subyacentes como hipotiroidismo, anemia o mala circulación, entre otros. El Dr. Xavier Xercavins explica que problemas metabólicos o de células sanguíneas pueden desestabilizar la termogénesis del cuerpo, provocando esta sensación. Posibles razones incluyen el consumo de medicamentos para la presión arterial, problemas de azúcar en la sangre, deshidratación, hipotiroidismo, anemia por deficiencia de hierro, falta de sueño, delgadez, mala circulación, enfermedad arterial periférica y deficiencia de vitamina B12. Se recomienda consultar a un médico para abordar estas posibles causas y tomar medidas adecuadas como cambios en la dieta, ejercicio y medicamentos si es necesario.

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Si bien en normal tener frío cuando las temperaturas bajan y no estás lo suficientemente abrigado, sentirlo todo el tiempo puede ser señal de algo más.

Así lo señala un artículo de Health revisado por el doctor Reza Samad, médico broncopulmonar estadounidense, el que indica que aunque algunas personas son más friolentas por naturaleza, otras esconden condiciones de salud subyacentes como hipotiroidismo, anemia o mala circulación, entre otros.

El Dr. Xavier Xercavins, médico de familia y experto en medicina interna, explicó en La Vanguardia, que “cualquier problema que afecte al área metabólica o a las células sanguíneas, como la anemia, infección, virus crónico, colagenosis o enfermedad inmune, desestabiliza la termogénesis del cuerpo y puede provocar que la persona tenga siempre esta sensación de frío”.

En este sentido, explicó que “por eso cuando uno tiene gripe, enseguida cierra las ventanas, se acurruca y se tapa porque tiene una infección”.

Posibles razones que explicarían por qué siempre sientes frío

A continuación enumeramos algunas razones que pueden explicar por qué eres tan friolento.

1. Consumes medicamentos para la presión arterial

Si consumes medicamentos beta bloqueadores para la presión como metoprolol, estos pueden disminuir la cantidad de sangre que llega a tus manos y pies, y como consecuencia, tenerlos siempre helados.

Esto ocurre porque estos fármacos ralentizan tu corazón, mejorando el flujo sanguíneo y reduciendo la presión arterial.

Si sospechas que es tu caso, puedes conversar con tu médico y analizar un cambio de medicamento, además de abrigarte mucho.

2. Problemas de azúcar en la sangre

Las personas con problemas de azúcar en la sangre (como diabetes o resistencia a la insulina) pueden desarrollar neuropatía periférica, la cual daña los nervios de tus manos y pies. Esto incluso puede causar entumecimiento y dolor.

Como tus nervios están dañados, mandan mensajes erróneos al cerebro sobre la sensación de temperatura y esto derivar en que se te enfríen pies y manos.

Por otro lado, la hipoglucemia (o bajas de los niveles de azúcar en la sangre) también puede causar escalofríos.

Si crees que es tu caso, acude a tu médico y controla tus niveles de azúcar en sangre llevando una vida saludable que incluya una dieta equilibrada y ejercicio. El especialista puede recetarte medicamentos que ayuden a controlar tu condición.

3. Deshidratación

Estar siempre con frío puede ser signo de que debes beber más agua, pues una de sus funciones de esta es regular la temperatura corporal.

Cuando estás bien hidratado, el agua puede retener el calor y liberarlo lentamente, logrando así mantener una adecuada temperatura corporal, consigna Health.

La solución es beber más líquido, y de ser necesario, consumir refrescos con electrolitos.

4. Hipotiroidismo

Uno de los síntomas comunes del hipotiroidismo (niveles bajos de hormona tiroidea) es sentir frío permanente, debido a que puede ralentizarse tu metabolismo, haciendo que generes menos calor.

El problema puede subsanarse con un tratamiento adecuado que reemplace la hormona que tu cuerpo no produce.

5. Anemia por deficiencia de hierro

Otra causa usual del frío permanente es la anemia por deficiencia de hierro. Esto ocurre porque el hierro ayuda a los glóbulos rojos a transportar oxígeno en el organismo, lo que produce calor. Cuando tus niveles de hierro son bajos, este proceso se ralentiza.

Si crees que es tu caso, puedes ir al médico y pedir una orden de examen para verificar tus niveles de hierro y tomar las medidas necesarias.

Cabe destacar que alimentos como legumbres, pollo, pescado y cereales integrales son ricos en hierro.

6. Falta de Sueño

Cuando duermes mal o poco, tu sistema nervioso se ve afectado, lo que puede alterar los sistemas que regular la temperatura corporal.

La única solución es dormir lo suficiente, ojalá entre 7 u 8 horas por noche.

7. Eres muy delgado

Las personas que tienen bajo peso, pueden carecer de suficiente grasa corporal, lo que te lleva a sentir más frío.

Lleva una dieta equilibrada, rica en nutrientes de todo tipo, como carbohidratos, grasas saludables y proteínas.

8. Mala Circulación

Cuando tienes problemas de circulación, la sangre puede no llegar lo suficiente a tus manos y pies, lo que hace que sientas más frío.

De hecho, en los pacientes con la enfermedad de Raynaud, los vasos sanguíneos de manos y pies suelen estrecharse temporalmente con el frío.

Cuando comienzas un tratamiento para mejorar la circulación sanguínea, el problema suele solucionarse.

9. Enfermedad Arterial Periférica

“La enfermedad arterial periférica (EAP) ocurre cuando sustancias grasas se acumulan en tus arterias periféricas, reduciendo el flujo sanguíneo. Esto puede disminuir tu temperatura corporal”, consignó Health.

En este sentido, puedes adoptar un estilo de vida más saludable, además de seguir un tratamiento médico o incluso optar a una cirugía para corregir el problema.

10. Deficiencia de Vitamina B12

Un bajo consumo de vitamina B12 puede llevarte a la anemia, que suele hacer que sientas más frío. “Otros síntomas de la deficiencia de vitamina B12 incluyen encías sangrantes, fatiga, irritabilidad y piel pálida”, añade Health.

Para aumentar tus niveles de B12 puedes consumir suplementos, o consumir alimentos como pescado, carne, huevos, leche y otros productos lácteos, además de cereales fortificados.

Cómo abrigarse de manera eficiente

Si eres una persona friolenta, es probable que el invierno sea complicado para ti. En este sentido, puedes abrigarte de manera eficiente para retener el calor.

La clave es usar tres o más capas de ropa, siguiendo el ejemplo de los deportistas, en lugar de usar prendas muy gruesas que pueden dejar entrar el frío.

La esquiadora olímpica Kiki Cutter sugiere usar ropa interior larga y térmica como primera capa. Las prendas de polipropileno y telas hidrofóbicas (repelentes al agua) son ideales para mantener el calor sin absorber humedad, mientras que el polar debe evitarse porque provoca transpiración excesiva que puede enfriarse. Los calcetines de bambú o cobre son excelentes para mantener los pies secos y libres de bacterias.

La segunda capa debe proporcionar abrigo con materiales naturales como lana o cashmere. Pantalones largos de jeans o reno son recomendables y, en caso de usar faldas, acompañarlas con ballerinas o pantys de lana. Los zapatos ideales son botas hasta las rodillas con plantillas de materiales cálidos como lana o chiporro.

Finalmente, la tercera capa tiene una función protectora contra los elementos, por lo que chaquetas impermeables o cortavientos son esenciales. Los accesorios también son cruciales: gorros que cubran orejas y parte del cuello, guantes y bufandas que protejan nariz y boca son indispensables para evitar que el frío penetre. Mantener el calor en zonas clave como la cabeza es vital para enfrentar el invierno de manera efectiva.