Como si no fuera suficiente frío y lluvia, esta próxima semana arranca de manera oficial el invierno. Una estación del año donde el cuidado de la piel es fundamental, tanto como en verano, y que se tiende a dejar de lado.
Ya sea por las bajas temperaturas, duchas calientes y/o sequedad, mantener la piel saludable es un gran desafío y la cosmetóloga especialista en medicina estética y docente de la Universidad Católica de la Santísima Concepción, Rocío Bilbao, entrega consejos y recomendaciones para este cuidado.
Si tienes piel seca, preocúpate del invierno
A diferencia con el verano, donde el cuidado se concentra en la alta intensidad de rayos UV y donde las pieles grasas suelen sufrir más por producción de sebo y sudoración (causando brotes de acné y la necesidad de limpiarla con más frecuencia), la bandera roja se levanta para las personas con piel seca en invierno.
De acuerdo a la cosmetóloga penquista, además de verse afectada por los vientos fríos (perdiendo su humedad de manera más rápida), la protección de la piel es fundamental en esta temporada debido a varios factores ambientales y fisiológicos que afectan la salud y apariencia.
“El frío tiende a ser seco y, cuando se combina con calefacción interior, reduce la humedad ambiental. Esto provoca que la piel pierda su humedad natural, llevándola a la sequedad, descamación e irritación. Además, muchas personas tienden a tomar duchas más calientes, lo cual puede eliminar los aceites naturales de la piel, contribuyendo a su sequedad”, destaca Bilbao en conversación con BioBioChile.
En la misma línea, la también kinesióloga apunta a condiciones médicas específicas y, pese a haber en menor intensidad en invierno, enfatiza además en los rayos UV.
“El invierno puede volver la piel más sensible y exacerbar ciertas condiciones como el eczema, la psoriasis y la dermatitis atópica debido a la combinación de aire seco y temperaturas frías. Y aunque el sol parece menos intenso, los rayos UV pueden ser igualmente dañinos, especialmente cuando se reflejan en la nieve. Es importante continuar usando protector solar para prevenir el daño solar y el envejecimiento prematuro”, puntualiza la profesora de la UCSC.
Pero, ¿sólo las pieles secas deben preocuparse del invierno? Por ningún motivo. Y es que, según Bilbao, otro factor importante que afecta a la piel son las lluvias, ya sea por la alta humedad que genera, sus contaminantes, el daño que puede causar al cuero cabelludo y el exceso de grasa en pieles propensas.
Por otra parte, cabe consignar que el invierno trae consigo el riesgo a varios problemas cutáneos y distintos problemas en la piel, tales como perniosis (sabañones), sequedad e irritación extrema, labios agrietados (queilitis) y otras infecciones bacterianas y fúngicas.
Consejos y recomendaciones
Cuidar la piel adecuadamente en cada estación ayuda a mantener su salud y apariencia, adaptándose a las necesidades específicas de cada clima. En ese sentido, la cosmetóloga entregó recomendaciones básicas que ayudan a mantener la piel hidratada, protegida y saludable durante los meses fríos.
1. Usar humectantes más ricos y emolientes.
2. Aplicar protector solar incluso en días nublados.
3. Evitar duchas y baños muy calientes.
4. Utilizar humidificadores en interiores.
5. Beber suficiente agua para mantener la hidratación interna.
En días lluviosos y, especialmente para las personas con pieles grasas, Bilbao aconseja “usar productos ligeros y no comedogénicos (que no obstruyan los poros), limpiar bien la piel después de estar expuesto a la lluvia para eliminar impurezas y lavar el cabello con más frecuencia si notas que se vuelve grasoso por la humedad, usando un champú suave y evitando productos que puedan dejar residuos”.
Al ser una piel más delicada y sensible, el cuidado cutáneo en niños y niñas es aún más importante, ya que estando fuera de casa (en el colegio) se exponen a temperaturas más frías y a la lluvia. En ese sentido, la profesional también dio algunos ‘tips’ para los padres en entrevista con la presente redacción.
1. Hidratación regular: usar cremas y lociones humectantes diseñadas para pieles sensibles y pediátricas, hidratando la piel al menos dos veces al día y prestando especial atención a manos y cara.
2. Evitar el agua caliente, duchas cortas (alrededor de diez minutos) y usar jabones suaves.
3. Optar por tejidos suaves y transpirables que no irriten la piel, como el algodón.
4. Aplicar bálsamo labial elaborados para niños.
5. Mantener un humidificador interno para contrarrestar el aire seco causado por la calefacción.
6. Poner atención en la hidratación del niño.
7. Aplicar protección solar y en caso de productos de cuidado personal y detergentes, que sean sin fragancias ni colorantes para minimizar el riesgo de irritación.