A sus 44 años, Marcela Campos, quien es presidenta y directora ejecutiva de la Fundación Mujeres en Rosa (Fundamuro) de Costa Rica, fue diagnosticada con cáncer de mama. Se encontraba sentada en una de las salas de la universidad donde daba clases cuando se enteró de la noticia.
La organización que lidera apoya a pacientes y sobrevivientes de cáncer de la provincia de Heredia. Así también promueve proyectos de divulgación educativos y de formación de interés para los asociados.
En esta línea, Campos dijo que “todo paciente oncológico debe ser abordado en tiempo, en forma y con calidad por los sistemas de salud”.
Recalcando que “lo que más hace falta es la educación del paciente. Un paciente empoderado es un paciente que defiende sus derechos. Sabe dónde ir, a dónde debe recurrir y dónde debe insistir”.
La Fundación Mujeres en Rosa desarrolla actividades económicas con el fin de poder realizar sus fines de divulgación y apoyo a los pacientes que sufren esta enfermedad. Asimismo, trabaja en favor del acceso a medicamentos para los pacientes oncológicos.
A raíz de esto, la mujer fue invitada a participar del Seminario Oncológico “Cada Minuto Cuenta”, organizado por Pfizer.
La Organización Panamericana de la Salud consignó en su página web que en 2020, hubo más de 210.000 nuevos diagnósticos de cáncer de mama en América Latina y el Caribe, y casi 68.000 muertes.
Cáncer de mama
“Generalmente, cuando vemos el tema de cáncer, sobre todo en este mes el cáncer de mama, todo es comercial, todo es un lazo rosado, pero en realidad tenemos que ahondar en casos específicos”, indicó Marcela en conversación con BioBioChile.
En este sentido, la presidenta de la Fundación Mujeres en Rosa menciona que “el cáncer tiene rostro humano”.
“Cualquier tipo de cáncer es un cáncer que le da a una persona, y entonces tenemos que evidenciar cuáles son esos rostros, y qué hay detrás de esos rostros. Por ejemplo, si es una mujer, si es una madre”, recalcó.
Según Campos, a un alto grado de las mujeres a las que les da cáncer de mama “son abandonadas por sus parejas en su proceso o después de que terminan el proceso. Entonces, el visibilizar lo que tiene que pasar esa persona, aparte de su tratamiento, su diagnóstico, su tratamiento y todo lo demás, ver el entorno que lo rodea”, destacando que se debe “visibilizar qué hay detrás de esa persona”.
Marcela también contó la historia de una paciente de la fundación que “el día que le dijeron que tenía cáncer, su esposo le estaba pidiendo el divorcio y a la vez le estaba notificando el banco que estaba perdiendo su casa. O sea, era muchas pérdidas juntas”.
“Ese rostro humano es evidenciar cuáles son las circunstancias que están alrededor de esa persona que está sufriendo la enfermedad”, precisó.
Incluso, la mujer dijo que detesta “ver modelos vestidas de rosado. Somos mujeres, desde las que tenemos estudios, a los que no tienen estudio, que necesitan de alguien que las apoye”, agregando que “esto va más allá del lazo rosado”.
Supervivientes
Durante su exposición, Marcela manifestó que prefería llamar a los pacientes que tuvieron cáncer como “supervivientes”.
“Somos supervivientes de ver nuestro cuerpo todo deteriorado por una enfermedad y volver otra vez a verlo florecer, volver a vivir de nuevo. Ese sobrevivir se convierte en hacernos supervivientes, porque pudimos superar una enfermedad que si bien nos pudo matar, la logramos vencer”, argumentó.
A raíz de esto, Campos señaló que trabajan mucho en esto en la fundación, para que las mujeres sientan que pueden “abrir las alas” otra vez y enfrentarse a la vida “con todas las herramientas psicológicas actuales”.
“Tenemos soporte psicológico cada 15 días en la casa oncológica, donde yo participo como paciente, no como presidenta de la fundación; para ir tomando herramientas, para ir paliando el día a día de lo que se viene”, sentenció la entrevistada.