Los contagios provocados por el hongo han tenido un aumento vertiginoso desde que se detectó por primera vez en humanos. Sumado a esto, la enfermedad mantiene en alerta a la medicina y la ciencia, puesto que debido al cambio climático el panorama no parece ser alentador.

Como si se tratara de una profecía de la ciencia ficción, recientemente Nueva York se habría convertido en la “zona cero” de la infección por candida auris, un tipo de hongo resistente a medicamentos y que provoca enfermedad grave, es y que la proliferación de este se debería al calentamiento global. Así lo afirmó Arturo Casadevall, microbiólogo, inmunólogo y profesor de la Universidad Johns Hopkins.

Hasta 2016, las extrañas infecciones que afectaban a diferentes centros de salud estadounidense eran un completo enigma, pese a que gracias a la investigación posterior se descubrió que el hongo había estado deambulando en el organismo de pacientes y personal sanitario desde tres años antes.

De esta manera se logró identificar por primera vez al nuevo virus que estaba provocando cada vez más casos anuales era la candida auris, un hongo que de acuerdo a los Centros de Control y Prevención de Enfermedades de EE.UU “causa infecciones graves y que se propaga en centros de atención médica”.

De acuerdo a datos de la misma organización, pese a que desde esa fecha el hongo ha sido detectado en otras latitudes del mundo, Nueva York mantiene su prevalencia de casos, según consigna AP.

La candida auris y el cambio climático

Y pese a que el cuerpo humano solía estar protegido de este hongo, los científicos postulan que su aparición en el organismo se deba a nada menos que el calentamiento global.

La principal protección que tiene el humano, por sobre otros organismos, frente a los hongos es la alta temperatura que puede soportar el cuerpo. De hecho, este funciona a un promedio de 36° grados celcius de temperatura interna, el que puede variar y subir hasta 38° grados celcius si el organismo está enfermo.

En contraste, los hongos no podían vivir en ambientes a temperaturas altas, hasta la llegada del cambio climático que ha aumentado gradualmente la temperatura del planeta año a año.

Por esta razón, los científicos creen que la candida auris se ha adaptado a nuevas temperaturas y se ha convertido en una infección capaz de sobrevivir a mayores grados.

Así lo señaló Casadevall: “Tenemos una tremenda protección contra los hongos ambientales debido a nuestra temperatura. Sin embargo, si el mundo se está calentando y los hongos también comienzan a adaptarse a temperaturas más altas, algunos … Van a alcanzar lo que yo llamo la barrera de la temperatura”.

Y es que la cifras se condicen. Mientras el planeta ha llegado a su “punto de ebullición” de acuerdo a un jefe de la ONU, las estadísticas por infección de candida auris ha aumentado hasta en un 1.700% desde el 2017 en Estados Unidos.

Es un patógeno potencialmente resistente a múltiples fármacos con la capacidad de propagarse de manera muy eficiente en entornos de atención médica. Nunca hemos tenido un patógeno como este en el área de infección por hongos”, advirtió Luis Ostrosky, profesor de enfermedades infecciosas en la Escuela de Medicina McGovern en UTHealth Houston.

Los potenciales infectados

El mismo especialista afirmó que en solo dos semanas vio propagarse la infección en toda una Unidad de Cuidado Intensivo. Y es que esto entrega señales de quienes son los principales infectados por el hongo.

De acuerdo a la Biblioteca Nacional de Medicina de EE.UU, la candida auris suele afectar a pacientes que se encuentran en un hospital o residencia para adultos mayores, pues siguen el patrón de tener otras enfermedades. Por ello, les puede “ocasionar una infección grave”, detallan en su sitio web. En contraste, el hongo es poco probable que afecte a personas sanas, agregan.

No obstante, puede afectar a personas de todas las edades, detalla la enciclopedia médica, especialmente aquellas que toman antibióticos o antimicóticos a menudo o se han sometido a cirugías.