El trabajo, los niños, la casa, son varias las razones que se transforman en un obstáculo al momento de comenzar una rutina de ejercicio. Disponerse a realizar un plan deportivo no es fácil y requiere de constancia y fuerza de voluntad. Son varios lo que no soportan más que unas semanas en el gimnasio y vuelven a la vida sedentaria. Sin embargo, algunos se preocupan de, a lo menos, cumplir con la meta de pasos diarios.
En los Juegos Olímpicos de Tokio en 1964 se lanzó el podómetro – o cuenta pasos- llamado Manpo-Kei, cuya traducción significaba “medidor de 10 mil pasos”. Desde esa fecha que los expertos establecieron ese número como el indicado, como cuenta el sitio Huffington Post.
Dato anecdótico es que la razón para elegir ese número fue porque 10 mil en japonés (万) se escribe con un símbolo similar a una persona caminando.
Desde entonces esa es la cifra que definen la mayoría de los teléfonos, apps de salud y relojes inteligentes. Por otro lado, la Organización Mundial de la Salud (OMS) pone el foco en la calidad e intensidad de la actividad física y no tanto en la cantidad de pasos diarios. De hecho, en sus recomendaciones se indica entre 150 y 300 minutos semanales de actividad física moderada o entre 75 y 150 de ejercicios vigorosos.
Los últimos estudios han cuestionado la cifra de los 10 mil pasos. Uno de ellos fue realizado por investigadores del National Cancer Institute en EEUU, publicado en revista JAMA en 2020, donde redujeron la cifra a 8 mil pasos. Los expertos de este estudio comprobaron que los participantes que seguían esta pauta tenían un 51% menos riesgo de mortalidad y aseguraron que con cifras mayores de pasos diarios los beneficios no aumentaban.
Una última investigación científica discrepó de las cifras anteriores. La revista The Lancet publicó resultados de estudios realizados entre los años 1999 y 2018, donde se estudió el comportamiento de más de 47 mil adultos. El estudio se enfocó específicamente en personas sobres los 60 años y recomendó que caminar 7 mil pasos era lo más aconsejable, “ya que reducía la mortalidad un 50%; mientras que aumentar la cifra no aportaba ningún beneficio” indica el sitio Huff Post.
Los beneficios de los pasos diarios
Independiente de la cifra exacta, la caminata diaria siempre será algo positivo para nuestro cuerpo. Es por eso que en BioBioChile conversamos con la profesora de educación física con certificación internacional en neurociencia aplicada al alto rendimiento y diplomado en preparación física deportiva, Camila Rivas Contreras, que nos explicó lo positivo de hacer caminatas todos los días.
“Los beneficios que aporta la caminata al cuerpo humano son múltiples. Sin embargo, el principal y que tiene mayor impacto es la modificación de la capacidad cardiovascular. Debemos entender que el cuerpo humano es móvil. Se creó con el fin de poder desplazarse. Con el actual ritmo de vida vamos en contra de nuestra naturaleza, ya que hemos dejado de caminar y utilizamos con mayor frecuencia los medios de transporte. Por eso hemos ido perdiendo el beneficio en la parte cardio respiratoria, el que se obtiene de caminatas de baja o alta intensidad”.
La experta deportiva nos cuenta que caminar se sitúa en la actividad física y no en el ejercicio físico, lo que muchas veces se confunde. “El caminar es considerado actividad física, esto significa, cualquier movimiento de nuestra vida diaria que genere un gasto energético como podría ser subir las escaleras, lavar la loza, limpiar la casa. Sin embargo, el ejercicio físico alude a mejorar la capacidad física con un entrenamiento específico. Ambos son importantes si queremos mejorar nuestro rendimiento y dar solución o cuidar nuestra salud mental y física”.
Camila Rivas explica a BioBioChile que la caminata por sí sola no sería considerada un estilo de entrenamiento para perder peso.
“Una camina, por sí sola, no tendrá los beneficios esperados. Una caminata de baja intensidad, de 40 minutos, no suplirá un entrenamiento de fuerza de los mismos 40 minutos, pero sí, ambos en conjunto serían beneficiosos para mejorar nuestra salud”, indica Rivas.
La profesional indica que muchas personas comienzan a caminar para bajar de peso y ese no es el objetivo que hay que buscar.
“Es importante destacar que ya no hablamos de bajar de peso como un ideal a seguir. Lo que buscamos en un entrenamiento es disminuir el porcentaje del tejido adiposo y el aumento del porcentaje de masa muscular. Si nos guiamos por el peso estaríamos en un concepto erróneo, ya que el tejido adiposo tiene un mayor impacto negativo en nuestro organismo. Un kilo de músculo y un kilo de tejido adiposo pesan lo mismo, por eso lo relevante es disminuir el tejido adiposo más que enfocarse solo en el peso”, sostiene.