Las regiones de Arica y Parinacota, Tarapacá, Antofagasta, Atacama, Coquimbo, Valparaíso y Metropolitana son las zonas donde se mantiene la
De acuerdo a cifras de la Organización Mundial de la Salud (OMS), el Dengue produce entre 100 y 400 millones de infecciones al año y la mitad de la población mundial corre riesgo de contraerlo. Esto último, pues, es usual en zonas urbanas y semiurbanas de climas tropicales y subtropicales, tal como el caso de Chile.
Síntomas de alerta del Dengue
El Dengue puede desarrollar cuadros leves y graves. Según explican los Centros de control de enfermedades estadounidenses (CDC, son sus siglas), el primero casi no produce sintomatología, sin embargo, cuando lo hace se manifiesta fiebre alta, náuseas y vómitos, sarpullido en la zona de la picadura y dolores generales en zonas como ojos y detrás de estos, en los músculos, además de las articulaciones y huesos, detalla la Biblioteca Nacional de Medicina de EE.UU.
Estos cuadros suelen durar entre 4 a 7 días, no obstante, cuando se trata del tipo grave los síntomas y el tratamiento cambian.
Según estadísticas de la enciclopedia del gobierno de Estados Unidos, una de cada 20 personas que contraen el Dengue desarrollan la enfermedad en un cuadro grave. Los síntomas de este son shock, hemorragia interna y hasta la muerte.
Estos signos de alerta se desarrollan entre las primeras 24 y 48 horas desde que termina la fiebre, por lo que tras este lapso se podrían dar malestares como dolor intenso en el abdomen, vómitos al menos 3 veces en un rango de 24 horas, sangrado de nariz o encías, heces y vómitos con sangre, además de sentirse cansado, inquieto o irritable, apuntan.
Ante la presencia o sospecha del virus, lo recomendable es acudir rápidamente por atención médica, quienes derivaran el tratamiento adecuado según el caso.
¿Cuál es el tratamiento?
Los CDC explican que no existe un medicamento específico para tratar el Dengue, y, por tanto, no existe un tratamiento farmacológico especifico para tratarlo. En consecuencia, se opta por un control de los síntomas.
Para ello se recomienda el descanso, el consumo de líquidos, idealmente con electrolitos para mantener la hidratación, además del uso de acetaminofén y no tomar aspirinas ni ibuprofeno.
En casos más graves es probable que los médicos deriven a un tratamiento de transfusión de sangre a la vez que la hospitalización, especialmente si ocurrió algún tipo de hemorragia.