El Centro Europeo para el Control de Enfermedades (ECDC)registró un total de 67 los casos de botulismo iatrogénico detectado en el continente y relacionados con viajes a Turquía para someterse a operaciones de adelgazamiento.
De ellos, 12 se han registrado en Alemania, 1 en Austria y Suiza y 53 en Turquía, además señala que, de los 63 de los que se tiene información, 60 están relacionados con un hospital privado en Estambul y otros tres con otro, también privado, en Izmir.
El centro pide a las personas que hayan viajado a cualquiera de esas dos ciudades para someterse a ese tipo de tratamientos entre el 22 de febrero y el 1 de marzo que busquen asistencia médica, especialmente si detectan síntomas como debilidad, dificultad para respirar y/o tragar.
Respecto a esto, el organismo dijo que quienes hayan acudido a realizarse estos procedimientos tiene “riesgo significativo de desarrollar botulismo. En este momento no está claro si este evento se debe a un asunto terapéutico o de procedimiento en los hospitales afectados o si hay un problema con la sustancia administrada“.
Las investigaciones realizadas en Turquía han revelado que las sustancias fueron empleadas en esos tratamientos, pero no están aprobadas para las intervenciones contra la obesidad mediante una inyección intragástrica.
“Por lo tanto, los departamentos concernidos en ambos hospitales han suspendido sus actividades y se han abierto investigaciones contra las partes afectadas”, agregó el ECDC.
¿Cómo identificar el botulismo?
De acuerdo al departamento de salud del estado de Nueva York, el botulismo genera síntomas entre las 12 y 36 horas después de la ingestión de la bacteria, sin embargo, puede ocurrir que no se manifiesten hasta varios días después.
La enfermedad, contrario al general de las infecciones, no produce fiebre, por lo que puede ser difícil de diagnosticar.
En cuanto a los síntomas, el departamento detalla que suelen ser malestares que afectan al sistema nervioso, tales como visión borrosa o doble, debilidad general, reflejos pobres, dificultad para tragar o respirar y en casos más graves, la muerte.
Las formas más usuales de contraer la bacteria es a través de alimentos contaminados o inhalación de esporas que luego provocan la producción de la toxina.