Por primera vez en la historia, la Organización Mundial de la Salud (OMS) presentó una lista con los 19 hongos infecciosos más peligrosos para la salud pública. Asimismo, alertó que con el paso de los años, cada vez es más común ver a pacientes contaminados con estas especies, a su vez que todavía falta desarrollo de los tratamientos.
Cabe destacar que los hongos se clasifican en tres categorías que dependen del nivel de riesgo para los seres humano. De estos se desglosan los considerados especialmente peligrosos: el criptococcus neoformans, el aspergillus fumigatus, y dos hongos del género cándida (el auris y el albicans).
El primero de ellos puede causar neumonías agudas y meningitis; el aspergillus puede ser particularmente peligroso en pacientes inmunodeprimidos y los hongos del género cándida pueden causar infecciones vaginales, orales, intestinales o de otro tipo, conocidas comúnmente como candidiasis.
La necesidad de clasificar los hongos peligrosos
La OMS advierte con la publicación de esta lista que la mayoría de estos patógenos no tienen todavía sistemas de diagnóstico rápido, o estos no están accesibles en todos los países, mientras que solo hay accesibles en el mercado cuatro clases de medicinas fungicidas, con muy pocas más en procesos de investigación.
En sus formas más invasivas, estos hongos pueden ser especialmente graves para grupos de riesgo tales como enfermos de cáncer, seropositivos, personas que han recibido un órgano trasplantado, afectados de enfermedades respiratorias crónicas o infectados de tuberculosis.
Según los expertos de la organización con sede en Ginebra, las infecciones de estos hongos, de las que todavía no se tienen estadísticas completas, están aumentando debido al cambio climático y el aumento de los viajes internacionales, con especial ascenso de las infecciones en hospitales.
También se advierte un aumento de la resistencia de estos hongos a los tratamientos, algo que se ha advertido en casos de candidiasis oral o vaginal, lo que aumenta el riesgo de desarrollo de especies más peligrosas.
“Las infecciones por estos hongos reciben poca atención y recursos”, lo que contribuye al por ahora escaso conocimiento sobre la distribución y extensión en muchas áreas geográficas, advierte la OMS.
El uso inadecuado de fungicidas, por ejemplo en la agricultura, está aumentando el problema al desarrollar especies más resistentes a tratamientos, por ejemplo en el caso del aspergillus fumigatus, subraya el organismo de Naciones Unidas.