Hay algunos grupos de personas que no deberían tomar cerveza debido a que sus componentes pueden empeorar sus dolencias o interactuar con los medicamentos que consumen.
Su agradable sabor y baja graduación alcohólica la hacen una de las bebidas favoritas para disfrutar en casa o con amigos. No obstante, la cerveza no es tan inofensiva como parece, especialmente para ciertos grupos de personas que no deberían tomar nunca este apetecido brebaje.
Para quienes no tienen problemas de salud, la dosis máxima recomendada es bastante baja. De acuerdo a un nuevo estudio publicado en The Lancet, las mujeres jóvenes no deberían beber más de 100 mililitros (ml) de cerveza al día, y los hombres como máximo un vaso de 40 ml.
Pero, como anunciamos al comienzo de esta nota, hay ciertas personas que jamás deberían beberla.
De acuerdo a datos recogidos por el diario español El Confidencial, estos son los grupos de personas que nunca deberían tomar alcohol, ni siquiera cerveza.
1. Embarazadas
Esto es casi evidente, pero no está de más recordarlo. Está comprobado que beber alcohol puede dañar tanto la salud de la mujer embarazada como del feto.
De acuerdo a la vocera de la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG), Guadalupe Blay, el alcohol “aumenta el riesgo de aborto espontáneo, los partos prematuros o que el crío nazca con bajo peso”.
Asimismo, de acuerdo a los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) de Estados Unidos, beber alcohol en el embarazo puede hacer más propenso a que el bebé sufra alguna discapacidad física, intelectual o algún problema de comportamiento.
“Beber alcohol durante el embarazo puede causar aborto espontáneo, muerte fetal y una variedad de discapacidades físicas, intelectuales y del comportamiento para toda la vida. Estas discapacidades se conocen como trastornos del espectro alcohólico fetal (TEAF)”, explica el CDC.
2. Quienes sufren de problemas de hígado
Blay también indica que el alcohol es uno de los mayores causantes de enfermedades hepáticas.
Por lo mismo, si ya tenemos el hígado dañado, no se recomienda beber cerveza, pues podría empeorar el cuadro e incluso “facilitar la aparición de otras patologías, como el cáncer de hígado”.
Así que si padeces cirrosis, hepatitis, enfermedad del hígado graso no alcohólico o colangitis, es mejor que no bebas ningún tipo de alcohol, incluyendo la cerveza.
3. Hipertensos
Las personas con hipertensión pueden beber muy poco alcohol, pues si lo hacen a menudo, puede subir su presión.
Además, quienes toman medicamentos para esta condición, deben ser especialmente cuidadosas.
“La combinación puede aumentar el efecto de disminución de presión arterial, sobre todo las 12 primeras horas tras la ingesta alcohólica. También puede causar un efecto contrario”, dice Blay.
Asimismo, el fármaco puede disminuir su eficacia al combinarse con cerveza o cualquier tipo de alcohol.
4. Aquellos que padecen depresión o ansiedad
Aunque pueda parecer que el alcohol ayuda a sentirse mejor durante un estado depresivo o ansioso, lo cierto es que puede empeorarlos.
“Tomar alcohol puede contrarrestar los beneficios del medicamento antidepresivo y dificultar el tratamiento de los síntomas. El alcohol puede parecer que mejora el estado de ánimo a corto plazo, pero su efecto general aumenta los síntomas de la depresión y la ansiedad.”, señala la Clínica Mayo.
Además, si estás tomando antidepresivos o ansiolíticos, beber alcohol puede tornarse un peligro. “Algunos antidepresivos, al igual que el alcohol, causan sedación y somnolencia. Si se toman juntos, el efecto puede intensificarse”, explican.
La Clínica Mayo también advierte que “puede haber alteraciones en tu estado de alerta y tus pensamientos”, pues al ser un depresor del sistema nervioso, el alcohol cuando se combina con ciertos medicamentos puede afectar “tu criterio, tu coordinación, tus habilidades motoras y tu tiempo de reacción en mayor grado”.
5. Diabéticos
La cerveza puede afectar a los niveles de glucosa en sangre, tanto subirlos como bajarlos.
Por ejemplo, la American Diabetes Asossociation (ADA), asegura que cuando bebes alcohol mientras consumes medicamentos para la diabetes, puede producirse una hipoglucemia, es decir, tus niveles de azúcar pueden disminuir a niveles peligrosos.
Además, “los síntomas de un nivel bajo de azúcar en la sangre son similares a los síntomas de intoxicación por alcohol. Si se desmaya, las personas a su alrededor pueden pensar que solo está embriagado”, comenta.
Y en específico sobre la cerveza, Clínica Mayo indica que “son ricas en carbohidratos, lo que puede causar un aumento en los niveles de azúcar en la sangre”.
De este modo, el alcohol puede provocar ambos extremos en los diabéticos, lo que es muy peligroso.
6. Personas con acidez estomacal, gastritis y reflujo gastroesofágico
Quienes tienen tendencia a la acidez, deben ser precavidos con el alcohol. Esto porque, “puede dañar la mucosa gastrointestinal”, dice Blay.
De hecho, eliminar o reducir la ingesta de bebidas alcohólicas, ayuda a disminuir los síntomas de reflujo gastroesofágico.
Tampoco es recomendado a quienes sufren de gastritis, pues “el alcohol puede irritar y erosionar el revestimiento del estómago, lo que lo hace más vulnerable a los jugos digestivos”, señala Midlesex Health.
7. Celiacos
La cerveza contiene gluten y por lo mismo no es apta para los celíacos.
Aunque existen versiones “sin gluten”, la Asociación de celíacos y sensibles al gluten de Madrid, señala que “el problema es que los métodos analíticos actuales pueden no ser tan fiables con las cervezas como lo son con otro tipo de alimentos sin gluten”.
Explican que puede haber pequeños restos de gluten en estas cervezas, que “pueden no llegar a ser detectados por los métodos analíticos, pero suponen un riesgo para los pacientes celíacos porque preservan su toxicidad y, si son ingeridos en cantidad suficiente, algo probable al tratarse de una bebida, pueden hacer reaccionar el sistema inmunitario intestinal”.
8. Personas con problemas de corazón
Las personas con problemas al corazón no deberían beber alcohol ni cerveza, porque puede dañar a este órgano.
“El alcohol es un tóxico para el músculo cardiaco y lo debilita, pudiendo causar una miocardiopatía dilatada, que reduce la fuerza del bombeo. Si ya sufrimos daños cardiovasculares, se desaconseja tomarlo, incluida la cerveza”, dice El Confidencial.