En promedio, una persona orina entre seis y siete veces a lo largo de todo el día. No obstante, si usted acude un número mayor de veces al baño, atento, puede ser síntoma de una cistitis. Se trata de una inflamación a la vejiga, resultado de una “infección urinaria” provocada generalmente por una bacteria.
Sumado al aumento en las ganas orinar, los pacientes sufren esta enfermedad pueden presentar dolor al ir al baño, sensación de ardor en la zona genital, sangre y en algunos casos fiebre.
Debido a factores anatómicos, la cistitis puede afectar más a mujeres, dado que el largo de la uretra -el conducto por el cual se expulsa la orina del cuerpo- es más corto que en los hombres y está más cercana del tracto digestivo, por lo que se está más expuesto a contraer a microbios.
De acuerdo con la prestigiosa Clínica Mayo, “las infecciones de las vías urinarias suelen ocurrir cuando las bacterias que se encuentran fuera del cuerpo ingresan en las vías urinarias a través de la uretra y comienzan a multiplicarse. La mayoría de los casos de cistitis se producen por un tipo de bacteria escherichia coli (E. coli)”.
En ocasiones, la infección puede empeorar y extenderse a otros órganos del cuerpo como el riñón, patología conocida como “pielonefritis”, y, en el caso de los hombres, la próstata, lo que provocaría una “prostatitis”.
Pese a que la causa más común de la cistitis es por contraer un microorganismo, también están las catalogadas como “no infecciosas”, las que se presentan en menor medida e involucran diferentes factores como el consumo de ciertos medicamentos, tratamientos con radiación en el área pélvica, determinadas sustancias químicas y otras complicaciones médicas como cálculos renales, diabetes o problemas en la próstata.
¿Cómo se detecta y tratar esta enfermedad?
Si bien la manera más simple de diagnosticar una cistitis es a través de los síntomas que experimenta el paciente, los especialistas realizan exámenes para confirmar la patología.
Según el Manual de Medicina de Merck, se solicitan muestras de orina para ejecutar pruebas rápidas para detectar la presencia de bacterias o anticuerpos que están combatiendo la infección en el cuerpo.
En este sentido, la Clínica Universidad de Navarra (España) menciona que después del análisis de la orina, “es necesario identificar la localización anatómica de la infección, utilizando los síntomas clínicos y, si es necesario, exploraciones complementarias”.
El tratamiento consiste básicamente en la ingesta de antibióticos para eliminar por completo las bacterias. Los medicamentos que el especialista recete al paciente dependerán del lugar en que se encuentra la infección, la edad y el tipo de microbio que la causó.
Prevención y cuidados
Si la persona afectada presenta algún síntoma relacionado con la cistitis, es aconsejable acudir a un centro de salud para que un médico estudie la situación. Una atención temprana de la enfermedad puede prevenir su extensión a otros órganos y generar complicaciones mayores.
Clínica Mayo entrega algunas recomendaciones que pueden ayudar evitar una infección en la vejiga. Algunos de estos consejos son beber abundante agua, no aguantar las ganas de orinar, mantener una adecuada higiene de los genitales, limpiar correctamente después de evacuar heces y no usar productos que puedan generar humedad en la zona íntima.