La evolución en los productos de higiene femenina han convertido a las copas y calzones menstruales como una nueva alternativa que, además de significar un ahorro económico a largo plazo, también tienen un positivo impacto en el medioambiente, pero ¿cuál es la forma adecuada de elegirlos?, un experto en ginecología dio sus recomendaciones.

A partir de la desinhibición y la disminución de los tabúes que han generado consigo las nuevas generaciones, el hablar de la higiene femenina ya no es tema. Esto porque al igual que los humanos, estos productos también han cambiado. Para muchas las toallas higiénicas y los tampones han quedado obsoletos frente a nuevos productos como las copas y los calzones menstruales.

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Estos últimos se caracterizan por ser reutilizables y amigables con el medioambiente, debido a sus bajos niveles de contaminación tanto a la hora de desecharlos como al producirlos.

Nuevos productos de higiene femenina: copas y calzones menstruales

Copa menstrual

Otro de los productos de higiene femenina que ha arrasado es la copa menstrual, la cual debe su nombre a que tiene esta forma.

Elaborada con silicona, suele ser el reemplazo ideal de los tampones, esto ya que también se trata de un dispositivo intravaginal que almacena el flujo.

De acuerdo al ginecólogo Paredes, se trata de un producto que no contiene químicos y que es capaz de absorber hasta tres veces más que un tampón.

Su vida útil también es prolongada, llegando casi a los 10 años, lo cual igualmente ayuda a evitar desechos, además del ahorro económico que significan.

“Si es que hay algo en contra de la copa, es que requiere de práctica y paciencia para saber insertarlo, saber vaciarlo y evitar fugas de menstruación”, detalló Paredes.

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Copa menstrual | Pexels

Calzones menstruales

Este producto suele estar compuesto por un tejido con cuatro capas que permiten absorber el flujo menstrual. Las cuales son la absorbente, la impermeabilizante y las antibacterianas que evitan que haya olor y que haya riesgo de infección.

De acuerdo al ginecólogo de Nueva Clínica Cordillera, Aníbal Paredes, este producto ayuda a cuidar tanto el medioambiente como la piel de la persona menstruante, esto ya que “al no tener químicos no irritan la zona genital, así que evita reacciones alérgicas”, afirmó.

Su utilidad es de hasta ocho horas, sin embargo, pero depende del flujo de cada usuario. Son fáciles de lavar, por lo que se recomienda tener al menos tres calzones menstruales por ciclo, los cuales pueden ser reutilizados.

De acuerdo a Carmen Nalda, creadora de los calzones menstruales Unna, este producto de higiene femenina puede durar hasta dos años. Además, dado que su “principal material es el algodón -el cual tarda entre 2 y 6 meses en degradarse- y la proporción de microfibra (5%) que contiene el calzón en su primera capa, aunque no posee las cualidades biodegradables del algodón, optimiza el uso de agua”, dijo.

Esto “ya que sus propiedades permiten usar menos agua en su limpieza y no alberga bacterias ni olores, haciendo innecesario el uso de químicos“, dijo Nalda, lo cual “reduce infinitamente los desechos menstruales”, afirma.

¿Cómo elegir el más adecuado?

De acuerdo al profesional, la elección del producto más adecuado “depende exclusivamente del gusto de cada mujer, si bien hay ciertas ventajas de unos métodos sobre otros, la decisión debe ser por comodidad”, aconsejó.

Al mismo tiempo que no descartó los productos habituales y más conocidos como las toallas higiénicas y los tampones, esto ya que, “también permiten más comodidad, ya que al ser de único uso se pueden cambiar y desechar“, dijo, aunque la decisión siempre debe ser personal y de acuerdo a la comodidad.