Practicar un deporte o realizar actividad física puede ser una alternativa para quienes buscan adoptar un estilo de vida saludable y menos sedentario. Aunque existen varias opciones, una de las que tiene más adeptos es andar en bicicleta.
La mayoría de las personas aprende a manejar este pequeño vehículo de únicamente dos ruedas durante la niñez. Es uno de los medios de trasporte más popular, principalmente en naciones europeas, y uno de los menos contaminantes en todo el mundo.
Pese a ser catalogado como una disciplina deportiva, el uso de la bicicleta es bastante práctico y se amolda a diferentes situaciones cotidianas, como movilizarse para ir al trabajo o viajar en pequeños tramos.
Beneficios de andar en bicicleta para la salud
También, trae consigo múltiples beneficios, puede ser un aliado para mejorar la condición física y prevenir enfermedades graves como las cardiovasculares. Hacer esta actividad ayuda a que el corazón esté en forma y aumente significativamente la capacidad de bombear una mayor cantidad de sangre para repartir al resto del organismo. Con ello, mejora la circulación del torrente sanguíneo y la oxigenación del cerebro.
Asimismo, practicar de manera frecuente esta disciplina podría reducir el riesgo de sufrir un infarto al miocardio. El Dr. José Nieto, cardiólogo del Hospital Quirónsalud Murcia (España), explicó al portal Infosalus que “montar en bicicleta reduce alrededor de un 20% el riesgo de infarto: pedalear aumenta el ritmo cardiaco y baja la presión, de modo que el corazón economiza recursos”.
Otro de los beneficios de optar por la bicicleta tiene que ver con el fortalecimiento y flexibilidad de los músculos y articulaciones. Su práctica contribuye a tonificar la musculatura (en especial los glúteos, cuádriceps, y los isquiotibiales) también se verá reflejado en los músculos del “Core” (palabra en inglés que hace referencia a “centro), que agrupa los tejidos abdominales, pélvicos, lumbares y los de la musculatura profunda de la columna.
En el caso de las articulaciones, la Fundación Española del Corazón asegura que es uno de los pocos deportes que produce un bajo impacto en estas estructuras y puede ser ideal para personas que quieren mantenerse activos, pero presentan algún daño articular.
Uno de los factores en los que impacta directamente es en el peso, al ser un ejercicio, puede ayudar a las personas a controlar su volumen de grasa corporal. Asimismo, “reduce el colesterol negativo, mientras que aumenta la cantidad de colesterol positivo, el responsable de proteger a los vasos sanguíneos”, añade el Dr. José Nieto.
Ventajas económicas y medioambientales
No solo los benéficos de la bicicleta se limitan a la salud, también pueden impactar positivamente en el bolsillo de las personas y su entorno.
Al optar por este pequeño vehículo de dos ruedas como medio de transporte, se ahorran los gastos en combustible y elevados costos de mantención que requiere un automóvil. Sumado al tiempo de espera producto de los atochamientos que se producen generalmente en las calles de las grandes ciudades.
Igualmente, tiene un efecto favorable en el medio ambiente, ya que es uno de los pocos transporte ecológicos y que genera cero emisiones de dióxido de carbono (CO2) a la atmosfera.
Recomendaciones para andar en bicicleta
Cabe mencionar que para andar en bicicleta es necesario adoptar ciertas medidas de seguridad que te ayudan a evitar accidentes y resguardar tu integrar física, entre ellas, usar casco y protección en las extremidades (codos y rodillas), luces de seguridad y ropa reflectante en caso de manejar de noche.
También, es necesario consultar con un médico en caso de tener enfermedades o problemas de salud graves que pueden verse afectados con este tipo de actividades que requieren un determinado grado de exigencia física.