Las cifras de cáncer colorrectal causan preocupación en la comunidad médica, especialmente porque se han visto más casos en personas menores de 50 años.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), esta enfermedad cobra unas 700 mil vidas cada año, siendo la segunda causa de muerte a nivel mundial.
Mientras, en Chile, los datos del Ministerio de Salud, muestran que el cáncer colorrectal es la tercera causa de muerte para mujeres y la cuarta en hombres. Se estima que fallecen unas cinco personas a diario por esta patología.
La gastroenteróloga de Clínica Mayo de Estados Unidos, Lisa Boardman, señaló el mes pasado que “la mayor parte del aumento se observa en personas de 40 a 49 años, aunque el 50 por ciento de los pacientes jóvenes con cáncer colorrectal tienen menos de 40 años”.
Ante esta situación, Jeremy Jones, oncólogo de Clínica Mayo en Jacksonville (Florida, Estados Unidos), describió los factores de riesgo que deben evitarse y las señales de advertencia que hay que tomar con seriedad a toda edad.
Factores de riesgo de cáncer colorrectal
Varias decisiones personales aumentan el riesgo de padecer cáncer de colon o del recto, como es beber mucho alcohol, consumir una alimentación alta en grasa y baja en fibra o no hacer ejercicio, dice Jones.
Tomar medidas para evitar el cáncer colorrectal no significa dejar completamente de comer carne, cuando es algo que uno disfruta.
Al respecto, el médico añade lo siguiente: “Mucho de todo esto depende de la moderación, pues es muy importante moderarse para prevenir un cáncer de colon”.
Existen también otros factores de riesgo que están más allá del control de una persona. Hay afecciones genéticas (enfermedades heredadas), como el síndrome de Lynch y la poliposis adenomatosa familiar, que pueden llevar a que los miembros de una familia tengan cáncer colorrectal en la juventud, asegura Jones.
“Por suerte, son relativamente infrecuentes; pero cuando están presentes, elevan el riesgo para cáncer de colon”, afirma.
Percatarse de las señales de advertencia
Someterse con regularidad a las detecciones para cáncer colorrectal ayuda a evitarlo, puesto que permite identificar pólipos y extraerlos antes de que se conviertan en cáncer, explica Jones.
Aunque las pautas de detección varían en el mundo, de manera general, la Organización Panamericana de la Salud recomienda detecciones a partir de los 50 años en las personas que tienen riesgo promedio.
Jones añade que cado el reconocimiento del aumento en el cáncer colorrectal entre la gente joven, las pautas recomiendan detectarlo a partir de los 45 años en las personas con riesgo promedio.
En las personas con alto riesgo, como aquellos que tienen antecedentes familiares de cáncer colorrectal, se recomienda detectar a edad más temprana.
Además, es importante percatarse de las señales de advertencia, entre ellas, molestias abdominales constantes (como gases o dolor), diarrea o estreñimiento constante, pérdida inexplicable de peso, debilidad, fatiga y sangrado rectal o sangre en las heces, advierte Jones.
Según el profesional, por desgracia, en ocasiones se cree erróneamente que el cáncer colorrectal solo se presenta en la gente mayor y eso puede llevar a que los médicos especulen si los síntomas obedecen a otras causas más frecuentes.
Por ejemplo, desestimen un sangrado rectal como una consecuencia probable de las hemorroides, sin considerar todas las causas posibles.
“Cuando alguien presenta estos síntomas, pero debido a la costumbre se piensa que es muy joven para tener cáncer de colon, ahora se sabe que hay que cambiar esa mentalidad. Desgraciadamente, no se puede decir que no sea cáncer de colon a ninguna edad”, concluye.