Según estadísticas entregadas el 2019 por el Ministerio de Salud más de 300 personas murieron a causa de asfixia por inmersión durante ese año, una cifra alarmante que lo convierte en uno de los peligros más recurrentes del verano.
La asfixia por inmersión -o ahogamiento- sucede cuando un objeto, en este caso el agua de una piscina o playa, obstruye las vías respiratorias no permitiendo la entrada de oxígeno a los pulmones, explica el portal de medicina Medline Plus.
La no entrada de oxígeno al cuerpo por tan solo 4 a 6 minutos puede provocar daño cerebral de por vida y hasta la muerte, consigna la web.
De acuerdo a cifras entregadas por la Organización Mundial de la Salud el 2021 el ahogamiento es la tercera causa de muerte en el mundo, la cual afecta mayormente a adultos.
De los 340 ahogamientos que se producen en el año, el 15% de estos son menores de 15 años, así lo reveló el Minsal en su último informe pre-pandemia.
En el caso de los lactantes bastan solo 5 centímetros de agua para ahogarse.
La situación chilena
El pediatra de Nueva Clínica Cordillera, Fernando Ruíz-Esquide, aseguró que los accidentes más comunes en verano se asocian a caídas y ahogamientos en niños menores de 5 años.
Los lugares más comunes donde suceden estos accidentes son las piscinas de las casas, las piscinas públicas, las tinas de baño y el mar, asegura el profesional.
La prevención es clave
“Prevenir es mejor que curar” dice el dicho por lo que existen algunas recomendaciones para cuidar de los niños ante estos accidentes.
Ruíz-Esquide aconseja que en el caso de que haya solo un adulto a cargo del cuidado de los niños este debe llevarlos con él si es que hay que atender la puerta -en el caso de las piscinas en el hogar- o si hay que ir a comprar algo -en el caso de las playas-, etc.
“Es muy importante la supervisión de un adulto en todo momento, ya que los casos de asfixia por inmersión ocurren cuando estos desvían su atención”, afirma el pediatra.
Otra recomendación es que los niños tomen clases de natación a partir de los 4 años bajo la instrucción de un profesional.
Si bien es común ver a bebés “nadar” ayudados con flotadores, la Asociación Interamericana de Pediatría no recomienda que lo hagan ya que antes de esa edad no hay habilidades neuromusculares adecuadas para que puedan flotar.
Aunque los lactantes muestran movimientos reflejos para la natación no pueden levantar o sacar bien la cabeza por sí solos fuera del agua para respirar en caso de sufrir uno de estos accidentes, asegura la asociación.
El pediatra también recomienda enseñarle a los niños a respetar el agua, explicarles de manera simple los peligros de esta, no correr alrededor de piscinas y tampoco intentar hacer acrobacias en ellas.
Otros consejos entregados por Ruíz-Esquide para no lamentar una asfixia por inmersión son:
– Nunca perder de vista a niños en lugares con agua
– Se recomienda vaciar piscinas inflables una vez que se han desocupado
– Es fundamental instalar rejas de protección alrededor de las piscinas
– Uso de chaleco salvavidas apropiado para la edad y peso y que esté certificado por un organismo oficial.