A diferencia de lo que muchos pueden creer, este año sólo tuvo una nueva variante de covid-19, la nueva y muy contagiosa variante Ómicron.
Y es que muchos pueden recordar el revuelo que causó Delta en Chile, que acabó provocando otra cuarentena en el país y un nuevo cierre en restaurantes, cines y teatros.
Esta variante comenzó a detectarse en octubre del 2020 y para inicios de nuestro 2021, muchos estaban en casa una vez más para evitar el contagio de esta mutación, que acabó siendo más peligrosa que la original.
Al ir enfrentándola poco a poco, el mundo comenzó a suspirar de alivio al ver la baja de casos en el mundo gracias a la vacunación. Sin embargo, en cosa de semanas, las alarmas acabarían encendiéndose una vez más.
El nacimiento de una amenaza
Ocurrió a finales de noviembre -sí, se siente como si fuera más tiempo- cuando se comenzó a hablar de una nueva variante y lo rápido que se propagaba. Fue el mismo día que se bautizó como Ómicron cuando fue considerada una “Variante Preocupante” por la OMS, el 26 de noviembre.
De acuerdo al anuncio entonces, los primeros especímenes se detectaron el 9 de ese mes, coincidiendo con un fuerte aumento de las infecciones en Sudáfrica. Fue así que, al describirla con “un gran número de mutaciones”, el desconocimiento por las consecuencias del virus llamaron, casi sin querer, al pánico.
En total, al virus original que detuvo el mundo, se le suman también sus variantes Alfa, Beta, Gamma y Delta. Esta última junto a Ómicron son las únicas consideradas como preocupantes por la OMS en la actualidad.
Alerta internacional
Tres días después de que tuviera un nombre concreto, la variante Ómicron continuó alarmando la OMS debido al alto número de mutaciones del virus, que le daban potencial de ser más resistentes a la inmunización y ser más contagiosas.
Es por eso que el llamado a vacunarse se intensificó, así como otros países optaron por pausar su apertura de fronteras, como lo hicieron Australia, Filipinas y la ciudad de Hong Kong.
Desde ya en sus primeros días surgían teorías en torno a esta variante, ya que sería más contagiosa, pero menos grave que la variante Delta.
Tres días después del anuncio, se supo que Ómicron ya estaba en Latinoamérica, viajando sigilosamente a lo largo del mundo. Las primeras personas contagiadas trataron de una pareja que venía desde Sudáfrica. Cuatro días después, esta ya había desembarcado en Chile.
Este caso trató de una persona residente en Chile, que viajó desde Ghana, África occidental, el mismo día que se alertó de la nueva variante.
Miedo por la efectividad de vacunas
Debido a sus múltiples mutaciones, la comunidad científica está preocupada de que esta nueva variante fuera inmune al proceso de inoculación, hecho que hasta hoy se sigue investigando.
De todas formas, Angelique Coetzee, una de las doctoras que dio la alarma sobre Ómicron en Sudáfrica, aseguró a El Paísque se podía ver la diferencia entre vacunados y no vacunados que acababan contagiados.
Una semana después la OMS aclaró algunos datos al respecto. “Es probable que los vacunados y los que se han curado de covid se infecten o reinfecten”, dijo en su momento el director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, llamando al cuidado por lo preocupante de esta nueva variante.
Hasta el momento, se sabe que el nivel de anticuerpos aumenta significativamente tras una dosis de refuerzo con Astrazeneca frente a Ómicron, así como que la vacuna Pfizer lograría neutralizar la variante con una tercera dosis.
Muchos contagios y síntomas diferentes
Hasta el momento, los estudios apuntan a que Ómicron infectaría 70 veces más rápido que Delta, aunque no daría un cuadro sintomático grave.
Este hecho no significaba algo para celebrar, ya que, aunque hasta el momento no muestra una mayor gravedad, el aumento de contagios puede desencadenar nuevas variantes en quienes no estén vacunados.
¿Cuáles son los síntomas de la variante Ómicron?
Garganta irritada Congestión nasal Tos seca Mialgia, dolor lumbar heces blandas Fatiga intensa Pulso elevado
Para poder dar frente a una posible nueva ola de contagios, el ministro de Salud, Enrique Paris, confirmó la realización de una cuarta dosis contra el covid-19 para febrero de 2022.