Un nuevo estudio reveló los edulcorantes artificiales, específicamente aquellos que se encuentran en bebestibles, pueden aumentar el apetito en mujeres y personas con problemas de obesidad.
El estudio, publicado en la revista JAMA Network Open, “es uno de los más amplios realizados hasta la fecha para examinar los efectos de un edulcorante artificial, también llamado edulcorante no nutritivo (ENN), sobre la actividad cerebral y las respuestas al apetito en diferentes segmentos de la población”.
Kathleen Page, autora principal del estudio, señaló que “existe una controversia en torno al uso de edulcorantes artificiales porque mucha gente los utiliza para perder peso. Aunque algunos estudios sugieren que pueden ser útiles, otros muestran que pueden estar contribuyendo al aumento de peso, a la diabetes tipo 2 y a otros trastornos metabólicos. Nuestro estudio analizó diferentes grupos de población para desentrañar algunas de las razones que subyacen a esos resultados contradictorios”.
Para estudiar sus efectos, analizaron a 74 participantes que consumieron 300 mililitros de una bebida endulzada con sacarosa (azúcar de mesa), una bebida endulzada con sucralosa o agua como control, recoge el sitio especializado Infosalus.
Luego, los investigadores midieron tres cosas: la activación de las regiones del cerebro responsables del apetito y las ansias de comer en respuesta a imágenes de alimentos con alto contenido calórico, como una hamburguesa y un donut, mediante una técnica de imagen llamada resonancia magnética funcional (RMF); los niveles de glucosa (azúcar en sangre), insulina y otras hormonas metabólicas en la sangre; y la cantidad de comida consumida en un bufé de aperitivos que se ofrecía al final de cada sesión.
“Los estudios de imagen mostraron una mayor actividad en las regiones del cerebro responsables de las ansias de comer y del apetito tanto en mujeres como en personas obesas después de consumir bebidas que contenían sucralosa, en comparación con las bebidas que contenían azúcar real”, dice un extracto de la investigación.
A su vez, los datos demostraron una mayor actividad en las regiones del cerebro responsables de las “ansias de comer” y un aumento en el apetito de mujeres y personas con sobrepeso, luego de ingerir dichas bebidas endulzadas.
“Nuestro estudio empieza a proporcionar un contexto para los resultados contradictorios de estudios anteriores en lo que respecta a los efectos neurales y conductuales de los edulcorantes artificiales”, agregan los investigadores de de la Escuela de Medicina Keck de la Universidad del Sur de California (USC).
“Al estudiar diferentes grupos pudimos demostrar que las mujeres y las personas con obesidad pueden ser más sensibles a los edulcorantes artificiales. Para estos grupos, el consumo de bebidas endulzadas artificialmente puede engañar al cerebro para que sienta hambre, lo que a su vez puede dar lugar a un mayor consumo de calorías”, concluyen.