El mundo entero lleva más de 15 meses atravesando un estado de pandemia, la cual ha confinado a millones de personas e hizo del teletrabajo y del telestudio realidades difíciles de vislumbrar años atrás.
En este contexto, la crisis sanitaria ha cambiado por completo el panorama social, laboral y familiar, entre otros puntos igual de relevantes, y ha obligado a las personas a adaptarse una y otra vez a los cambios.
Sin embargo, el ítem que se ha visto más afectado producto del COVID-19 es el de la salud y las medidas que hemos tenido que adoptar para evitar los contagios. Dentro de este ítem también se han visto afectados otros aspectos más insospechados, como el ciclo menstrual de las mujeres.
Así lo evidenció una investigación global realizada a más de 16 mil mujeres de distintas edades por Woom, empresa de tecnología dedicada a la salud reproductiva femenina.
La menstruación, el estrés y el Covid-19
De acuerdo a datos del estudio consignados por la agencia Europa Press, existen determinados factores que provocan irregularidad menstrual en las mujeres.
En este sentido, desde la app explicaron que así como el estrés afecta nuestra salud mental, digestiva e incluso el sistema inmunológico, también puede causar estragos en nuestro bienestar reproductivo y salud hormonal.
Al respecto, la investigación arrojó luz sobre los efectos del estrés y la pandemia en torno al ciclo menstrual. Según los testimonios y datos de las participantes, un 30% reportó que su ciclo ha sufrido cambios en medio de la crisis sanitaria, algo entendible dado que este contexto ha generado gran preocupación y ha elevado los niveles de ansiedad y estrés de gran parte de la población.
De ese porcentaje, un 60% afirma que los cambios están relacionados con la duración de su ciclo menstrual, mientras que un 33% señaló que estos afectaron la duración de su regla.
Cómo afecta el estrés al ciclo menstrual
Según la epidemióloga Maegan Boutot, “el estrés activa una vía hormonal en el cuerpo llamada eje hipotalámico-pituitaria-suprarrenal (HPS). La activación del eje HPS está asociada con el aumento de los niveles de cortisol y de la hormona liberadora de corticotropina (HLC). El eje HPS, el cortisol y el HLC ayudan a controlar la respuesta al estrés en el cuerpo”.
“La liberación de HCL y cortisol puede suprimir los niveles normales de las hormonas reproductivas, lo que puede llevar a una ovulación anormal, anovulación (es decir, cuando no hay ovulación), o amenorrea (es decir, ausencia de menstruación). Además, los niveles anormales de HCL en el tejido reproductivo se han asociado con resultados negativos del embarazo, como el nacimiento prematuro“, agregó la experta.
Ante ello, Boutot afirma que “Un poco de estrés en la vida es inevitable, pero puedes aprender a manejarlo. El ejercicio, el sueño reparador, una dieta saludable, la confianza en los amigos y la familia y las actividades sociales saludables pueden reducir potencialmente los efectos del estrés en la salud”.
El mito del ciclo de 28 días
Además de encontrar una relación entre el contexto de pandemia y la alteración de la menstruación, el estudio de Woom arrojó otros datos de interés, como la reafirmación de que los ciclos menstruales no suelen ser regulares.
Desde siempre, a las mujeres se les ha enseñado a medir sus días fértiles e infértiles en base a los calendarios de ciclos menstruales, los cuales están basados en un ciclo teórico de 28 días. Pese a ello, generalmente se entiende “dentro de lo normal” que los ciclos menstruales se extiendan entre 21 y 35 días.
Precisamente, esta “irregularidad natural” de los ciclos menstruales fue algo reafirmado por el estudio de Woom.
De acuerdo a los datos, sólo un 17% de las encuestadas afirmó haber tenido ciclos de 28 días. En otras informaciones relevantes, se sugiere que el ciclo va disminuyendo con la edad: mientras que las mujeres más jóvenes (17-23 años) tienen ciclos más extensos, las mujeres de cerca de 42 años tienen períodos más cortos (de unos 27 días en promedio).
En palabras de Clelia Morales, Cofundadora de Woom Health, precisamente el objetivo del estudio fue aclarar que “lo normal es lo variable” y que en el conocimiento de nuestro cuerpo está la clave para adelantarnos a eventuales problemas de salud.
“Por ejemplo, 1 de cada 10 mujeres sufre endometriosis y, de media, se tarda 8 años en diagnosticarse porque las mujeres asumimos el dolor y tendemos a culpabilizarnos por no aguantar el dolor como las demás. Queremos evitar este tipo de situaciones e impactar de forma positiva la salud y el bienestar femenino”, explicó Morales.
La endometriosis es un trastorno a menudo doloroso en el cual el tejido similar al que normalmente recubre el interior del útero —el endometrio— crece fuera del útero.
“La endometriosis afecta más comúnmente a los ovarios, las trompas de Falopio y el tejido que recubre la pelvis. En raras ocasiones, el tejido endometrial se puede diseminar más allá de los órganos pélvicos”, informó la Clínica Mayo.