Con el pasar de los años a las dietas diarias se le han incluido nuevo tipos de alimentos. Con las personas intolerantes a la lactosa o vegetarianas y veganas, las leches vegetales han aumentado su popularidad y consumo.
Sin embargo, existen quienes aún se preguntan qué leche es más saludable y da mayores beneficios para el organismo. En cuanto a las vegetales, puedes encontrar las de almendras, avena, soja, arroz, entre otras.
No obstante, los expertos encuentran pros y contras en ambos productos. “Algunas leches lácteas utilizan muchas hormonas en la producción de leche. Algunas leches de origen vegetal contienen azúcar y carragenina añadidos. Y luego están las necesidades de salud individuales”, señala el sitio Huff Post.
Kylene Bogden , dietista registrada y asesora de bienestar, indica al sitio antes mencionado que “no hay forma de descifrar qué es más dañino o beneficioso para la salud humana en general, porque hay muchos factores involucrados, como el estilo de vida, la genética y el historial de salud”.
Por su parte, el Dr. Gretchen San Miguel señala a Huff Post que la leche de vaca es una muy buena fuente de nutrientes como calcio, vitamina D, potasio, entre otros. “El perfil de nutrientes en la leche de origen vegetal a menudo es comparable al de la leche porque los fabricantes la fortifican con vitaminas y minerales”, agrega,
¿Cómo elegir el mejor tipo de leche?
Carmen Escalada, nutricionista clínica del Instituto Médico Europeo de la Obesidad, indica en el sitio Cuídate Plus que los productos de origen vegetal “tienen un mejor perfil lipídico: presentan una menor cantidad de ácidos grasos saturados, mientras que su contenido en ácidos grasos insaturados es mayor”.
Así mismo, la profesional explica que la leche vegetal es una gran alternativa para todas aquellas personas que sufren algún tipo de alergia a los productos lácteos. “La leche de soja contiene isoflavonas que pueden ser beneficiosas para las mujeres durante la menopausia y ayudan a prevenir enfermedades cardiovasculares”.
Beatriz Castro Pérez, nutricionista española, señala al sitio antes mencionado que la leche animal es la mejor fuente de calcio. “En realidad, las bebidas vegetales no son comparables a la leche, si renunciamos a ésta, estamos renunciando a uno de los alimentos más completos que existen”.
Además, los sitios especializados indican que la producción de leche de vaca además supone un impacto negativo al medio ambiente. “El impacto ambiental de una ‘leche’ en particular está determinado por la contaminación climática, el uso de la tierra y el consumo de agua al que está vinculado”, sostiene Sujatha Bergen, directora de campañas de salud del Consejo de Defensa de los Recursos Naturales, a Huff Post.
Para los expertos, la leche de soja “es la más semejante a la leche de vaca con un aporte similar de grasas e hidratos de carbono, además de ser la única con un nivel aceptable de proteínas”. Su mayor característica es que se recomiendan para mujeres con menopausia y ayudan a prevenir enfermedades cardiovasculares.
En el caso de la de avena, “aporta la mitad de proteínas que la leche de vaca aunque su aporte calórico es semejante al de la leche semidesnatada”. Es una bebida baja en grasa y tiene poco aportes en cuanto a los nutrientes que debiésemos obtener de la leche.
En cuanto a la leche de arroz, “su principal ventaja es que es muy fácil de digerir y suele ser bien tolerada por aquellas personas con alergias o intolerancias alimentarias al no incluir gluten o lactosa”. Si bien puede ser favorable, los expertos indican que carece de ciertos valores nutricionales y suele tener altos índices de azúcar.
La leche de frutos secos, como es el caso de la almendra, “aportan ácidos grasos insaturados, vitaminas, minerales y fibra. En cambio, estos productos apenas tienen calcio, hierro, sodio y proteínas mientras que les añaden muchos azúcares”. Sin embargo, los especialistas enfatizan en que no se debe olvidar que los frutos secos son productos causantes de diversas reacciones alérgicas.
Y una de las más populares: la leche de coco. “Es la bebida de origen vegetal más calórica con gran cantidad de grasas saturadas e hidratos de carbono y se obtiene al triturar la carne del coco maduro. Como punto positivo, en su composición se encuentran vitaminas del grupo B, fibra y minerales como el calcio, el fósforo o el magnesio”, aunque no se recomienda su consumo diario.