Según cifras del Departamento de Estadísticas e Información de Salud, las enfermedades cardiovasculares son la principal causa de mortalidad en la población adulta chilena. Los números señalan que un 49,4% corresponde a mujeres y un 29,3% a hombres, con un total de 97.930 muertes asociadas al aterosclerosis, que es la acumulación de grasas, colesterol y otras sustancias dentro y sobre las paredes de las arterias, lo cual puede restringir el flujo sanguíneo.
La aterosclerosis se inicia en la edad pediátrica y en su génesis confluyen factores genéticos y ambientales. Dentro de los factores de riesgo cardiovascular (RCV) se encuentra la dislipidemia, que tiene que ver con el aumento de la concentración plasmática de colesterol y lípidos en la sangre, y es una condición que se encuentra agrupada al desarrollo de una gran cantidad de padecimientos crónicos degenerativos como obesidad, hipertensión y diabetes mellitus.
Hoy, el aumento del hipercolesterolemia (cantidad de colesterol en la sangre) en las personas es cada vez mayor, pues de acuerdo a la Encuesta Nacional de Salud (2017), el 53% de la población chilena tiene “colesterol malo” alto. A esto se suma que un 25% del grupo etario de 15 años y más tiene un riesgo cardiovascular, cifra que alcanza el 51.2% en las personas con menos de 8 años de estudios.
Entre las causas más comunes que llevan al aumento del “colesterol malo” está: alimentación poco saludable, falta de actividad física, el sobrepeso u obesidad, hipertensión arterial, diabetes, tabaco, insuficiencia renal y tener algún familiar directo que haya padecido un problema cardiovascular antes de los 55 años en hombres o 60/65 en mujeres.
Si bien muchas personas aseguran conocer la realidad del colesterol, son pocos los que se preocupan de una verdadera prevención. Por ello, es fundamental que una persona que sufra de dislipidemia se enfoque en comenzar a cambiar sus hábitos alimenticios y reanudar la actividad física, dos factores clave que pueden ayudar a bajar los índices de “colesterol malo” y triglicéridos.
Sin embargo, para aquellos que los cambios de estilo de vida no son suficientes existen medicamentos que pueden mejorar a reducir el “colesterol malo” y triglicéridos sin disminuir el “colesterol bueno”, como es el caso de Levia, suplemento del laboratorio Axon Pharma, 100% natural y sus tres cepas estudiadas de lactobacillus plantarum demostraron que en forma individual o combinada, como consecuencia de efecto en la regulación del tracto gastrointestinal, tienen un impacto positivo sobre la reducción del colesterol y triglicéridos.
Al respecto, el nutriólogo Rodrigo Alonso aseguró que “Levia es un probiótico constituido por una combinación de lactobacillus plantarum que han demostrado un efecto reductor significativo de “colesterol malo” de aproximadamente el 9% (restado el efecto del placebo) a las 12 semanas de uso y que se mantiene en torno al 7% a las 4 semanas posteriores a discontinuar el tratamiento con Levia. Si bien es una reducción discreta cuando se compara con el efecto de las estatinas, a nivel poblacional podría tener un impacto positivo en la reducción del RCV”.
Añadió que “Levia no reemplazará al tratamiento farmacológico con estatinas cuando esté indicado especialmente en situaciones de alto o muy alto riesgo cardiovascular. Pero, puede utilizarse en pacientes con RCV bajo o moderado en quienes no esté indicado una estatina aún, o en aquellas situaciones de intolerancia a estatinas en combinación con otras medidas, o como complemento al efecto de estatinas”.
Por su parte, la cardióloga y docente titular de la Facultad de Medicina de la Pontificia Universidad Católica de Chile, Mónica Acevedo, señaló que “los factores de riesgo cardiovascular, como el colesterol alto, la diabetes y la hipertensión, y el tabaquismo son algunos de los factores de riesgo más importantes para producir enfermedades cardiovasculares como enfermedad coronaria y cerebrovascular.
En esa misma línea, agregó que “para reducir los niveles de colesterol en la sangre se necesita una reducción en la ingesta de colesterol y tratarse con medicamentos que reducen la síntesis de colesterol en el hígado o bloquear la absorción de éste en el intestino. Tener herramientas para reducir el colesterol en la mayoría de las personas con medicamentos más naturales, sin efectos deletéreos importantes, es una ventaja. La dieta baja en colesterol y grasas saturadas más un medicamento natural, podrían lograr bajas de hasta 30% sumados, lo que es significativo en cuanto a reducción del riesgo cardiovascular”.