El coronavirus habla también a través de la piel. Así lo indican recientes estudios científicos publicados por el British Journal of Dermatology. Uno de ellos fue liderado por la dermatóloga española Almudena Nuño. El 45,6 de los pacientes de COVID-19 analizados presentaba síntomas mucocutáneos, entre otros, la llamada “lengua COVID”.

“Es una lengua muy característica, agrandada, aunque esto a veces puede deberse a tratamientos que recibe el paciente. Pero la lengua depapilada, sin papilas en el dorso lingual, es típica del COVID-19. También la glositis, una inflamación en la que además se aprecian las marcas laterales de los dientes”, dice Nuño a Deutsche Welle. Además, hay pacientes con sensación de ardor en la lengua y la ya conocida alteración e incluso pérdida del sentido del gusto.

El estudio coordinado por la doctora Nuño fue llevado a cabo con 666 participantes ingresados en el improvisado hospital de campaña que Madrid instaló a finales de marzo de 2020 para atender a pacientes con cuadros leves e intermedios de COVID-19. La media de edad de los enfermos estudiados era de 55,7 años y prácticamente la mitad de ellos (el 47,1 por ciento) procedía de América Latina, lo que permite sugerir que este grupo poblacional sufrió una tasa más elevada de contagio en la capital española.

Emergencia en el propio país

En realidad, la doctora Nuño tenía previsto en aquella época embarcarse hacia Papúa-Nueva Guinea en el marco de un proyecto del investigador Oriol Mitjá para hallar tratamiento para el pian, enfermedad tropical con efectos similares a los de la lepra y que suele afectar a la población de pocos recursos. Pero aquello fue cancelado y España estaba a punto de entrar en estado de emergencia.

En plena primera ola de la pandemia, las cirugías no urgentes del hospital La Paz de Madrid en el que trabaja no se realizaban y la doctora Nuño atendía a distancia las consultas con sus pacientes. Con menos trabajo de lo habitual, se presentó como voluntaria para apoyar a sus colegas en el hospital de campaña.

“Yo ya había ido como voluntaria a África varias veces y pensé que aquello no podía ser más duro, pero luego sí que lo fue por el estrés, por ver el sufrimiento de la gente, que se sentía sola y angustiada ante una enfermedad nueva. Aprendíamos a cada momento”, relata a DW.

Almudena Nuño | DW

Autora de una tesis doctoral que versa sobre las manifestaciones cutáneas del VIH, su curiosidad científica le condujo a prestar atención a los síntomas dermatológicos de los enfermos de COVID-19. Tras las duras jornadas de trabajo y con la ayuda de otros médicos y personal sanitario, comenzó a recopilar y analizar datos de pacientes.

“Además de las alteraciones en la mucosa oral en más del 11 por ciento de los pacientes, hallamos hasta un 25 por ciento con afectación en las palmas de las manos y las plantas de los pies, con un característico ardor. Un 15 por ciento tenía además en ellas manchitas, que analizamos y comprobamos que eran debidas a una inflamación provocada por el virus”, explica Nuño. Y no solo eso, el 10 por ciento padecían exantemas o urticaria en el cuerpo.

COVID persistente en la piel

Otro estudio científico, publicado en enero de 2021 también por The British Journal of Dermatology, corrobora con un análisis de pacientes ambulatorios los resultados del trabajo de la dermatóloga española y presenta incluso un catálogo de síntomas cutáneos que pueden predecir una infección por coronavirus antes de obtener los resultados de la prueba.

Según Nuño, afecciones como el agrandamiento o la alteración de la lengua suelen aparecer al principio de una infección por el nuevo coronavirus, aunque también pueda haber casos en los que se produce después. Para la doctora, el reto ahora es identificar los síntomas cutáneos del llamado “COVID persistente”.

“Hay personas que, meses después de superar la infección, siguen padeciendo ardor en la lengua o en la planta de las manos y los pies, caída del cabello, picor en la piel, molestias en la boca… Habrá que estudiar bien todo esto y determinar si es por el virus o por otras enfermedades que se agravan por el virus”, señala.