La pandemia del COVID-19 obligó a todo el sistema de salud chileno a concentrar sus energías en dar respuesta al virus, implementar estrategias que implican restringir la movilidad, adoptar medidas como el uso de mascarillas, mantener una distancia física y realizar prácticas de higienización personal y de espacios.
Este esfuerzo, con un gran impacto en el personal de salud, trajo consigo una postergación de la atención de otras patologías, incluido el VIH. Sin ir más lejos, la oferta de Test de VIH sufrió una disminución drástica en algunas entidades comunitarias.
El UNAIDS DATA 2020, publicado por el Programa Conjunto de Naciones Unidas contra el Sida -ONUSIDA-, realizó una actualización del estado del VIH en el mundo. En el capítulo de América Latina se dieron cifras respecto de 14 países, 9 de los cuales no entregaron información a tiempo para el informe, incluido Chile. Es decir, los datos actuales son solo estimaciones, lo que se traduce en una falta de información concreta para conocer los avances y brechas de las metas fijadas.
Este martes 1 de diciembre se conmemora el Día Mundial del Sida y el Observatorio Social de Políticas de VIH en Chile, iniciativa de AIDS Healthcare Foundation (AHF Chile) en conjunto con Acción Gay, Vivo Positivo, Universidad Cervantes y la ex jefa de la Comisión Nacional del Sida (Conasida), Raquel Child, realizó un informe de situación que arrojó diversos resultados.
Según el Boletín Epidemiológico del Instituto de Salud Pública (ISP), la curva creciente de nuevas infecciones sufrió una disminución en el último año. En 2018 se confirmaron 6.948 casos, mientras que en 2019 fueron 6.720 casos, de los cuales, 4.015 casos son de nacionalidad chilena, mientras que 2.705 son de nacionalidad extranjera. En 2018, esa relación fue de 4.339 de nacionalidad chilena, mientras que 2.605 eran de nacionalidad extranjera.
El grupo etario más afectado siguen siendo hombres entre los 20-29 años. Respecto de las Infecciones de Transmisión Sexual, en el año 2018 se registró la más alta tasa de casos notificados por sífilis. En el caso de los hombres, su tasa dobló la registrada dos años antes (45,1 – 27,6). El año 2019 se notificaron 6.043 casos nuevos, alcanzando una tasa de 31.4 por cien mil habitantes, registrando una disminución de tres puntos respecto del año anterior, aunque se mantuvo la razón entre hombres-mujer en 1.8. La mayor incidencia se produce en el grupo etario de 25-29 años, al igual que las cifras de VIH.
En el caso de la gonorrea, el año 2019 registra una disminución importante respecto del año anterior (11.8 – 16.5). Los casos notificados alcanzaron 2.069 casos por gonorrea, en donde los hombres concentran el 86.2% de las notificaciones, siendo la razón hombre: mujer de 5.9.
Mejoras en la respuesta al VIH y lo que viene
Entre los avances más significativos que ha visto nuestro país en el último tiempo, se encuentra la disminución de la brecha de las personas que viven con VIH y aquellas que conocen su situación serológica. El informe de ONUSIDA (2020) estima que Chile habría alcanzado el “primer pilar del 90”, es decir: el 90% de las personas que viven con VIH conocen su situación serológica. Se estiman que diez mil personas saben su diagnóstico, pero no se encontrarían con tratamiento antirretroviral y la
brecha del tercer pilar, correspondiente a la supresión viral, es de 8.500 personas, alcanzando un 62% de la meta.
En el ámbito de la atención, se han consolidado avances en la eliminación de la transmisión vertical, disminuyendo de 2.1% en 2016 a 1.8% en 2018, alcanzado uno de los objetivos propuesto en el Plan Estratégico Nacional para los años 2012-2016. El segundo objetivo, la disminución de la mortalidad por VIH y Sida a un 1.2 por cada 100 mil, para el año 2020, no ha sido alcanzada, quedando como un déficit importante a abordar.
Este año se pudo implementar, en algunas farmacias de hospitales, la entrega de medicamentos ARV por dos o más meses. Hay que recordar que el retiro de fármacos es mensual, lo que implica el desplazamiento de usuarias/os cada mes hasta el centro hospitalario dejando sus actividades habituales de trabajo y/o estudio. La pandemia de la COVID-19 impuso restricciones que hicieron necesaria la implementación de estrategias que esperamos se mantengan en el tiempo.
Para Leonardo Arenas, coordinador para Chile de Aids Healthcare Foundation, “la pandemia no puede hacernos olvidar la otra pandemia, que es el VIH y el SIDA, ya que los avances que habíamos logrado pueden sufrir retrocesos. Por ahora, lo urgente es retomar las atenciones de las personas que viven con VIH, que han sufrido postergaciones de sus exámenes y atenciones médicas”.
Respecto de la postergación de las atenciones y exámenes de quienes viven con VIH, Arenas enfatiza que es necesario implementar una estrategia acelerada que permita cerrar esa brecha, lo que permitirá disminuir el riesgo de transmisión de VIH por desconocimiento de la situación de salud.
“La meta de alcanzar un 2030 sin Sida se ha visto frenado por el COVID-19, disminuyendo la velocidad de aumento de cobertura en tratamiento antirretroviral y la reducción de las nuevas infecciones. Se requiere un impulso nuevo, un esfuerzo para alcanzar los objetivos. La respuesta comunitaria es esencial para esto. Somos las organizaciones comunitarias quienes tenemos un trabajo más cercano con las poblaciones más afectadas por la epidemia del VIH, lo que implica que nuestra reactividad por test de VIH sea más alta en nosotros que en el sistema público de salud”, finaliza Leonardo Arenas de AHF Chile.