La voluntad política es el factor determinante y el punto de partida de un proceso exitoso de integración y se ha puesto de manifiesto en varios espacios de diálogo internacionales.
Tras el apagón que afectó a gran parte de Chile en febrero, es necesario analizar el panorama en la región e implementar cursos de acción a seguir. Vemos que Ecuador y Cuba han tenido situaciones similares, mientras que en Argentina, Brasil y Honduras, también se han registrado interrupciones de suministro parciales.
Las causas de las suspensiones de servicio varían en cada lugar: déficit en la oferta de energía por sequías o problemas en centrales de generación consideradas críticas (Ecuador, Brasil). Mientras, en Chile y Centroamérica, las fallas tuvieron su origen en los sistemas de transmisión que evidenciaron debilidades dada la falta de nueva infraestructura y modernización de la existente.
¿Por qué se produce el déficit de generación?
El déficit de generación, si bien surge por efectos del cambio climático, tiene su origen en la falta de diversificación de la matriz eléctrica y la ausencia de alternativas de abastecimiento. Observamos que los países que han enfrentado de mejor manera las contingencias -sin necesidad de racionamientos-, fueron aquellos que tuvieron la opción de tener soporte energético de las naciones vecinas.
Esta situación ha colocado a la “seguridad energética” como prioridad en las agendas de los gobiernos, para lo cual han diseñado estrategias para una transición hacia fuentes renovables que enfrentan enormes retos, destacándose el acceso al financiamiento.
Es evidente que la mejor forma de enfrentar este escenario es trabajar de manera conjunta y coordinada para aprovechar los recursos energéticos disponibles y las complementariedades existentes. En el caso de las naciones pequeñas, resulta conveniente hacer un bloque común para una negociación en mejores condiciones frente a los organismos de financiamiento y proveedores de tecnología.
Seguridad energética e integración
Un ejemplo de integración a nivel subregional es el Sistema de Interconexión Eléctrica en los Países de América Central (SIEPAC), que tiene infraestructura, normativa e institucionalidad propia. También se ven avances en la implementación de un “mercado andino de electricidad” entre Colombia, Ecuador y Perú, que se pondrá en marcha en 2027.
La integración energética es una alternativa válida, viable y posible, en la medida en que se plasme en acciones concretas que vayan más allá de las interconexiones a nivel bilateral y se proyecten hacia la construcción de mercados más amplios, subregionales y regionales.
Este modelo tiene algunos desafíos que deben ser adecuadamente identificados para enfrentarlos de manera correcta: la voluntad política es el factor determinante y el punto de partida de un proceso exitoso de integración y se ha puesto de manifiesto en varios espacios de diálogo internacionales.
Lo importante es aterrizar esa decisión política en acciones concretas que apunten a una planificación integrada que considere un mejor aprovechamiento de los recursos energéticos disponibles y que son abundantes, aprovechando las complementariedades existentes.
El objetivo es alcanzar la seguridad en el abastecimiento y tener sistemas resilientes, es decir, que tengan la capacidad de enfrentar condiciones adversas que afectan su integridad y capacidad operativa. Esto requiere de un soporte tecnológico importante e implica nuevos costos que deben ser considerados en la ecuación y ser asimilados.