Nadie es profeta en su tierra. El exministro Mena (reconocido internacionalmente) y la ministra Rojas (también reconocida internacionalmente) han hecho el trabajo para el que fueron contratados.

Defender la flora y fauna, así como los ecosistemas marinos, insulares y continentales, no es tarea de unos pocos, sino de toda la sociedad chilena. Aquí está en juego el futuro y la salud de nuestros niños y niñas, de tus hijos.

¿Acaso trabajar por eso es ser Woke, comunista? So, ¿qué es?

Es cierto que se afecta la inversión, qué duda cabe, por lo mismo se debe encontrar un equilibrio. Hay que mejorar la celeridad técnica de los trámites y también vigilar las apreciaciones más bien políticas versus observar y juzgar las externalidades negativas del actual sistema económico, de los grupos de intereses, de la concentración de la riqueza (familias), así como también de la concentración del poder, en el sentido más amplio.

Fui testigo en la COP 26 en Glasgow, de cómo los jóvenes están más conscientes de los efectos de la contaminación del planeta y del cambio climático. Niños y niñas entre 13 y 17 años generando conciencia, organizándose y luchando por un planeta más justo para con el medio ambiente.

La labor de la ministra del Medio Ambiente, Maisa Rojas en las subsiguientes COPs ha sido gigantesca, gestionando y promoviendo un fondo económico que ayudará a los países más afectados por el cambio climático (again, por este capitalismo devorador y responsable de innumerables externalidades negativas).

Ministra, váyase. Ofrezca su cargo si se aprueba este proyecto Dominga, lárguese con la frente en alto.

    “Me senté en una mesa donde había abundante comida y vino con una asistencia obsequiosa, pero no había sinceridad y verdad, y me alejé hambriento del tablero inhóspito”

Henry Throeau, Walden.

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